Así es "Las chicas están bien", ópera prima de Itsaso Arana

Hace tiempo que Itsaso Arana viene haciendo las cosas bien. A sus primeros trabajos de relevancia en el cine, en "Las altas presiones" (Ángel Santos) o "Acantilado" (Helena Taberna), además de a su carrera teatral, la intérprete navarra sumó una confirmación irrefutable en "La virgen de agosto" (Jonás Trueba). Y, aunque ya había trabajado con el director de "Todas las canciones hablan de mí" en "La reconquista", fue su papel de mujer perdida en la nebulosa del verano madrileño la que de verdad le valió los elogios unánimes de la crítica. Repetiría, una vez más junto a Trueba, en la exquisita "Tenéis que venir a verla", que se estrenó el verano pasado en cines y ahora se puede encontrar en Filmin.

Tras mucho trabajo para la pequeña pantalla ("Reyes de la noche" o "Las últimas de la fila"), Arana regresa ahora a la primera plana del cine español gracias a su debut en la dirección. "Las chicas están bien", cuyo guion también firma en solitario, es una película ensayo, de inspiración rohmeliana y, por momentos, también coppoliana (de Sofia), protagonizada por un elenco estelar: además de ella misma, ejerciendo de directora en bucle meta, Bárbara Lennie, Irene Escolar, Itziar Manero y Helena Ezquerro. Las cinco, además de algunos curiosos invitados que van desde un sapo a un interés romántico, encerradas en lo ancho de lo rural, para ensayar lo que parece ser una película de época.

Producida por la propia Arana, Jonás Trueba y Javier Lafuente, el equipo de Los Ilusos Films, "Las chicas están bien" se estrena en cines el próximo 25 de agosto, destinada a ser una de las óperas primas del año. Para ello, además de la experiencia de los nombres relacionados con el proyecto, la película presenta credenciales más que válidas: hace unas semanas entró en competición en el prestigioso Festival de Karlovy Vary, en Chequia, donde peleó por el premio a la Mejor Película. Queda por ver si el nexo entre el cine de tacitas, el contemplativo y el más filosófico, poniendo en primer plano lo tradicionalmente asociado a la feminidad hegemónica y a la amistad entre mujeres, puede cautivar a los espectadores.