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"Madame Web": ¿meme o amenaza?

Dakota Johnson protagoniza, junto a la omnipresente Sydney Sweeney, un filme basado en una villana casi olvidada de «Spider-Man»
"Madame Web": ¿taquillazo, meme o amenaza? / Dakota Johnson (izda.) y Sydney Sweeney en "Madame Web"
"Madame Web": ¿taquillazo, meme o amenaza? / Dakota Johnson (izda.) y Sydney Sweeney en "Madame Web"SONY PICTURES
La Razón

Madrid Creada:

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Vivimos en los tiempos de la asimilación. La cultura de extrarradio, esa que estaba antes llena de frikis, mariquitas y mancos, ha sido absorbida por la hegemónica, regalándonos una bonita batalla cultural que pelear cada mañana pero, también, un cine, una música y un arte en general, mucho más anodino. A nadie, casi, le sorprende nada. Por eso, a tres lustros largos de que los superhéroes aparecieran en nuestras vidas (y en nuestros cines), los superhéroes ya no sorprenden, casi, a nadie. Tras el batacazo en taquilla de «The Marvels», la primera película de este tipo que reportó pérdidas económicas grandes para su estudio, y una reestructuración en Disney y Marvel que ha provocado que este año solo vayan a estrenar la tercera parte de «Deadpool», estudios como Sony siguen a lo suyo.
Así, esta semana llega a las carteleras «Madame Web», nueva película insertada en su propio «spider-verso» (películas sobre los personajes del cómic de «Spider-Man», pero sin el propio hombre araña), protagonizada por Dakota Johnson y que se ha convertido en una especie de meme difícil de explicar. La producción, multimillonaria, ha sido destrozada por la crítica americana, se ha convertido casi en un activo tóxico para las actrices involucradas -incluyendo un paseo de Johnson por los principales medios internacionales donde no parece entender la película y ha criticado los numerosos cambios de guion- y, encima, ha estado envuelta en una campaña publicitaria añeja, propia del año 2003 en el que está ambientada la película.
"Madame Web" se ha convertido, quizá sin quererlo, en el último fenómeno viral
"Madame Web" se ha convertido, quizá sin quererlo, en el último fenómeno viralSONY PICTURES
Hasta la Nueva York de esa época, todavía con ansiedad por el 11-S entre sus policías y bomberos, nos desplazamos en la película dirigida por S.J. Clarkson, que nos presenta a una conductora de ambulancias huérfana que vive día a día, sin preocuparse un ápice por el futuro. Johnson, ni más ni menos solvente que otros intérpretes en papeles superheroicos, se convierte aquí en madre postiza de tres muchachas, también faltas de referentes paternos, cuando un misterioso empresario que ve el futuro persigue a las cuatro, obsesionado con que le intentarán matar.
Lo descabellado del argumento, eso sí, no ha sido impedimento para que «Madame Web» debute en el número uno de la taquilla española aprovechando los estrenos adelantados por San Valentín, desbancando a la comedia romántica «Cualquiera menos tú» y tirando por tierra cualquier análisis previo sobre la fatiga de los superhéroes en cartelera. «Es la peor película que he visto en mi vida», decía una usuaria estadounidense de TikTok esta semana, en una crítica que se ha vuelto viral por el extraño clima en el que se ha estrenado el filme.
Sea como sea, y signifique lo que signifique su éxito para con el futuro inmediato de la industria, «Madame Web» recupera para la mitología moderna de las mallas en el cine a una villana de «Spider-Man» (reconvertida luego en aliada) que casi había caído en el olvido. Creada por Denny O’Neil y John Romita, Jr. a principios de los ochenta, cuenta entre sus poderes definitivos con la clarividencia y se ha convertido en una parte indispensable de los «spider-versos» del cine y los videojuegos, conectando las distintas líneas temporales.
Si «Madame Web» es meme o amenaza, o incluso taquillazo, lo dirá el tiempo, pero evidencia todas las fatigas que han conducido a los superhéroes al pozo sin fondo en el que parecen estar sumidos. La película de Clarkson, a la que se le ven todas las costuras (y recortes en montaje), está llena de clichés, recae sobre el carisma inexistente de Johnson y, para colmo, intenta darle más de una capa al personaje de Sydney Sweeney, fracasando de manera estrepitosa. De nuevo, el tiempo dirá.