Medina Azahara anuncia gira de despedida: «El rock andaluz se queda huérfano para siempre»
En enero Medina Azahara arrancará la gira de despedida «Todo tiene su fin», cerrando una era y dejando cojo al género que expandió Triana
Madrid Creada:
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Todo tiene su fin. Hasta Medina Azahara. La banda hoy formada por Manuel Martínez (voz), Paco Ventura (guitarra) y Manuel Ibáñez (teclados), rockeros de pura esencia, de conjuntos «total black» y melenas rebeldes, nació hace 45 años. Llevan más de cuatro décadas a golpe de ritmos rebeldes y letras tan evocadoras como descaradas. Albergan el título de viejas glorias del rock andaluz. Y el de persistentes titulares. Llevan años siendo referentes y únicos responsables originales de un género que nació con fuerza. Al sur de una España con una dictadura dando sus últimos coletazos, emergió en 1967 Smash como la primera formación que impulsó este sonido de rock progresivo, psicodélico, de Pink Floyd que llamaba a fusionarse con el aliento flamenco. En 1974 apareció Triana: su líder, Jesús de la Rosa, edificó toda una leyenda en torno a sus canciones. Pero su rápida y trágica muerte hizo que nos perdiéramos mucho que ofrecer por parte de tan insigne y eterno grupo. Después fueron aterrizando a este nuevo panorama musical rebelde y disconforme, que anhelaba entre guitarras una apasionada búsqueda de raíces, grupos como Alameda y Medina Azahara. Surgieron otras formaciones que trataban de unirse a este vendaval de nuevos discursos y ritmos, pero eran las bandas mencionadas las que formaban el equipo titular. Han sido, hasta hoy en el caso de la última mencionada, los encargados de escribir una historia musical peculiar y muy del sur. Pero, como compuso Módulos en 1969 y Medina Azahara versionó hasta convertirse en uno de sus temas más exitosos: «Todo tiene su fin».
Tras casi medio siglo de historia, más de 4.000 conciertos y una discografía que incluye 22 álbumes de estudio y cuatro en directo –el último lo lanzaron el año pasado, «El sueño eterno»–, la banda cordobesa ha anunciado una gira de despedida. A partir de enero, pasarán por Salamanca, Madrid, Ávila, Cáceres, Sevilla, Cartagena, Mallorca y más ciudades españolas para despedirse como solo los creadores de «Paseando por la Mezquita» merecen. «Este día tenía que llegar, y la retirada de Toni Kroos me sirvió para darme cuenta de que el adiós tiene que decirse cuando mejor estás», explica el cantante Manuel Martínez. «Estamos en nuestro mejor momento en los escenarios, y los conciertos se llenan. Preferimos irnos ahora con dignidad a que la gente nos eche». Son conscientes de que estos directos suponen «el final de algo que es nuestra vida, pero la música va a estar siempre con nosotros», asegura Paco Ventura. Añade que no se imagina al vocalista «soltando la libreta, o a Ibáñez sin su piano. Yo no pienso dejar de tocar mi guitarra, entonces siempre habrá oportunidad de hacer más cosas», sea en alguna colaboración o en términos de composición, opinan.
Pero, ¿cómo se plantea una gira especial tras tantas celebradas y tantos años sobre tablas? «Será un encuentro de sentimientos», explica Martínez, «por respeto, todos nuestros fans deben verse identificados en el repertorio, desde el inicio de la banda hasta hoy, incluyendo canciones al margen de si pertenecen a discos que hayan sido más o menos populares». Eso sí, de elegir la época de Medina Azahara que más disfruten interpretando, los tres artistas coinciden en los años 90. En aquel entonces, lanzaron álbumes como «Tánger» (1998) o el icónico «Sin tiempo» (1992), disco con el que el público conocería emblemática «Necesito respirar». «Era una etapa con temas muy de directo, más rockeros», recuerda Ventura.
«Aunque la industria nos ha dado muchas veces la espalda, hemos sobrevivido durante 45 años»Manuel Martínez
Tanto el rock andaluz en general como la banda cordobesa en particular, que a lo largo de los años ha visto a varios cambios en miembros que iban y venían de la formación, es una música reivindicativa. De exigencias justificadas y razonadas: «Siempre que hemos tenido oportunidad hemos puesto en texto nuestras disconformidades hacia cosas que se puedan mejorar, con cierta actitud», afirma Ventura. No son, matiza, «un grupo político, pero no hemos tenido miedo a la hora de defender el no a la guerra, el apoyo a la mujer y a los niños». Una energía vindicativa que, opina Ibáñez, se echa en falta hoy: «Lo que está de moda ahora, como el reguetón, no es rebelde, sus letras no lo son. Pero al menos siempre quedarán las canciones de Medina Azahara. Ese es nuestro legado: una música atemporal».
Arranca, con el corazón en un puño y a través de la gira convenientemente titulada «Todo tiene su fin», el final del último eslabón con pura esencia a rock andaluz. Una música valiente, diferente, agua fresca que emanó de unos años de urgencias y grandes necesidades culturales. Un ritmo que ya vivía sus mejores años y gozaba de un rotundo éxito comercial cuando la Movida Madrileña comenzaba a dar sus primeros pasos. Fueron, de alguna manera, visionarios de esa enérgica e insurrecta música a la que el país se iba a enfrentar durante los años siguientes. Pero, ¿qué ocurrirá ahora con esta música? ¿Quién se encarga de mantener viva su llama? ¿Cuál es el panorama actual de este movimiento? «Con nuestra despedida el rock andaluz va a quedar huérfano para siempre», asegura el vocalista, «no sé desde hace cuánto tiempo nos dicen que somos los que sustentamos el rock andaluz. Es algo que ya vemos como filosófico. Pero es cierto que a partir de ahora quedará un poco en el aire». No señalan especialmente ningún grupo o artista que tienda a coger las riendas de este estilo. «Sí hay quienes lo cultivan, como La Plazuela o Derbi Motoreta’s Burrito Kachimba, que son gente joven que lo hacen de una forma muy personal. Pero el rock andaluz tal y como lo conocemos nosotros hasta ahora se va a quedar aquí, con nuestras canciones», opina Ventura.
«No somos un grupo político, pero no hemos tenido miedo a la hora de defender el no a la guerra, el apoyo a la mujer y a los niños»Paco Ventura
Cuarenta y cinco años son tan difíciles de finalizar como de resumir. Ha sido un tiempo de muchos cambios, en el que, a través de las canciones, «hemos sabido hermanar muchas regiones de este país», asegura Martínez. Recuerda el cantante unos inicios de éxito, «de muchísimas actuaciones y giras que nunca acababan, de discos muy potentes». Pronto se alzaron con discos de oro y de plata, «y la carrera de la banda siempre ha ido en ambiente», continúa, «aunque muchas veces la industria nos ha dado la espalda, siempre hemos sobrevivido a los momentos difíciles con esfuerzo y componiendo». Del estudio al directo, con ello a la carretera, y gracias a ella un nuevo disco, y con él de nuevo al estudio, y al directo, a la carretera, y canciones nuevas... Así resumen Martínez, Ibáñez y Ventura una vida entregada al rock andaluz, a la música. De la que ahora se van a despedir pero con buen sabor de boca, pues llevan la certeza de que todo tiene su fin, menos el recorrido de las canciones.