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Cristina Tárrega: “No creo que haya que demostrar todo lo que somos”

La periodista aprovecha sus vacaciones para hacer detox en términos de alimentación, pero también de redes sociales
larazon
La Razón

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Es transparente y no tiene filtros. Su voz, rocosa y familiar, nos evoca las noches que pasó sola en la ciudad transitando por territorios comanches pero también a esta reciente televisión «desternillante y respetuosa» que tanto defiende. Tárrega es un puerto seguro al que se llega sin faro y del que resulta imposible salir. Tal vez por eso, directores y productores la consideran talismán en formatos de todo tipo… Si ella no está en la pantalla, dan ganar de zapear. Compartimos un pedacito de mar, aunque sea de forma telefónica.
¿Ya ha arrancado sus vacaciones o todavía no?
Tengo vacaciones televisivas desde julio y me estoy dedicando a cuidarme, aunque sin dejar de trabajar porque, como sabes, tengo mi propia empresa. Pero con más relax que en invierno.
¿Ya se ha tomado los días de descanso con Ana Rosa?
Sí, pero no quiero hablar del tema. Solo te diré que muy bien por Cádiz con mi amiga.
También quería hacerse un detox y practicar yoga junto a tu marido, Mami Quevedo.
Ya hice el reposo digestivo. Estuve en Las dunas, haciendo una reducción alimentaria. He estado una semana y es lo mejor que me ha pasado. Me he reeducado alimentariamente gracias a una comida riquísima, muy sana y sin pasar nada de hambre.
En su perfil de Instagram vemos que es una persona muy familiar... ¿qué supone su comunidad virtual para usted?
Las redes son una plataforma que me ayuda a transmitir cosas positivas. Ahora, por ejemplo, estoy alimentando hashtag #LimonadasporEspaña, y me he quedado sorprendida de la respuesta de la gente. Infinidad de visitas y comentarios diciéndole qué le añade cada persona y como lo hacen en distintos puntos del país. Ocurre que yo no bebo alcohol porque no lo metabolizo y mi bebida de verano siempre ha sido la limonada y estoy disfrutando mucho de la respuesta de mis seguidores.
Escritores, actores, cantantes o presentadores han trasladado sus contenidos a las redes...
En mi caso, no lo veo como espacio para crear contenido. Para mí las redes tienen un punto lúdico e informativo, pero solo eso. Por ejemplo, yo retiré mi cuenta de Twitter y tengo una -que no está a mi nombre- solo para informarme y ver qué ocurre. En cuanto Instagram, no creo que haya que demostrar todo lo que somos o hacemos. Yo, por ejemplo, cuelgo cosas de mis perros, momentos bonitos con mi marido o amigos, ropa, comidas... Pero no me gusta cobrar. Incluso tengo una agencia, no para que lleve mis redes, sino para que elimine y bloquee a los que incordian o insultan. Sé que se me penaliza por ellos, pero prefiero tener menos seguidores y más sensatos.
¿Es de conciertos de verano... o más bien de paseos, cenitas y terrazas?
Sí soy de conciertos, pero de los que dan mis amigos. Ya he ido a ver a Alejandro Sanz, a Manuel Carrasco... En cuanto a música moderna, soy más de Nicky Jam que de Rosalía, por ejemplo. Me gusta su personalidad pero no me identifico con su música. Me pasaba de joven: me gustaba más David Bowie que los Rolling.
Cristina, dice el presidente que los hombres se quiten la corbata... ¿qué nos quitamos nosotras?
De verdad que este señor es lo que no hay. Entre esto y la campaña de cómo tenemos que ir a la playa, estamos apañados. ¿Ahora nos tienen que decir a las mujeres cómo debemos ir? Yo siempre he ido como me ha dado la gana: vestida, desnuda, con pareo, con más kilos, con menos... ¡o con vespa!
Se echa de menos un programa de entrevistas como las que hacía usted.
Pues es un formato en el que me parece que me volverás a ver. No es fácil, sinceramente, pero creo que siempre he sabido escuchar. Tengo mil defectos, pero ese no. En ocasiones vemos a conductores que son personajes y se sientan a hablar con otros personajes. Eso es otra cosa. Cuando entrevista un periodista tiene que desaparecer porque lo importante es el invitad. No se puede ser más protagonista que quien viene a visitarte.
¿Qué noticia de la crónica rosa coleará hasta septiembre?... Parece que todo se centra en dos apellidos.
Yo no hago crónica rosa, yo, como dice Bibiana “somos opinólogas”. Están los periodistas que controlan el mundo del corazón y los que solo decimos lo que pensamos. En cuanto a los temas, veo septiembre retomando los mismos temas que en julio. Hay personajes de los que siempre hay que hablar, de oficio: los reyes, Urdangarín, celebridades extranjeras, etc... y, otros, que sacan nuestra parte más cotilla. Estos últimos, además, nos tienen cogida la medida y nos dosifican su contenido.
Trabajó con Raffaella Carrà y hace muy poco se cumplían un año de su fallecimiento
Yo la adoraba y ella sacó la bestia que había en mí. Me conoció en la radio y me dijo: “tú erres una Carrà, eres una brava, ¡vente conmigo a la tele!”... y ella fue la que me metió el gusanillo de ese medio. Me dolió enormemente su pérdida. Piensa que crecí viéndola y admirándola -como me ocurría con Rosa María Mateo en otro orden- y poder trabajar a su lado fue una regalo.
¿Iría a un reality o eso queda fuera de sus intenciones?
¡¡¡Jamás de los jamases!!! Solo a uno que consista estar tumbado en un SPA (risas)... Bueno, hay uno al que sí me gustaría: MasterChef. Además, soy muy cocinillas. Con el punto que tengo, nos reiríamos todos.
Es una lectora empedernida... ¿Qué tiene en la mesilla de noche?
No te lo vas a creer pero estoy leyendo “Siete días de furia y puñales” de Graciano Palomo. Me encanta la política y el libro habla de la conjura urdida en el Partido Popular contra Pablo Casado y las vicisitudes de los primeros tiempos de Alberto Núñez Feijóo. Me está encantado.
Y yo que pensaba que era más de novela negra...
¿Ves? Soy una gran desconocida. A mí me gustan los libros con enjundia.
Supongo que sigue el fútbol: ¿Cómo ve el arranque de la liga?
Siendo la mujer de un futbolista, como para no ver el fútbol. En casa de este herrero no hay cuchillo de palo. Se presenta una liga calentita, claro y la viviremos con mucha emoción. Y eso que mi casa está dividida: del Madrid, del Barça, (risas).
¿El plan perfecto para una tarde de verano?
Además de tener una limonada en la mano... quedarme sentada delante del mar, donde estoy ahora mismo. El mar, leer, quedarme traspuesta, tener a mi familia cerca...