Esta es la playlist que Estados Unidos utilizó para torturar a Noriega
Cuando el dictador panameño se refugió en la Embajada del Vaticano, los soldados estadounidenses pusieron música rock hasta que consiguieron que saliese del edificio. Estas son las canciones que le atormentaron
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El 20 de diciembre del año 1989, unos 26.000 soldados de los Estados Unidos desembarcaron en Panamá bajo las órdenes del entonces presidente George H.W. Bush. Su nombre en código era “Operación Causa Justa”. Y fue la última intervención militar estadounidense en el contexto de la Guerra Fría. El objetivo de la campaña era la captura del antiguo colaborador de la CIA, el dictador Manuel Antonio Noruega.
En vista del imparable avance de las tropas norteamericanas, a Noriega no le quedó otra que refugiarse en la Embajada del Vaticano. Un edificio al que los estadounidenses no tenían permitido entrar para sacarle por la fuerza. En esta tesitura, a los soldados norteamericanos se les ocurrió una solución creativa: colocar unos enormes altavoces en el exterior del edificio y reproducir continuamente y a todo volumen una lista de canciones de rock.
Noriega era un devoto amante de la música clásica. Y la idea de AC/DC, The Clash o los Guns N’Roses, taladrasen sus oídos día y noche, era algo que no podía soportar.
El “Cóndor” y el Canal de Panamá
Panamá es el país más joven de la América Hispana. Y si hay algo que hace especial y único el caso de Panamá, es el hecho de tener en su interior el punto de paso entre Atlántico y Pacífico: el Canal de Panamá. Este hecho ha determinado su historia desde el mismo momento de su secesión del proyecto de la Gran Colombia en 1903. En esencia, Panamá fue creada por y para Estados Unidos.
Conservar el control de la Zona del Canal era absolutamente prioritario para el país del norte. De hecho, eso fue lo que determinó el “vuelo del Cóndor” sobre el Caribe. Sobre todo después del éxito de la revolución cubana en el año 1959. Una eventual victoria de las ideas socialistas en Panamá y la consecuente alianza con el bloque rojo, supondría el bloqueo del Canal para los buques comerciales estadounidenses. Y eso no se podía permitir.
Para entender la llegada de Noriega al poder, hay que remontarse hasta unos años atrás. Concretamente, hasta el año 1968, cuando mediante un golpe de Estado, el oficial de la Guardia Nacional panameña, Omar Torrijos, impuso una dictadura militar en el país. Torrijos había sido entrenado en la Escuela de las Américas, una institución estadounidense para entrenar a militares latinoamericanos. Por lo que se pensó que podría ser un buen aliado para los intereses de EEUU.
Sin embargo, nada más llegar al poder, Torrijos forzó una renegociación del Tratado Hay-Bunau Varilla, que era el acuerdo que habían firmado Estados Unidos y los líderes independentistas panameños en el año 1903. Gracias a este pacto, el proyecto secesionista conseguía el apoyo de EEUU, y a cambio, los norteamericanos se hacían con el control de la Zona del Canal. Aquel tratado siempre fue -a ojos de los panameños- un pacto injusto y abusivo.
La renegociación del acuerdo derivó en la firma de otro nuevo: el Tratado Torrijos-Carter. Que reconocía por primera vez la soberanía de Panamá sobre la Zona del Canal. Pero que otorgaba los derechos de su administración a la Comisión del Canal de Panamá. Una agencia del Gobierno de Estados Unidos cuya junta directiva estaría integrada por 5 estadounidenses y 4 panameños. Todos ellos nombrados por Estados Unidos. Es decir, que era un convenio igual de desnivelado e injusto.
El Gobierno de Omar Torrijos se alargó hasta su muerte en un accidente aéreo en el año 1981. Aún a día de hoy, las sospechas de que las circunstancias de su fallecimiento no fueron accidentales, sino más bien, fruto de un homicidio, siguen sin ser despejadas.
Una de las teorías más aceptadas es la que planteó el norteamericano John Perkins. Que aseguró en su libro “Confesiones de un sicario económico” que la muerte de Torrijos fue -en realidad- un magnicidio orquestado por la CIA. De acuerdo a lo que Perkins teoriza, Omar Torrijos se había convertido en un estorbo: había firmado un acuerdo con un grupo japonés para la construcción de un canal a nivel en territorio panameño, y sin la participación de EEUU.
Y John Perkins no es el único que lo piensa. Moisés Torrijos, hermano del dictador, llegó a asegurar que tenía en su poder informes de la inteligencia de EEUU que describían la “Operación Halcón al Vuelo”. Unos documentos que, al parecer, desaparecieron durante la invasión estadounidense.
Y durante las audiencias previas al juicio de Noriega en 1991, su abogado llegó a decir: “El general Noriega tiene en su poder documentos que demuestran los atentados sufridos por él y por Torrijos, todo orquestado por agencias del Gobierno de Estados Unidos”. Sin embargo, estos documentos nunca fueron aceptados como evidencia por el tribunal norteamericano, ya que revelarlos supondría la violación del acta pública de procedimientos sobre información clasificada.
La muerte de Torrijos no fue el final de la dictadura militar. Entre 1981 y 1983 Panamá vivió una lucha entre civiles y militares que derivó en el ascenso al poder de otros dos altos cargos de la Guardia Nacional: el coronel Florencio Flores Aguilar primero, y el general Rubén Darío Paredes después.
Con la renuncia de Paredes en agosto de 1983, quedó el camino libre para que el hombre en la sombra, Manuel Antonio Noriega, se alzase como el nuevo hombre fuerte de Panamá. Noriega también era uno de esos oficiales entrenado por la Escuela de las Américas. Y además, había demostrado ser un fiel aliado como informador de la CIA.
El Gobierno de Noriega y la “Operación Causa Justa”
Manuel Antonio Noriega, al que habían apodado “Cara de Piña” por las huellas que la viruela había dejado en su rostro, se mantuvo en el poder desde el año 1983 hasta el año 1989 (año en el que se produjo la invasión estadounidense).
Según cuenta el veterano periodista John Dinges en su libro “Nuestro hombre en Panamá: El astuto ascenso y la caída brutal de Manuel Noriega” (1990), antes de convertirse en el “hombre fuerte” de Panamá, Noriega “mantuvo una relación de más tres décadas” con los servicios de inteligencia de EEUU y fue clave en el manejo de la información sobre las guerras civiles que sacudían a Centroamérica en aquella época.
Cara de Piña “poseía -en palabras de Dinges- la extraña habilidad de absorber información, clasificar las opciones disponibles para un adversario, ponerse en los zapatos de la otra persona y anticiparse astutamente a los posibles cursos de la acción”, algo muy apreciado por la CIA y que fue clave en su meteórico ascenso.
Durante su Gobierno, Noriega convirtió a Panamá en el enclave geoestratégico y en el centro de operaciones principal de EEUU para su acción en el resto del Continente durante la Guerra Fría. Por ese motivo, se pasaron por alto algunos de sus pecados. Como las torturas, las desapariciones, los asesinatos, el tráfico de armas o el lavado de dinero.
Sin embargo, la confianza en que su relación con Washington estaba asegurada, hizo que Noriega se volviese imprudente. Comenzó a hacer tratos con el Cártel de Medellín y con Pablo Escobar, sirviendo de puente para el tráfico de cocaína hacia el norte. Además, también había fundadas sospechas de que había empezado trabajar como agente doble y de que había comenzado a vender información sensible de Estados Unidos al bloque comunista (entre otros, a Cuba).
Aquello llevó al Congreso de EEUU a poner fin a cualquier flujo de ayuda económica o asistencia militar a Panamá en 1987. Pero la Casa Blanca, por aquel entonces ocupada por el presidente George W. H. Bush, no tomó la decisión definitiva de invadir Panamá hasta el 15 de diciembre del año 1989.
Ese día, Noriega había anulado los resultados de las elecciones y la Asamblea Nacional de Representantes (elegida a dedo por el dictador) lo eligió como “líder máximo de la lucha de liberación nacional”, Jefe de Gobierno y Comandante Jefe de las Fuerzas de Defensa. Aquello ponía en grave riesgo el cumplimiento del Tratado Torrijos-Carter.
“Operation Nifty Package”
El 15 de diciembre de 1989, citando motivos de seguridad nacional, el presidente George Herbert Bush (que había dirigido la CIA y que -por tanto- conocía a la perfección el carácter y los desmanes de Noriega), lanzó la Operación Causa Justa. Una fuerza de invasión que la Asamblea General de las Naciones Unidas consideró una “flagrante violación del derecho internacional”. Y cinco días más tarde, el 20 de diciembre, alrededor de 26.000 soldados estadounidenses desembarcaron en Panamá para derrocar y capturar al dictador.
El avance de las tropas norteamericanas fue imparable. Después de los bombardeos, las muertes y los saqueos, a Noriega no le quedó otra que refugiarse en la la Nunciatura Apostólica de la Santa Sede, la residencia del nuncio papal en el centro de la capital de Panamá.
Los soldados estadounidenses no podían entrar por la fuerza en el edificio para sacarlo de allí. Así que, tuvieron una idea creativa para hacer que él saliese por propia voluntad: instalaron unos enormes altavoces y los conectaron a la señal de la estación de la radio militar local de EE UU. Es lo que se conoció como la Operation Nifty Package (Operación Paquete Genial).
Se dio la orden a la emisora SouthCom Network (SCN) de reemplazar la parrilla habitual, descartando los boletines informativos y la música ligera, y sustituirla por algo un poco más agresivo: los riffs de Jimmy Hendrix y Slash, los alaridos de Axl Rose y Jim Morrison, los estruendos de Black Sabbath y Judas Priest,... y como no, la enfermiza melodía de Never Gonna Give You Up, de Rick Astley.
Después de una larga relación, como la que habían mantenido Noriega y la Central de Inteligencia de Estados Unidos, habían acabado por conocerse a la perfección. La CIA sabía que Noriega era un amante de la ópera y de la música clásica. Y sabían que al panameño esto le iba a molestar... y mucho.
La emisión se extendió ininterrumpidamente durante 10 días. Día y noche... y a todo volumen. El rock solo se interrumpió durante 24 horas. Y no precisamente para bajar la apuesta... más bien para todo lo contrario: desde las 00:00 hasta las 23:59 del 25 de diciembre de 1989, la parrilla consistió en villancicos y música navideña.
Aquello era un infierno. Pero por fin, el 3 de enero del año 1990, el representante de la Santa Sede le dijo a su invitado que debía marcharse porque no aguantaba más todo aquello. Así, Noriega salió por su propio pie y se entregó a las tropas estadounidenses.
“La Lista Noriega”
Poco después, el Comando Sur de EEUU incluyó en el informe posterior a la campaña, la lista de canciones con la que habían hostigado a Noriega. Por cierto, esta lista de reproducción se ha convertido en una de las más escuchadas de Spotify para los amantes de la música:
Aquí están todas las canciones:
- (You’ve Got) Another Thing Coming — Judas Priest
- 50 Ways to Leave Your Lover — Paul Simon
- All Over But The Crying — Georgia Satellites
- All I Want is You — U2
- Big Shot — Billy Joel
- Blue Collar Man — Styx
- Born to Run — Bruce Springsteen
- Bring Down the Hammer — Georgia Satellites
- Change — Tears for Fears
- Cleaning Up The Town — The Bus Boys
- Crying in the Chapel — Brenda Lee
- Dancing in the Streets — David Bowie
- Danger Zone — Kenny Loggins
- Dead Man’s Party — Oingo Boingo
- Don’t Look Back — Boston
- Don’t Fear the Reaper — Blue Oyster Cult
- Don’t Close Your Eyes — Kix
- Eat My Shorts — Rick Dees
- Electric Spanking of War Babies — Funkadelic
- Feel a Whole Lot Better (When You’re Gone) — Tom Petty
- Freedom Fighter — White Lion
- Freedom, No Compromise — Little Steven
- Ghost Rider — The Outlaws
- Give It Up — KC and the Sunshine Band
- Gonna Tear Your Playhouse Down — Paul Young
- Guilty — Bonham
- Hang ‘Em High — Van Halen
- Hanging Tough — New Kids on the Block
- Heavens on Fire — KISS
- Hello, It’s Me — Todd Rundgren
- Hello, We’re Here — Tom T Hall
- Helter Skelter — The Beatles
- I Fought The Law and the Law Won — Bobby Fuller
- If I Had a Rocket Launcher — Bruce Cochran
- In My Time of Dying — Led Zeppelin
- Iron Man — Black Sabbath
- It Keeps You Running — Doobie Brothers
- Judgment Day — Whitesnake
- Jungle Love — Steve Miller Band
- Just Like Jesse James — Cher
- Mayor of Simpleton — XTC
- Midnight Rider — Allmond Brothers Band
- Mr Blue — The Fleetwoods
- Naughty Naughty — Danger Danger
- Never Gonna Give You Up — Rick Astley
- Never Tear Us Apart — INXS
- No Particular Place to Go — Chuck Berry
- No More Mister Nice Guy — Alice Cooper
- No Alibis — Eric Clapton
- Now You’re Messin’ With an SOB — Nazareth
- Nowhere Man — The Beatles
- Nowhere to Run — Martha and the Vandelas
- One Way Ticket — George Thorogood and the Destroyers
- Panama — Van Halen
- Paradise City — Guns N’ Roses
- Paranoid — Black Sabbath
- Patience — Guns N’ Roses
- Poor Little Fool — Ricky Nelson
- Prisoner of the Highway — Ronnie Milsap
- Prisoners of Rock and Roll — Neil Young
- Refugee — Tom Petty
- Renegade — Styx
- Rock and a Hard Place — The Rolling Stones
- Run to the Hills — Iron Maiden
- Run Like Hell — Pink Floyd
- Screaming for Vengeance — Judas Priest
- She’s Got a Big Posse — Arabian Prince
- Shot in the Dark — Ozzy Osbourne
- Stay Hungry — Twisted Sister
- Taking It To The Streets — Doobie Brothers
- The Party’s Over — Journey
- The Race is On — Sawyer Brown
- The Pusher — Steppenwolf
- The Long Arm of the Law — Warren Zevon
- The Star Spangled Banner — Jimi Hendrix
- The Secret of My Success — Night Ranger
- They’re Coming to Take Me Away, Ha-Haaa! — Napoleon XIV
- This Means War — Joan Jett and the Blackhearts
- Time is on My Side — Rolling Stones
- Too Old to Rock and Roll, Too Young to Die — Jethro Tull
- Voodoo Child — Jimi Hendrix
- Wait for You — Bonham
- Waiting for a Friend — Jimi Hendrix
- Wanted Dead or Alive — Bon Jovi
- Wanted Man — Molly Hatchet
- War Pigs — Black Sabbath
- We Didn’t Start the Fire — Billy Joel
- We Gotta Get Out of This Place — The Animals
- Who Will You Run To? — Heart
- You Send Me — Sam Cook
- You Shook Me All Night Long — AC/DC
- You Hurt Me (And I Hate You) — The Eurythmics
- You Got Lucky — Tom Petty
- Your Time is Gonna Come — Led Zeppelin
- Youth Gone Wild — Skid Row