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Sergio del Molino gana el Premio Alfaguara con «Los alemanes»

El escritor gana la XXVII edición del galardón con una novela que reflexiona sobre el otro y la familia a partir de un hecho real, la llegada en 1916 de seiscientos alemanes a España
El escritor Sergio del MolinoCipriano PastranoLa Razón

Madrid Creada:

Última actualización:

En 1916, en medio de la Primera Guerra Mundial, arribaron a Cádiz dos barcos con más de seiscientos alemanes a bordo. Provenían de Camerún y se entregaron a las autoridades españolas porque España mantenía la neutralidad en este conflicto y, de esta manera, evitaban entregarse a los aliados. Un hecho real que Sergio del Molino relató en un reportaje y que los meandros de la ficción han convertido, con el conveniente transcurso del tiempo, en una novela, «Los alemanes», que ahora ha ganado el XXVII Premio Alfaguara de Novela.
Un galardón que es un reconocimiento al escritor y que coincide con la celebración del 60º aniversario de la creación de este sello editorial. Un hecho que se ha aprovechado para reunir un jurado de excepción compuesto por Sergio Ramírez, Juan José Millás, Rosa Montero, Manuel Rivas y Laura Restrepo, mientras Pilar Reyes, directora editorial de Alfaguara, participa con voz pero sin voto.
Sergio del Molino, autor de «La hora violeta», «La piel» y el ensayo «La España vacía», que se ha caracterizado por una obra literaria de fuerte mestizaje, donde la ficción y el ensayo perviven entrelazados entre sí, ha escrito una «novela, novela», como ha reconocido él mismo, pero que, como señaló, está animada por un propósito más hondo y de mayor actualidad: «Consideramos a los demás siempre como unos extraños. Al otro, la hermana, el amigo, el padre, por mucho que creamos conocerlos, resultan en general un misterio. Como vivimos tiempos broncos, considero que la literatura, y es a lo que aspiro precisamente, debe poner en marcha una de sus armas: crear una ficción donde el otro no es un misterio tan profundo y que al entenderlo también nos entendemos a nosotros mismos. Ahora que estamos en la gresca política, en la selva social de las discusiones y las guerras culturales, considero que la literatura tiene una función esencial, que es poner en marcha esta comprensión hacia los demás, y que no podamos deshumanizarlos tan fácilmente y, de igual manera, nos podamos poner en su piel de una manera más sencilla».
«El legado de tu familia siempre te va a alcanzar aunque te vayas muy lejos»Sergio del Molino
Sergio del Molino, que considera que «el pasado está siempre agazapado para destrozarnos la vida en cuanto nos descuidemos», ha tenido presente para esta narración coral, hecha de múltiples voces, el vínculo que existe entre padres e hijos y, sobre todo, el tema de cómo los orígenes, el lugar de procedencia y la familia de dónde viene uno determinan el presente y también el futuro de las personas, dando así pie a temas tan relevantes como la culpa individual y la culpa colectiva. «No puedes huir de las historias de tu familia. Su basura siempre te va a alcanzar aunque te vayas a otros países y hayas metido por medio varias lenguas para distanciarte. Si tu familia está metida en algo turbio y está involucrada en algo oscuro, eso te va a llegar. No puedes escapar de ello. No hay forma de dejarlo atrás aunque te vayas a una cabaña aislada. En mi historia, a uno de estos hombres le llega este pasado remoto y le destruye la vida sin comerlo ni beberlo».
Los descendientes de estos alemanes que llegaron hace más de cien años, todavía residen en España y se encuentran entre nosotros. Están repartidos por distintas ciudades del país. El propio Sergio del Molino montó hace unos años una exposición en Zaragoza con recuerdos de la Primera Guerra Mundial y de Camerún que estas familias le habían prestado. «Supe que iba a hacer una novela cuando tuve claro una vinculación con el presente y que era una novela sobre el presente».
A partir de ahí se centró en uno de los temas que articulan la narración: «Las herencias legales se pueden prescindir de ellas, pero es difícil negarse a otra herencia: lo que hicieron tus padres. No siempre puedes huir. Es injusto, porque no tienes la culpa y, de hecho, hay gente que ha construido su identidad huyendo de esto. Hemos levantado nuestras identidades modernas sobre la ficción de que podemos desprendernos de este legado».
La editorial Alfaguara, que celebra ahora su 60º aniversario, se creó en el año 1964 de la mano del escritor Camilo José Cela, Premio Nobel de Literatura, y desde el año siguiente se procedió a la entrega de este galardón. Aunque después esta tradición se interrumpió, fue retomada con éxito en 1998. Desde momento hasta hoy, más de tres millones de lectores han leído las obras que han ganado. Unas novelas que, además, guarda la característica de que se publica de manera simultánea en España, Latinoamérica y Estados Unidos. A lo largo de este tiempo lo han ganado reconocidos escritores como Sergio Ramírez, Premio Cervantes de Literatura, Manuel Vicent, Clara Sánchez, Juan Gabriel Vásquez, José Ovejero, Jorge Volpi, Guillermo Arriaga, Ray Loriga, entre otros autores reconocidos.
En esta convocatoria se han recibido 800 manuscritos, de los cuales 396 han sido remitidos desde España, 104 desde Argentina, 109 desde México, 93 desde Colombia, 40 desde Estados Unidos, 20 desde Chile, 26 desde Perú y 12 desde Uruguay. El premio está dotado con 175.000 dólares, una escultura de Martín Chirino y la publicación simultánea en todo el territorio de habla hispana.
LA ERUPCIÓN DE UN NARRADOR COSTUMBRISTA
Por Toni Montesinos
Para siempre el lector relacionará a Sergio del Molino con un asunto que irrumpió con gran fuerza en el panorama editorial. El autor tuvo la perspicacia de encontrar un vacío bibliográfico que luego devino tema de debates, como si se hubiera puesto en la agenda del ciudadano algo que estaba en el ambiente pero que no se afrontaba España. Con su celebrado ensayo "La España vacía" se hizo el especialista oficioso de semejante fenómeno, pero su mirada analítica también se extiende a otras áreas políticas y sociológicas, como se demuestra con un reciente libro en que se aventuraba a decir: «quizá empecemos a apreciar ser hijos de la transición más que nietos de la guerra civil».
Lo decía en "Un tal González". Eran páginas en que se narraba esta fase política siguiendo el hilo biográfico de aquel que ganó las elecciones generales de 1982, Felipe González, que acababa de cumplir 80 años. Estos libros y su alcance entre los lectores nos llevan a un escritor de éxito comercial y afortunado en los premios recibidos, incluidos los de carácter narrativo. De hecho, sus inicios son relativamente recientes. En 2014 publicó "Lo que a nadie importa", en que hacía un viaje introspectivo para recordar a su abuelo, que luchó en la guerra en el bando nacional. Por tanto estamos ante un narrador con conciencia histórica, de memoria en torno a todo un país y sus avatares, en torno a cómo se vacía la propia vida sufriendo un destino común.
La suerte le ha vuelto a sonreír al ganar un premio Alfaguara que ya lleva una dilatada trayectoria desde que en 1998 se fundara con un jurado que siempre es de lo mejor de la narrativa española e hispanoamericana. En una entrevista muy particular, Del Molino declaraba ser un fan de la serie "Doctor en Alaska" y de los libros de Ciro Bayo, un escritor aventurero muy olvidado, de principios de siglo XX. Le hubiera gustado ser un patricio romano en Pompeya, tres días antes de la erupción del Vesubio, pero con una tarjeta de cliente VIP del lupanar. Pero ahora sin duda ese viaje en el tiempo lo pospondría, al menos hasta poder disfrutar de las mieles de su nuevo volcán literario.