Camellos: “El lenguaje se ha pervertido tanto que vivimos en un anuncio de colonia”
La banda madrileña presenta en La Riviera “Manual de estilo”, su tercer disco, con el mismo humor negro de siempre pero con una gran evolución musical
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La realidad es un pozo infinito de inspiración para hacer canciones, pero la actitud con la que te enfrentas a ella es lo que hace que sea diferente. En Camellos lo tienen claro: el humor es el punto de vista más subversivo y cuanto más negro sea, más corrosivo y más les representa. El cuarteto formado en Madrid ha construido un universo propio de temas ácidos que tratan la precariedad laboral, la inestabilidad emocional, la vida familiar, en suma, la comedia humana contemporánea y otros temas trascendentes pero sin que se note que lo son. “Estamos en el punto exacto al que queríamos llegar -dice Fernando Naval (guitarra y voz)-. Hacemos canciones que tienen nuestra esencia, la de reírnos de todo y de enfadarnos con el mundo, pero con el sonido que teníamos en la cabeza, que es algo que hemos podido conseguir con cierta experiencia y los medios que por fin hemos conseguido”. Cualquier cosa, desde los restaurantes caros hasta los tópicos y los mitos de las virtudes de Madrid como ciudad, son susceptibles de recibir su ácido: bromas que nacen internas y llenas de dobles sentidos y juegos de palabras que ya pertenecen a todos sus seguidores, que van a abarrotar La Riviera este jueves.
“Usar el humor para hablar de cosas duras es algo que han hecho los grupos que más nos han gustado desde siempre y nosotros tratamos de llevar eso al siguiente nivel. Es nuestro lenguaje”, dice Naval, que cita entre sus referentes a Los Enemigos, Ilegales o Siniestro Total. Un ejemplo de esta teoría es “Divorcio”, una canción que retrata desde el punto del vista de un hijo la situación que se desencadena ante la separación de sus padres. “Estoy particularmente orgulloso de una frase que aparece en esa canción y que no sé quién la escribió, aunque puede que fuera yo, pero es indiferente. La frase es: ‘’conduce tú, que yo no puedo, este será nuestro secreto’', que para mí resume nuestra filosofía de enfocar las cosas duras. Reírse de algo tan grave como que tu padre o tu madre estén tan borrachos que no sean capaces de conducir y te pidan que lleves el coche y que además quede entre nosotros. Creo que esa frase podría estar perfectamente en un disco de Los Enemigos”. Precisamente Josele Santiago, líder y letrista de la banda, canta en “Cambios de humor”, la canción que abre el tercer disco de la banda, “Manual de estilo”. “Fue increíble porque es uno de nuestros héroes. Es una referencia por cómo escribe y porque la banda toca con intensidad y rabia y él transmite las cosas de una forma especial. Letras como la de ‘’Septiembre’' dejan un mensaje terrible en una canción que parece medio alegre. Él entiende el arte de forma que igual nosotros por herencia hemos adoptado, la de dejar una segunda y una tercera lectura detrás que vas comprendiendo”, explica.
El grupo ha ido puliendo las letras y la música hasta el punto de dar, por fin, con su “Manual de estilo”. “Somos una banda vieja escuela. Hemos aprendido a hacer las cosas haciéndolas. Por eso le pusimos el nombre, porque este es el manual de instrucciones para ser Camellos”, dice Naval en el momento en el que ruge un motor que interrumpe la conversación telefónica. Le hemos interrumpido la jornada laboral, en las instalaciones de Airbus en Getafe. Algunas cosas no han cambiado tanto para la banda cuatro años después de su debut, pese a que ya han subido los peldaños necesarios para llenar La Riviera. “Mantenemos nuestros trabajos porque somos precavidos, pero a nivel real, hablando en profundidad del grupo, nos hemos permitido aumentar el equipo. Llevamos percusionista y multiinstrumentista en directo, llevamos a nuestro propio técnico de sonido y a un tour manager... Hemos invertido en que el show sea mejor y eso te permite no tener que conducir tú después de los conciertos y otras cosas que nos han quitado un peso de encima”. Pero, como íbamos diciendo, el humor es un arma de doble filo. Puede hacer que no te tomen en serio. “Nos hemos defendido mucho de eso, insistiendo que no somos un grupo que solo dice tonterías, pero hemos llegado a un punto que sabemos que hay mucha gente que no nos va a tomar en serio. Y ya no te sientes con ganas de reivindicarte, sabes que aquel te vaya a entender ya te ha entendido. Y el que no, es que no quiere. Confiamos y creemos en lo que hacemos y no queremos convencer a nadie. Es una sensación muy bonita”.
En su nuevo disco hay una canción titulada “La Libertad”, con una carga de profundidad crítica: “Si la libertad nos hará libres / y ser libre es elegir / lo que quieres comer. Y tú, ¿a qué edad abriste los ojos? / Si no te mueves no notas las cadenas, / o eso dicen por ahí”, dicen en la letra que Fernando explica como una protesta contra el lenguaje de los eslóganes electorales. “Nos da pena cómo nos manosean los términos importantes los políticos de uno y otro color. Lo han hecho también los nacionalistas con la palabra democracia, por ejemplo. Es la perversión del lenguaje y es muy peligroso casi como hacen en la publicidad”, se queja. “‘’Comprar un coche te hará libre’'. ¿Eso qué significa? “Tienes derecho a un coche grande. Tienes derecho al confort”. Vivimos en un anuncio de colonias. Es todo muy raro”, ironiza el vocalista. De hecho, en una de sus canciones toman otro conocido eslogan y lanzan: “Cuando arrivo a casa, arriba España”. Una frase que en algunos puntos de la geografía española puede generar susceptibilidades. “(Risas) Hay veces que el dadaísmo se convierte en real. En nuestro caso, es que hay ciertas teclas que nos despiertan en el cerebro una frase, la activan de forma automática. Y utilizar una frase de un anuncio como Nescafé en una canción que critica hasta qué punto tenemos algunas actitudes metidas en nuestra vida cotidiana, se vuelve perfecto cuando además es una provocación”, ríe mientras rugen los motores.