Diez obras para no perderse en ARCO
Aunque el tono general es decepcionante, existen piezas sutiles, calibradas con un punto de reflexión y de poesía que diseñan recorridos apartados del ruido, la oficialidad y el esteticismo vacuo imperantes
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Aunque el tono general de la 43 edición de ARCO es decepcionante y caracterizado por lo “fácilmente vendible”, existen piezas sutiles, calibradas con un punto de reflexión y de poesía, que diseñan recorridos más íntimos y personales, apartados del ruido, la oficialidad y el esteticismo vacuo imperantes. Cada espectador tendrá su circuito de obras imprescindibles que, en definitiva, define su experiencia e inmersión en la feria. En nuestro caso, estas son las diez obras que proponemos, como un antídoto frente a la sensación de tedio y empacho que preside el recorrido por los pabellones 7 y 9 de Ifema.
1. Untitled (Spoken Poen in a Bottle), 2018, Shilpa Gupta. Galería Neugerriemschneider, Berlín.
Con la referencia de fondo del “Aire de París”, de Duchamp, la artista india Shilpa Gupta presenta una serie de botellas y frascos cerrados dentro de una vitrina en los que se hallan sellados una serie de poemas hablados que, supuestamente, solo se pueden escuchar si se abren. En una línea semejante a la de la instalación presentada en el Festival de Edimburgo de 2018, Gupta transforma el poema en un acto performativo en el que lo que cuenta es la materialidad de la voz, la “sensualidad política” del significante.
2. Spine, 2001, Elisabetta di Maggio. Galeria Studio Trisorio, Napoles & Capri.
En esta exquisita pieza, Di Maggio trabaja con uno de sus materiales más privativos: el jabón de Marsella. A tales pastillas se le añaden una serie de espinas que transforman decisivamente el efecto de su uso: en lugar de acariciar la piel, la arañan y le causan daño. Las políticas de la limpieza se puede convertir en algo disciplinario que tortura los cuerpos.
3. El rodete de Evita, 2023, Francisco Casas. Galería Pasto, Buenos Aires.
El chileno Francisco Casas, co-fundador junto a Pedro Lemebel del mítico colectivo Yeguas del Apocalipsis, profundiza, en esta foto-performance, en algunos de sus elementos discursivos fundamentales: las sexualidades disidentes, el travestismo y la memoria −representada aquí por la amenaza continua que pende sobre la cabeza de la sociedad chilena de volver a regímenes totalitarios−.
4. Je t’aime moi non plus, 2022, Joao Louro. Galería Vera Cortès, Lisboa.
Al modo de un readymade rectificado, Joao Louro deconstruye el concepto de tándem mediante la unión de dos bicicletas por el manillar. Entre lo humorístico y lo patético, el artista portugués convierte esta confrontación en una representación del fin del amor.
5. Principi, principi, principi, 2013, Mar Reykjavik. Galería Rosa Santos, Valencia & Madrid.
Todo en esta instalación de Reykjavik coopera para propiciar una “re-intimización de la mirada”: los proyectores, las imágenes pegadas al suelo, la textura, la fragmentación de la realidad para recalar en sus detalles marginales.
6. Küss, 2010, Juan Luis Moraza. Galería Espacio Mínimo, Madrid.
Este vídeo monocanal de Juan Luis Moraza constituye una de las piezas más hipnóticas y poéticas de la actual edición de ARCO. Durante nueve minutos, el espectador asiste a la mágica danza de dos clavos que giran el uno alrededor del otro. La subjetivación de lo objetual −la adquisición de un ser− se produce por medio del simple movimiento.
7. Mapa político de los derechos pisoteados, 2024, Eugenio Merino. Galería ADN, Barcelona.
Un mapamundi salpicado por suelas de zapato que llevan inscritas artículos de la Declaración de los Derechos Humanos escinden el potente discurso de esta obra en dos niveles: de un lado, la suela del desplazado y del emigrante que no encuentra un hogar en el mundo; de otro, las pisadas del imperialismo que no dejan territorio alguno del planeta sin marcar con la huella de sus intereses geopolíticos. Una obra redonda.
8. Piece of Wall, Concrete #8, 2015, Pierre Descamps.
La pintura como ventana a la realidad −gran paradigma del Renacimiento− es deconstruida, en esta pieza, por Pierre Descamps mediante la transformación del lienzo en un muro ciego de hormigón. Ante la imposibilidad de una representación ilusionista, el efecto de perspectiva recae en el propio formato del marco; circunstancia la cual redunda en una objetualización máxima de la pintura.
9. Esquema poético de un gesto repetido, 2023, Diana Fonseca. Galería Max Estrella, Madrid.
Esta instalación de dibujos nos introduce en toda la dimensión poética y existencial del gesto como medida de tiempo que desborda el marco del instante. Diana Fonseca construye una “continuidad de interrupciones” en la que la coherencia del relato vital viene proporcionada por la imagen disimétrica de conjunto.
10. Kev, 2020, Elmgreen & Dragset. Galería Helga de Alvear, Madrid.
Un niño, completamente extenuado, yace tumbado sobre una pista de tenis de hierba. A su lado, una raqueta y una pelota permanecen como testigos mudos de ese cuerpo del que se conoce la causa de su colapso. Uno de los aspectos más interesantes de esta obra es que el bronce −material noble− aparece pintado como si fuera resina −un material más pobre−. Este empobrecimiento del bronce expresa la debilitación de un cuerpo −el del niño− que, pese a su condición atlética, ha caído al suelo.