El tarot y el arte: el loco, emperador y la Velvet Underground
Una exposición en La Casa Encendida de Madrid bucea en la influencia del tarot en artistas contemporáneos
Surgió como un juego, también como un libro. La baraja del tarot fue inventada en la Edad Media como un entretenimiento que tomaba los referentes sociales y políticos –el emperador, el papa, la justicia, el mago...– que permitía jugar con los grandes personajes de la comedia humana como forma de entretenimiento. Con el tiempo, los arcanos (las imágenes) fueron cambiando, transformándose y añadiendo efigies que representaban el pensamiento neoplatónico y también la tradición católica y así, más tarde, esta baraja se convirtió en objeto de las elucubraciones esotéricas de sociedades secretas o artistas. Desde hace varios siglos, estampas como el loco, la muerte o la rueda de la justicia han servido de inspiración para creadores por su misteriosa presencia y contenido. Una de estas figuras, la torre invertida, da origen a una exposición que acoge la Casa Encendida sobre la antigua relación entre el arte los insondables misterios del azar que se contienen en una baraja. Cuando la torre aparece invertida, por cierto, es que estamos ante el tiempo de afrontar las dificultades y los cambios, abandonar los errores repetidos, aprovechar la oportunidad de un nuevo comienzo, crear algo nuevo y mejor.
La exposición, de carácter colectivo y comisariada por Pilar Soler Montes, acoge una selección de obras de artistas desde los años 60 del siglo pasado junto a otras de creadores actuales, desvelando la fértil relación entre el tarot y la creación, pasando por las vanguardias y el surrealismo, hasta el renovado interés actual, un auge para el que la comisaria tiene una teoría: «en un tiempo frenético donde cualquier predicción o consenso previo quedan rápidamente desfasados y la incertidumbre es la única certeza, lo propio de la naturaleza humana es buscar otras fuentes de significado, otra simbología, un refugio frente a la intemperie», asegura en la presentación a los medios. Escultura, pintura, dibujos, litografías o «performance» conforman una exposición sin un orden narrativo lineal, «como la estructura del juego de cartas» explica la comisaria. Artistas de diferentes épocas como Frédéric Bruly Bouabré, Johanna Dumet, Dorothy Iannone, Plastique Fantastique, Betye Saar, Aldo Urbano, Agnès Varda y Andy Warhol están representados en la exposición. Según la comisaria, el hecho de que, en el tarot, sea el azar el que organiza las imágenes y asocia los símbolos, lo convierte en un «juego poético», abierto a las interpretaciones personales, lo que ha implicado que a lo largo de su historia haya sido objeto de interés tanto de las clases altas como de las populares; tanto de la alta como de la baja cultura, como de la contracultura. Los artistas de todas las épocas se dejaron fascinar por su simbolismo y por la búsqueda de un conocimiento “nuevo”, no normativo, así como por su flexibilidad iconográfica y su potencial para abrir la imaginación, canalizar visiones subjetivas, ideas utópicas, futuros alternativos, cuestionar el pensamiento racional, abrir el camino de la reflexión y el autoconocimiento.
Algunas de las piezas más destacadas proceden de la explosión contracultural de los años 60 y 70, como «Cleo de 5 a 7» (1962), película de Agnés Varda, que muestra a una joven cantante en París que debe recoger los resultados de unas pruebas médicas a las siete de la tarde, pero a las cinco acude a una tarotista que le revela que tiene cáncer. Cuatro años más tarde Andy Warhol rodaría «The Velvet Underground Tarot Cards» (1966), película que se muestra en la exposición y en la que, en una caótica fiesta en un apartamento neoyorkino, uno a uno los miembros de la Velvet Underground, John Cale, Nico, Sterling Morrison, Lou Reed, o Maureen Tucker entre otros habituales de la Factory, asisten a una lectura del tarot en un ambiente de confusión y caos. También está representada la obra de Niki de Saint Phalle, quien, en su «Jardín del tarot» construyó la obra de su vida en homenaje a las residencias de las grandes familias del Renacimiento en el norte de Italia, que fusionan la imaginería y los valores del cristianismo, el platonismo y las fuentes clásicas. La exposición cuenta también con el «Black Power Tarot», una obra de Arish Ahmad Khan, «frontman» de la banda King Khan & the Shrines- ilustrada por Michael A. Eaton y que contó con la colaboración de Alejandro Jodorowsky. Esta versión del tarot se ilustra con figuras históricas afroamericanas que encarnan a los 22 arcanos mayores del tarot, dando así una nueva dimensión a la baraja y a la propia historia de las luchas antirracistas. Todo cabe en una baraja llena de magia.