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Bacterias para “rejuvenecer” el mármol de Miguel Ángel

Las manchas y decoloraciones de las esculturas que el artista hizo para la capilla de los Medici han sido eliminadas con resultados bastante buenos, según los restauradores
Musei del Bargello

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Decía Miguel Ángel que en cada bloque de mármol había una escultura escondida, y que él solo se encargaba de liberarla. Dentro de sus inabarcables creaciones artísticas, las esculturas fueron uno de sus puntos más fuertes. Tan solo hace falta ver su David, ubicado en Florencia, su Moisés, en Roma, o La Piedad, anfitriona del Vaticano. No obstante, y aunque su talento sea inmortal, el material es súbdito del tiempo, y esto hace que el mármol deba cuidarse para así preservar las obras de arte.
En 1595, las manchas y decoloraciones comenzaron a aparecer en las figuras que Miguel Ángel creó para la elegante capilla de los Medici, ubicada en Florencia. También, siglos después, los yesos utilizados para copiar las obras maestras dejaron residuos decolorados sobre el mármol. Estas imperfecciones se pudieron ver eliminadas tras décadas de trabajo, pero la suciedad y otras manchas han requerido más trabajo. Ahora, ha hecho falta una pandemia para que los restauradores trabajen en paz y, según informa “The New York Times”, “han desatado silenciosamente microbios, una mezcla heterogénea de bacterias”, sobe las esculturas.
La Capilla Medici de Miguel Ángel fue uno de sus más ambiciosos y creativos proyectos -sin olvidar, por supuesto, la Capilla Sixtina-, y supuso un trabajo histórico en términos renacentistas. La idea de hacer esta capilla fue de Julio de Medici y del Papa León X tras la muerte de su hermano Giuliano y de su sobrino Lorenzo de Medici. Para el primero, Miguel Ángel creó una estatua idealizada a la que acompañan dos alegorías del día y la noche, en alusión al transcurrir del tiempo, la plenitud y la muerte. Por su parte, para Lorenzo, también hizo un retrato idealizado, esta vez con la mano en la barbilla como símbolo de la meditación. De acompañantes, en esta tumba figuran la aurora y el crepúsculo.
Ahora, para preservar la calidad de estas grandes e imponentes esculturas, un grupo de restauradores, tras hacer una prueba con diferentes bacterias sobre un mármol oscuro por la suciedad, esparcieron una llamada Serratia ficaria SH7 por todas las zonas dañadas. Tras esto, las esculturas estaban relucientes. Estas bacterias, además, se alimentan de pegamento, aceite y fosfatos, por lo que consiguen eliminar algunas de las manchas más incrustadas en las estatuas, algo que no han conseguido ni las más profundas limpiezas.
Pero la suciedad de estas esculturas no es algo común, sino que es un caso bastante curioso. Explica la publicación estadounidense que el motivo de estos daños sobre el mármol alude a Alejandro de Medici, que fue asesinado por su primo Lorenzo de Medici y cuyo cadáver fue incluido en la tumba de su padre, también Lorenzo de Medici. Pero su cuerpo no se enterró de manera apropiada ni fue eviscerado, sino que se envolvió en una alfombra y se arrojó al sarcófago, provocando la descomposición del cadáver y la consecuente filtración de los restos por el mármol de Miguel Ángel.
Esta disputa entre primos ocasionaron las manchas imposibles y la SH7 -que procede de unos suelos contaminados por materiales pesados de una mina de Cerdeña- ha podido con ellas. En palabras de Monica Bietti, antigua directora del Museo, “la SH7 se comió a Alessandro”. Pero no es la única bacteria utilizada.
Para el sarcófago de Giuliano de Medici, el equipo usó Pseudomonas stutzeri CONC11, una bacteria aislada de los residuos de curtiduría que los expertos esparcieron por las esculturas del día y la noche. También usaron Rhodococcus sp. ZCONT, bacteria que viene de unos suelos contaminados con diésel. El resultado, aseguran, ha sido muy bueno. La de Lorenzo de Medici luce libre de restos corporales y los compañeros de Giuliano disfrutan de nuevo del brillo característico del frío mármol.