Paco de Lucía para principiantes

Es, en esta orilla del Mediterráneo, una figura esencial, un genio indiscutible. Durante varias décadas, Paco de Lucía giró de forma incansable poniendo en pie teatros de los cinco continentes y se volvió un maestro para medio mundo. Sin embargo, el mundo gira cada vez más rápido y el olvido tiene la mecha más corta. Hace diez años que murió el genio de Algeciras y su efigie no ha encontrado sucesor. Sin embargo, su figura y su música son celebradas estos días para evitar que el polvo se aposente sobre ellas. Y algunos de los mayores actos en su recuerdo se llevarán a cabo en la ciudad de Nueva York, donde tantas veces triunfó con su guitarra.

Estos días, diferentes escenarios de la Manhattan, incluido el Instituto Cervantes de la capital, acogen el festival Paco de Lucía Legacy, al que sucederá un imprescindible de la agenda musical de la ciudad, el Flamenco Festival New York, del 1 al 17 de marzo. «La mayoría del público interesado en arte y cultura de la ciudad de Nueva York sabe qué es el flamenco gracias a la programación del festival, que siempre trae lo mejor del momento al City Center. Y hay, incluso, una pequeña pero muy interesada audiencia que se acerca a ver las actuaciones menos ‘‘mainstream’’ que tienen interés verdadero por el flamenco», dice Meira Goldberg, experta en el flamenco y responsable del simposio que el Festival acogerá sobre la figura de Paco de Lucía. Otra cosa, es, claro, cuando hablamos del «estadounidense medio». «El ciudadano medio no sabe ni qué es el flamenco, así que imagínate sobre la figura de Paco de Lucía –dice Goldberg–. Pero si hay un guitarrista flamenco prominente y que sí es reverenciado entre los aficionados a la guitarra y por supuesto del jazz, ese es Paco», explica esta académica y estudiosa del flamenco.

¿Qué es, entonces, lo que distancia a la audiencia estadounidense del flamenco? «El público neoyorquino tiene acceso a una cantidad tan inmensa de buena música y actuaciones en directo que es complicado abrirse paso en ese universo. Sin embargo, creo que muchos estadounidenses tienen una concepción anticuada del arte flamenco como de Rita Hayworth y José Greco. Pero te aseguro que cuando lo conocen de verdad, les atrapa», dice esta experta, autora del libro «Sonidos negros. Sobre la negritud del flamenco», un interesantísimo libro que rastrea el compás africano en el arte andaluz. «Hay una influencia indudable tanto africana como afroamericana en el flamenco, pero mi libro compara la marginación y la opresión y el racismo que sufrieron los artistas con la que padecieron los afrodescendientes en el sur de la Península y en general en la diáspora africana. Por eso creo que los artistas negros sienten cierta afinidad con esa cultura», dice Goldberg. Sobre la influencia para captar público de las nuevas voces, alguna, como la de María José Llergo, presentes en el festival de Nueva York, esta experta es prudente: «Mi impresión es que Rosalía tuvo su momento pero no ha tenido un impacto sustancial para el flamenco. Y, sobre María José Llergo, estoy deseando verla en directo"