Razones para ver “No mires arriba” pero solo a trozos
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Dirección: Adam McKay. Guion: Adam McKay, según una historia de David Sirota. Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Jonah Hill, Meryl Streep. USA, 2021. Duración: 138 minutos. Comedia.
En la que se suponía la película definitiva sobre la crisis de Lehmann Brothers, “La gran apuesta”, Adam McKay construía un ampuloso análisis socioeconómico que fracasaba en su poliédrico intento de explicar el apocalipsis del capitalismo neoliberal en términos bursátiles. Está claro que al director de “El vicio del poder” le interesa el fin del mundo tal y como lo conocíamos, que en “No mires arriba” toma cuerpo en un cometa que, en seis meses, colisionará con la Tierra para hacerla trizas. La destrucción del planeta es, claro, una excusa -o una metonimia de los peligros del cambio climático- para articular la sátira, otra vez definitiva (¡dos horas y veinte!), sobre las miserias morales de las clases dirigentes, el uso político de la información, la anestesia de un país que se alimenta de mentiras como de comida basura y la polarización irracional que generan las redes sociales.
Emulando al viejo de cine de catástrofes en su capacidad de convocatoria estelar, “No mires arriba” queda muy por debajo de las comedias que McKay facturó con Will Ferrell, tal vez porque su mirada, contradiciendo el título, siempre es en picado, desde arriba. No es que todas las sátiras tengan que empatizar con sus personajes -Kubrick no lo hacía en “Teléfono rojo, volando hacia Moscú”- pero el problema de la película es que, lloviendo sobre mojado, no parece interesada en encontrar grises en su vitriolo, y el ‘dejà vu’ de su misantrópico cinismo llueve sobre mojado.
Este crítico está convencido de que la mejor manera de disfrutarla es de forma fragmentada, celebrando ‘sketches’ y desechando otros, aunque esa cultura del hiato sea precisamente una de las dianas de sus flechas envenenadas. Las visitas al Despacho Oval o la trastienda del informativo presentado por Cate Blanchett y Tyler Perry están a la altura del sarcasmo hiperbólico de otra farsa, mucho más feliz y lograda, sobre la estupidez norteamericana titulada “Mars Attacks”.
Lo mejor
El elenco femenino: la mirada y palabra franca de Jennifer Lawrence, y el histrionismo clown de Streep, Blanchett y Grande.
Lo peor
La sátira satiriza lo que es ridículo de por sí, y lo hace desde un tiránico cinismo, que acaba reivindicando valores muy tópicos.