Cevenas o el cementerio familiar de 5.000 años de antigüedad
La investigación de los restos de ADN ha permitido analizar los miles de huesos de unos 75 individuos, que datan del Neolítico, encontrados en el cementerio de Aven de la Boucle
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Hace entre 5.600 y 4.800 años, varias decenas de, principalmente, hombres de Aven de la Boucle fueron bajados a la cueva a través de una galería pavimentada. Muchos de ellos se colocaron sobre un lecho de tierra amarilla hasta descomponerse. Luego, sus huesos fueron colocados al fondo de la habitación. Así lo demuestra ahora el análisis de ADN de sus restos, en el que se intuyen pistas sobre el pasado de un grupo neolítico al sur de Francia.
La sima de las Cevenas es uno de los cementerios más antiguos que se conocen en el sur de Francia. Descubierta en 1954, la Aven de la Boucle comenzó a ser excavada veinte años más tarde, cuando se daría con miles de huesos de unos 75 individuos, a los que acompañaban otro buen número de fragmentos de cerámica, adornos y pequeños objetos que han servido para conocer más sobre los misterios de las prácticas funerarias de una época que no dejó rastro documentado en esta región del mundo. Ahora, la investigación del genoma, supervisada por un equipo de investigadores de las universidades de Burdeos y de la Costa Azul (Niza), perfecciona las conclusiones extraídas hasta la fecha anteriormente del estudio de los huesos.
Lo sabido de este santuario es que reúne restos humanos de dos épocas culturales distintas abarcan unos 900 años, pero que "sin duda pertenecen al mismo grupo", recoge "Le Figaro" en sus páginas. "Los primeros arqueólogos ya tenían una pequeña idea del sexo de los individuos, pero pudimos confirmar realmente que había muchos más hombres que mujeres ", explicaba Mélanie Pruvost (supervisora del estudio) a la AFP.
El análisis inicial de los huesos mostró un sesgo notable, ya en la selección de los fallecidos se excluyó en gran medida a los niños. Y una probable proximidad genética, como lo demuestra el hecho de que un gran número de sujetos comparten una característica anatómica significativa en la rótula: “Hemos puesto de relieve numerosos vínculos de parentesco entre estos individuos ”, aseguraban los investigadores. Así se llega a la “hipótesis sobre el acceso a este entierro en función de la pertenencia a determinados linajes”.
El estudio del genoma de 37 individuos, cuyos restos fueron depositados en el agujero durante esos 900 años, revela que tres de cada cuatro eran hombres. Y que pertenecían en gran medida a un linaje transmitido de padres a hijos. El sitio no obvia a las mujeres, pero la preferencia dada a la línea masculina se volvió casi exclusiva en el último período de ocupación del sitio. Pruvost ha querido subrayar que "no tenemos necesariamente reglas estrictas" y que "la mayoría de las mujeres encontradas están emparentadas con otros individuos" .
El acceso a la tumba estuvo, “quizá, condicionado por un vínculo familiar” . Sin embargo, nada excluye la posibilidad de un sistema en el que “las mujeres eligen ser enterradas en la tumba con su marido, o eligen regresar a su hogar de origen”. Es por ello que los arqueólogos carecen de huesos femeninos suficientes para sacar más conclusiones.
Para lograr más información, los nuevos análisis podrían arrojar luz sobre el origen de esta población y posibles contribuciones externas. "Más bien tenemos la impresión de que se trata de una población local pequeña ", según Pruvost. El sitio aún podría contener sorpresas, porque es “una de las primeras excavaciones realizadas con una rigurosa técnica de registro de datos antropológicos y arqueológicos” .
Aun así, queda por ver por qué, un día, esta población neolítica decidió bloquear el acceso a lo que podría haberse convertido en un santuario, explican sobre el terreno.