Crítica de "Wicked": Piensa (y canta) en verde ★★★★
Director: Jon M. Chu. Guion: Winnie Holzman, Stephen Schwartz. Intérpretes: Cynthia Erivo, Ariana Grande, Jonathan Bailey, Michelle Yeoh, Jeff Goldblum. Estados Unidos, 2017. Duración: 160 minutos. Fantasía.
Aviso para navegantes y admiradores, como yo, irredentos de Dorothy Gale (o Dorita, encastizo), que no lo tiene por qué saber todo el mundo: «Wicked» no se trata de un «remake» de aquella inmortal y lisérgica obra maestra realizada por Victor Fleming en 1939. De hecho, al personaje y sus tres pintorescos compañeros de viaje sólo los vemos muy al principio de la película, de refilón y mal enfocados, mientras van caminando tan panchos y felices por el camino de baldosas amarillas. No, y menos mal, porque lo habrían tenido crudo.
La superproducción dirigida sin escatimar ni un dólar (él no, los estudios) por Jon M. Chu adapta, tras 20 años como uno de los musicales más aclamados y longevos en escena, la obra teatral del mismo nombre y viene a ser una especie de precuela a la cinta original. Y, también es la primera parte de la misma, o sea, que a las 2 horas y 40 minutos de esta habrá que ir sumándole la duración de la segunda para tener el cuadro completo.
Su estreno en cines de está programado para finales de 2025, paciencia, fans del género. Y he aquí la faraónica, espectacular y cantadísima historia de las brujas de Oz, una llamada Glinda (estupenda y pijísima Ariana Grande), joven ambiciosa, de buena familia y un poco al estilo de «Una rubia muy legal» o una nueva revisitación de Barbie, y otra, Elphaba (enorme Cynthia Erivo), que nació con una singularidad: su piel es verde, algo que desde niña ha provocado el rechazo de quienes la rodeaban, incluido el de su padre (sobre esto también habría que aclarar alguna cosa, pero bueno, no viene al caso), aunque poco después descubrirá su verdadero poder.
Sobre todo, cuando se calza el sombrero picudo y negro como sus atuendos preferidos. Las protagonistas se conocen como estudiantes de la Universidad de Shiz en la Tierra de Oz y, aunque al principio no se tragan, acaban forjando una insólita y profunda amistad. Todo esto, claro, con permiso de un apuesto príncipe más chulo que un ocho y entre un número musical y otro sin respiro (los hay excelentes, como el de la biblioteca o el que cierra la película, con la aparición de los monos voladores tan famosos de la cinta anterior) hasta desembocar en el esperadísimo encuentro con el poderoso Mago de aquellos parajes (Jeff Goldblum).
O sea, el momento en que a Glinda le tira más el poder y Elphaba decide no bailarle el agua a nadie, ser fiel a sus principios y salir de allí, literalmente, volando con un libro de hechizos que la harán imbatible. Y dicen que ella es la malvada... En fin, resulta larga en según qué momentos, pero «Wocked» va de cabeza al cubo de palomitas casi mayor de la historia. Y ya saben, de noche déjense de practicar magia y vayan a mover el esqueleto, que hasta los aprendices de artes ocultas se lo merecen.
Lo mejor:
Visualmente es muy potente, y algunos números musicales, impresionantes
Lo peor:
Aunque te lo pases bien viéndola, un poco de recorte al metraje le habría venido bien