Larga vida a los Rolling Stones
El Wanda Metropolitano acoge hoy a sus Satánicas Majestades en el primer concierto de «Sixty», la que parece ser la última gira de la legendaria banda
Las altas temperaturas que llevamos rozando los últimos días hoy van a apretar más que nunca, sobre todo, en la capital. Madrid se prepara para abrir una conexión directa con el infierno y recibir un persistente ritmo en compás de cuatro por cuatro. Las aceras de la villa ya arden, pues hoy se rinden a los pies del rock and roll: reciben la visita de los Rolling Stones en el primer concierto de Sixty, la que parece ser su última gira por Europa. Más de 40.000 personas se reunirán a partir de las 18:30 en el Wanda Metropolitano –es la hora de la apertura de puertas, los teloneros comienzan a las 20:00 y el concierto arrancará a las 22:00– para ver a Mick Jagger, Keith Richards y Ronnie Wood interpretando un insuperable catálogo, contando con Steve Jordan sustituyendo a Charlie Watts, que falleció el año pasado, en la batería. Sus Satánicas Majestades regresan a España para volver a sacar las lenguas de sus seguidores, manteniendo pinceladas de esa inmortal figura de canallas y convertidos ya en unos veteranos legendarios del rock and roll. Con casi 80 años, regresan a escenario español para emanar la misma energía y sensación de libertad que transmiten desde que se fundó la banda, así como la que han evocado en cada actuación que han realizado en nuestro país.
La primera vez que los Rolling Stones tocaron en suelo español fue en 1976, en un escenario improvisado en la Monumental de Barcelona. Unas 11.000 personas –había espacio para 18.000– fueron a ver, en una España recién salida de la dictadura, a unos jóvenes en vaqueros y con pelos largos que prometían revolucionar la música a nivel mundial. No obstante, según explica Ramoncín a LA RAZÓN, quien fue testigo directo del espectáculo, «aquel concierto estuvo repleto de problemas. No entró prácticamente nadie, les censuraron algunas cosas y la policía terminó tirando botes de humo que se esparcieron por las gradas. Fue algo sórdido, con mal sonido, peleas en las calles y entradas muy caras. Mick Jagger dijo poco después de aquel concierto que África empezaba en los Pirineos». No obstante, ese caótico recuerdo se disipó cuando los Stones volvieron a España, más fuertes que nunca y para ofrecer una actuación histórica en todos los sentidos.
Un Mick Jagger eléctrico
Fue el 7 de julio de 1982 cuando los británicos congregaron a unas 60.000 personas en el ya inexistente Estadio Vicente Calderón de Madrid. Era verano, hacía calor, la Movida ya estaba lejos de ser un capricho juvenil, y pasó algo que tan solo puede ocurrirles a los Rolling Stones: «La naturaleza se alió con el espectáculo», recuerda Ramoncín, que también estaba entre el público en una cita a la que «asistió todo el mundo que tenía entonces algo que ver con la música». En el momento en que los músicos salieron al escenario –estaban, excepto el fallecido Brian Jones, todos los Stones originales: Jagger, Richards, Wood, Watts, Bill Wyman, Bobby Keys, Gene Barge e Ian Stewart–, el cielo se cubrió rápidamente y empezó a llover. Y, sí, justo en el instante en el que cayó un rayo apareció Mick Jagger de un salto en el escenario. Tiempo después, Keith Richards recordaría aquel momento único admitiendo que «estoy seguro de que el día en que me muera, independientemente de que vaya al cielo o al infierno, Dios me pedirá que le pague los rayos y truenos tan impresionantes que desató para nosotros».
Aquel concierto del 82 fue irrepetible por varias razones, enumera Ramoncín: «Se unió una España abierta a la libertad, un Madrid ansioso y una gran cantidad de gente dispuesta a pasarlo bien. A diferencia de cuando tocaron en Barcelona, aquel día los Stones estaban ante una España más civilizada, y ya llevaban 20 años tocando». Una imagen inolvidable protagonizada por un Mick Jagger eléctrico, envuelto en la bandera española mientras continuaba la tormenta. Un momento, dice el músico, irrepetible, «porque cualquier artista de los que estábamos allí no nos habríamos atrevido a actuar. He visto saltar chispas del micrófono en días muy húmedos, pero los Stones debían tener claro de que el equipo era seguro para eso».
Al igual que en el 76, en el 82, y en los otros 20 conciertos que los Stones han ofrecido en España, desde Gijón hasta Almería, los de regresan hoy para celebrar el 60º aniversario de la banda y, según Ramoncín, para despedirse. «Estoy seguro de que es la última gira. Steve Jordan es un batería que está muy en su onda, pero sin Charlie Watts ya no es lo mismo, son unos Stones diferentes», opina. No obstante, rozando los 80 años siguen donde deben estar: en el escenario, ante estadios llenos, y dispuestos a ofrecer un «tracklist» repleto de clásicos, así como una selección de temas inesperados y sorpresas provenientes de su arsenal de canciones. Todo ello, tras la actuación de Sidonie y Vargas Blues Band feat John Byron Jagger, que serán los teloneros, y funcionando como pistoletazo de salida de una gira que promete ser histórica. Los Stones recorrerán Europa –finalizan la gira el 31 de julio en Estocolmo–, con la intención de difundir la desobediencia, libertad, rebeldía, inteligencia y supervivencia del rock and roll. Pues haga calor o caigan repentinos rayos, estamos de acuerdo en nunca despedirnos y siempre desear una larga vida a los Rolling Stones.