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La historia de la Sagrada Familia: 140 años en construcción

Si bien en 1882 se colocó la primera piedra, no fue hasta un 3 de octubre de 1883 que el proyecto cayó en manos de Antoni Gaudí
David ZorrakinoEuropa Press

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La excepcionalidad de la Sagrada Familia incluye su aún inacabada construcción. Se le conoce a nivel mundial no solo por la maestría y unicidad del diseño de Antoni Gaudí, sino por llevar más de un siglo entre grúas y andamios. Si bien su construcción arrancó en 1882 -este año se cumplen 140 años de aquel comienzo-, no fue hasta un año después que el proyecto acabó en manos del icónico arquitecto: el 3 de octubre de 1883, Gaudí recibió su primer encargo de la Sagrada Familia, proyecto que heredó de Francesc de Paula Villar, quien fue encargado inicialmente para crear el templo. En un principio, el diseño de este arquitecto era bastante diverso al que posteriormente planteó Gaudí: bajo un puro estilo neogótico, contenía contrafuertes y arbotantes exteriores, así como ventanales ojivales y un campanario afilado. No obstante, la llegada del genio del modernismo hizo que la propuesta se hiciese más ambiciosa y novedosa.
Todo comenzó en 1881, cuando la Asociación Espiritual de Devotos de San José compró una parcela de 12.800 metros cuadrados para edificar la catedral. El 19 de marzo de 1882, el obispo Urquinaona colocó la primera piedra, y unos meses después comenzó Gaudí en el que fue su proyecto más complejo y singular, y al que le dedicó 43 años de su vida. Si bien fue consciente de que no la podría ver terminada en vida, el arquitecto sí mantuvo la idea de crear el templo perfecto, que representara la vida de Jesús y la historia de la fe. De esta manera, las 18 torres se dedican a importantes personajes de la Biblia: 12 a los apóstoles, 4 a los evangelistas, una a la Virgen María y otra a Jesucristo, la cual se rematará por una cruz que alcanzará nada menos que 172 metros de altura. Unas medidas que convertirán a la Sagrada Familia, una vez se finalice su construcción, en la iglesia más alta del planeta.
Por su parte, cabe destacar la atención que el arquitecto prestó a las fachadas del templo. Cuenta con tres de ellas, y también son representativas de la vida de Jesucristo: Nacimiento, Pasión y Gloria. La primera fue la única que se construyó en vida de Gaudí, y es la que se ubica frente a la plaza que lleva su nombre. Con esto, todas ellas comparten su complejidad simbólica y un alto detallismo arquitectónico, que abarca desde una escultura sobresaliente de Jesús hasta bases de columnas sustentadas por caparazones de tortugas.
El 10 de junio de 1926 Gaudí falleció como consecuencia de un trágico accidente, al ser atropellado por un tranvía, y fue su discípulo Domènec Sugrañes, quien tomó el relevo. Pero no fue el único, pues han sido varios los arquitectos que han tomado el legado de Gaudí, con el objetivo de no alterar la idea que concibió el maestro: también han participado Isidre Puig Boada, Lluís Bonet i Garí, Francesc de Paula Cardoner, Jordi Bonet Armengol y Jordi Faulí Oller, quien ostenta el cargo desde hace diez años. Así, la Junta Constructiva indica como fecha de fin de las obras en el año 2026, cuando, además, se conmemoran los 100 años desde la muerte de Gaudí.