Buscar Iniciar sesión
Sección patrocinada por
Patrocinio Repsol

"Un tranvía llamado Deseo", el teatro maldito de Tennessee Williams

Se cumplen 76 años desde que el escritor ganase un Pulitzer gracias a una de las obras más importantes de Estados Unidos
Vivien Leigh y Marlon Brando en "Un tranvía llamado Deseo"
Vivien Leigh y Marlon Brando en "Un tranvía llamado Deseo"Warner Bros
La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

Creada:

Última actualización:

Un Marlon Brando joven, brillante e inconformista es el que se recuerda al mencionar "Un tranvía llamado deseo". El actor, con 19 años, se trasladó a Nueva York para estudiar Arte Dramático, debutando en Broadway en octubre de 1944. Poco tardaría en llegar su primer gran éxito, pues protagonizó una de las grandes obras teatrales del siglo XX: "Un tranvía llamado Deseo". Primero, sobre las tablas, y luego en el cine, siendo este personaje, Stanley Kowalski, el que le catapultó a la fama. Pero esta obra, escrita por Tennessee Williams en 1947, tiene tras de sí una historia que va más allá de Brando, y que se articula a través del éxito, pero también de la maldición.
"Un tranvía llamado Deseo" sigue siendo una de las obras más importantes de la literatura estadounidense por diversos motivos. Así se ratificó al recibir el Premio Pulitzer, galardón otorgado a Williams un día como hoy de 1948, en la categoría Drama. La obra narra la historia de Blanche DuBois, una dama sureña con delirios de grandeza, quien vive refugiada en una burbuja. Su cuñado, Kowalski, es miembro de la clase proletario, que en los tiempos en los que se ambienta la historia incrementaba en cuanto a influencia en la sociedad estadounidense. Una trama en la que, ya de inicio, se vislumbra una temática principal, y es la del contraste entre dos culturas: la de la clase acomodada de DuBois y la del bebedor y jugador de cartas de Kowalski.
La obra de Williams pasó a la historia, entre otras razones, por ser capaz de romper ciertos tabúes que entonces imperaban en la sociedad estadounidense. Es el caso, por ejemplo, de pasar de la figura del amable caballero al del hombre viril y sexual, a través de la figura de Kowalski. Y qué mejor opción que Brando para llevar este cambio de rumbo a la gran pantalla. Asimismo, esta historia muestra abiertamente la sexualidad femenina, pues la protagonista habla sin tapujos sobre sus deseos sexuales, así como se hace alusión a la bisexualidad y la homosexualidad, pues Blanche descubre que su primer marido tuvo una aventura con otro hombre.
La historia, por tanto, no pasó desapercibida. Se publicó justo al terminar la Segunda Guerra Mundial, una época en la que tanto en Europa como en EE UU las personas buscaban forjar un nuevo y pacífico futuro. "Un tranvía llamado Deseo" irrumpió en este paisaje como un reflejo de la condición humana, del contraste de culturas y de sus conflictos. Hay quienes admiraron la obra, pero otros trataron de censurarla, obligando a que hubiese la menor cantidad posible de comportamientos "inmorales".
Esta maldición de cierta persecución y rechazo la han vivido multitud de autores a lo largo de la historia, pero ello no ha eclipsado el gran éxito que han alcanzado. El de Williams se multiplicó gracias a sus representaciones teatrales y la cinematográfica. En este último arte, Pedro Almodóvar también tiene algo que ver, pues esta obra es una referencia central en la película "Todo sobre mi madre" (1999), donde los personajes preparan una versión de ella.