Nada nuevo se ha escrito en 5.000 años
La aparición de la escritura ha sido la gran revolución de la humanidad. Desde entonces, no ha habido un nuevo sistema entre los alfabetos del mundo
En 5.200 años se ha datado la aparición de lo que se considera la primera forma de escritura basada en un alfabeto. Fue en Mesopotamia y era infinitamente más evolucionado que los emoticonos que puebla el universo digital. Se podría decir que ésta es la última forma de escritura creada, mucho más primitiva que los refinados jeroglíficos egipcios, capaces de expresar ideas complejas, o que el sistema Braille de escritura táctil para ciegos –iniciado sobre 1825–, abocado a una infantilización a la altura de las redes sociales.
Miles de muñequitos intentan expresar ideas o sentimientos que el alfabeto latino –el sistema de escritura más utilizado en el mundo– consigue con 26 letras. El sistema cirílico de escritura, el alfabeto ruso, consta de 33 letras, con la variante de que dos de ellas no tienen sonido y sólo sirve para enfatizar determinadas expresiones. Un caso aparte es el chino, que consta de 60.000 caracteres, aunque se suelen emplear unos 3.000.
La adaptación a la fonética latina ha llevado a que Windows disponga de un teclado con estos caracteres que luego se convertirán en las diferentes variedades del chino, lo que nos da pistas de las limitaciones expresivas. El alfabeto árabe, de 28 letras, también presenta problemas para Microsoft. Para chats de telefonía móvil se ha creado un código denominado «arabish» que utiliza los caracteres latinos, incluso números –árabes– para simular letras.
Microsoft todavía no ha podido llevar al teclado y a la pantalla alfabetos tan antiguos como el tibetano, etíope o variaciones de devanagari, como el sánscrito y nepalí, aunque sí el hindi, que es la lengua oficial de India y cuarta del mundo, además de suministrador de ingenieros informáticos y matemáticos que nutre el imperio de Bill Gates.
Árabe y hebreo, las dos lenguas que escriben de derecha a izquierda, presentan problemas más complejos, que arranca de su origen: todavía no se sabe del todo por qué se escribe en esa dirección. Para algunos investigadores, tiene que ver con la «línea del tiempo», el orden de los acontecimientos: del pasado (izquierda) o de lo que está por llegar (derecha). En todo caso, la escritura es el gran invento de la humanidad, la llamada segunda memoria después de la que cada persona acumula en su cabeza.