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Lennon y McCartney: por qué se separaron y cómo se reconciliaron

El bajista de los Beatles habla de sus sentimientos, las razones del distanciamiento y la reconciliación en un programa especial de la BBC junto a Sean, el hijo de Lennon. Una noche de 1976 estuvieron a punto de volver a presentarse juntos en televisión como los Beatles.
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Es una de las mayores historias de la cultura popular. John Lennon y Paul McCartney fueron hermanos, las dos mejores mitades de un solo alma musical, la que hizo la colección de canciones más fantásticas del pop. Se convirtieron con el tiempo, también, en enemigos íntimos. En el 80 aniversario del nacimiento de Lennon, de cuyo asesinato se van a cumplir 40 años próximamente, un programa especial emitido por BBC2 y conducido por Sean, el segundo hijo del guitarrista, rendía homenaje a su figura con el otro protagonista principal de esta historia, Paul McCartney. “Miro atrás como un fan y me doy cuenta de lo afortunado que fui de acercarme a un ’'teddy boy’' en el autobús, que resultó que tocaba música como yo, y empezamos juntos, y, chico, nos complementábamos el uno al otro, éramos un poco ying y yang. Dicen que en los matrimonios los opuestos se atraen y bueno, cada uno puso algo suyo y salió algo extraordinario”, relataba el bajista de los inicios de una epopeya musical que terminó en sonado divorcio y callada reconciliación. ¿Cómo sucedió?
Sobre las causas de la separación se ha especulado mucho, pero el tema ha quedado bastante zanjado a la luz de algunos documentos que han aparecido hace no demasiado tiempo. En la cultura popular siempre se le han atribuido las culpas a Yoko Ono, cuyo papel quizá no fuera positivo para la dinámica de la banda (como, según parece, tampoco lo fue el de Linda McCartney), pero está lejos de ser la única culpable de la separación. La relación entre Lennon y McCartney ya estaba muy deteriorada cuando se separan y el rencor duró bastantes años. La causa tuvo que ver con la pérdida de entusiasmo y, por supuesto, también con el dinero. Allen Klein había sido contratado como manager solo un año antes de la separación, decisión que no fue del agrado de ninguno en el cuarteto y ante la que McCartney casi interpone una demanda, pero que trataba de poner orden en el negocio discográfico de la banda. Sin embargo, todo explotó en 1970 y los Beatles se separaron. Apenas un año después, Lennon escribió una carta a su antiguo mejor amigo.
La misiva, de la que la prensa y los historiadores musicales no tenían conocimiento hasta que fue subastada en 2013, contenía una serie de reproches contra McCartney y Linda, y también contra Klein. “Los dos pasásteis todo el día convenciéndome de que era mejor no decir nada, pidiéndome quedarme callado porque eso heriría a los Beatles”, lamentaba Lennon, que admitía: “Por supuesto que el ángulo del dinero es importante –para todos– especialmente para ti, después de la mierdita que vino desde tu familia política. Que ¡DIOS TE AYUDE A SALIR DE AHÍ, PAUL! Nos vemos en dos años”.
En estas líneas, el compositor de “Imagine” y “Give Peace a Chance” revelaba que el silencio posterior a la separación fue idea de McCartney y Klein y miraba hacia atrás con amargura al saber del éxito de McCartney con “Wings”, que fue número uno en Estados Unidos y al que se refiere como “disco de oro”. “No me avergüenzo de los Beatles –(yo empecé todo)– pero sí de la mierda que aguantamos para ser grandes. Pensé que todos nos sentíamos de esa manera en diferentes grados, pero veo que no”. Y a continuación le decía: “¿Realmente crees que la mayoría del arte que hay hoy llegó por los Beatles? No creo que estés tan demente para hacerlo, Paul. ¿Lo crees? ¡Cuando dejes de creer eso puede que despiertes! (…) Claro que cambiamos el mundo, pero ve e intenta seguir. ¡DEJA TU DISCO DE ORO Y VUELA!”.
El papel de las parejas
La misiva del autor de “Imagine” era la respuesta a una anterior de su amigo que no se conserva. “Estaba leyendo tu carta y pensando qué clase de maniático de mediana edad fan de los Beatles la escribió. Me resistí a ver la última página para descubrirlo (…) ¡Qué demonios, fue Linda!”. Y es que sobre el papel de las parejas de ambos músicos en la crisis final del grupo, Lennon deja estas frases de reproche: “¿Quién crees que eres? (…) Espero que te des cuenta de toda la mierda que tú y el resto de mis amigos ''nobles y no egoístas'' pusieron sobre Yoko y yo desde que estamos juntos”, lamenta, y asegura que ya les ha perdonado sus comentarios pero parece claro que no es así. Más adelante se refiere a la pareja de McCartney y le dice sin tapujos: “si no te importa lo que yo diga –¡cállate!– deja que Paul escriba o lo que sea”. Lennon se despide diciendo que a pesar de todo les quiere, a Paul y a Linda.
El asunto del dinero fue posteriormente corroborado por McCartney quien, en 2014 reconoció que toda la hostilidad fue un asunto de ganancias y beneficios. «Llegamos a un punto que realmente fue desagradable y fue por los negocios. Pensé en todo el tema de nuestra rivalidad durante años, pero fui muy afortunado porque antes de que lo asesinaran fuimos amigos de nuevo, nos llamábamos y hablábamos. Nuestra relación volvió a la normalidad», reveló el artista. ¿Cómo sucedió después del rencor que acumulaban ambos?
La reconciliación
Hay que reconocerle todo el crédito a McCartney. Lennon atravesaba una crisis personal aguda. Había publicado los excelentes “John Lennon/Plastic Ono Band” (1970), “Imagine” (1971) y mientras trabajaba en “Mind Games” en 1973, se separa de Yoko Ono. Su estado psicológico era casi de desquiciamiento y su conducta errática por el abuso de sustancias y entró en lo que él mismo denominó su fase de “el fin de semana perdido” que en realidad duró año y medio de descontrol. Lennon estaba en California ocupando portadas de periódicos con sus borracheras junto a Harry Nilsson, con el que grababa un disco en el estudio de su casa, por la que pasaban artistas como Stevie Wonder y Paul se enteró. Apareció inesperadamente junto a Linda y se sumó a las improvisaciones. Aquella noche sanaron algunas heridas.
No parece coincidencia que todo sucediese cuando Yoko Ono estaba fuera de la ecuación. Fue una jugada inteligente de Paul quien, por otra parte, conocía de las malísimas costumbres de su amigo por aquellos tiempos en los que se sumergió en la oscuridad. Después de aquello, retomaron un contacto de forma discreta hasta el punto de que, en 1975, Lennon no parecía oponerse a una reunión del cuarteto e incluso flirteaba con la idea. En varias entrevistas, ensalzó a su amigo y enterró el hacha de guerra. “He trabajado con Ringo y George. No lo hice con Paul porque pasamos un momento difícil. Pero ahora estamos... bastante cerca”. De hecho, hubo una noche de 1976 que estuvo a punto de suceder: Paul y John estaban en el apartamento del segundo en Nueva York, viendo “Saturday Night Live” cuando Lorne Michaels hizo una broma. Si era por dinero que que volviesen, él ponía 3.000 dólares. Estuvieron a punto de presentarse en el plató para reclamar su dinero.
Aquello nunca sucedió, pero ambos músicos se perdonaron. McCartney le dijo a Sean Lennon en BBC2: “Siempre le digo a la gente que una de las mejores cosas para mí fue que, después de toda la basura de The Beatles y todas las discusiones y los negocios, ya sabes, las diferencias comerciales realmente... Que incluso después de todo eso, estoy tan feliz de haber recuperado la amistad con tu padre. Habría sido un dolor en el corazón para mí si no hubiera sucedido”. También reveló que todavía piensa en Lennon cuando se enfrenta a alguna canción: "Estoy escribiendo algo y digo: ‘Oh Dios, esto es terriblemente horrible’. Y pienso: ‘¿Qué diría John?’ ". El diría: ‘Sí, tienes razón. Es espantoso. Tienes que cambiarlo’.