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Renée Zellweger: “La Prensa destrozó a Judy Garland y nadie la protegió”

El director teatral británico Rupert Goold se atreve con su segundo largometraje y refleja en la gran pantalla las horas más bajas de la vida de Judy Garland, a quien da vida la estadounidense y cuya interpretación le ha valido una nominación a los Oscar
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La Razón
  • Rosa Gamazo

    Rosa Gamazo

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Última actualización:

Renée Zellweger creció en Katy (Texas) y cursó sus estudios universitarios en la Universidad de Texas en Austin, ciudad que considera su hogar, al tener gran parte de su familia residiendo allí. Su mezcla cultural y sus raíces europeas (es hija de un noruego y una suiza) le hicieron sentirse un ligeramente diferente al resto de los niños durante su infancia. Desde muy temprano Renée quiso ser escritora. En un intento por orientar su pasión hacia la palabra y su vocación comunicadora decidió escoger la profesión de periodismo demostrando además su potencial destreza al terminar un año antes de lo previsto sus estudios. Pero fue precisamente durante su paso por la universidad cuando el gusanillo de la interpretación comenzó a despertarse de una especie de letargo y, tras graduarse, decidió lanzarse a la piscina y probar suerte como actriz. Parece que tomó la decisión correcta.
Su carrera interpretativa está plagada de filmes de distintos géneros como «Jerry Maguire» (1996), bautismo cinematográfico que llevó a cabo de la mano de un jovencísimo Tom Cruise y que facilitó su salto a la popularidad, o, sin duda, su papel más destacado y por el que se la conoce internacionalmente; «El diario de Bridget Jones» (2001) –imposible olvidar la untuosidad de esa tarrina de helado que Bridget abraza con fricción para paliar las taras de un corazón hastiado–. También ha participado en otros filmes como «Persiguiendo a Betty», «Cold Mountain» o «Cinderella Man». En 2007 se convirtió en la actriz de Hollywood mejor pagada. Siempre ha mantenido un perfil bajo y en el año 2010 decidió dar un parón a su carrera porque estaba cansada de los papeles que venía haciendo hasta el momento. Ahora vuelve con «Judy», una película sobre la famosa cantante y actriz americana Judy Garland, dirigida por Rupert Goold, adaptación del musical de Broadway escrito por Peter Quilter. En este filme, la americana se concentra en la trágica última etapa de Garland, un periodo en el que la artista intentó trasladar su carrera a los escenarios de Gran Bretaña.
–Es sin duda una historia muy interesante.
–Los es, y existe una razón por la que estamos contándola cincuenta años después de su muerte. Y eso me atrajo y me dio muchas ganas de meterme en su piel y hacerlo lo mejor posible.
–¿Pensó en algún momento que podría cantar como lo hacía Judy Garland?
–Realmente no, Judy Garland cantaba mejor que el 99.9% de la población incluso en sus momentos más bajos. Era un genio cantando. Ya me gustaría a mi llegar a su nivel en sus peores días (risas).
–¿Eso es lo que le llamó la atención del proyecto?
–Si en parte, era una historia que merecía ser contada, aunque menuda presión (risas). No contada en un sentido literalmente biográfico donde empiezas por la niñez y vas progresando. Interesaban más esos momentos que entrelazan la biografía y que se desconocen. Tenemos esta tendencia a creer que conocemos a los personajes que son famosos basándonos simplemente en logros que han obtenido a lo largo de su vida. Y luego se van desvelando cosas a través de las personas que estaban cercanas a ellas. Muchos de estos personajes tan famosos son incomprendidos en muchos aspectos. Al contar su historia hay siempre pequeñas cosas que no se dicen que pueden ser clave a la hora de entenderla y la razón que le lleva ir de un lugar a otro o tomar ciertas decisiones.
–Da la impresión de que era muy querida por la gente que trabajó con ella.
–Todo el mundo le tenía mucho cariño, desde el eléctrico, pasando por el asistente de dirección, hasta la que limpiaba el set. Cuando rodamos la película pudimos sentir todo el cariño que el equipo tenía por esta maravillosa mujer que sin duda merecía el amor que el mundo la profesaba. Merecía mucha más protección de la que realmente obtuvo en ese momento de su vida. La debían de haber protegido de la Prensa que le hizo mucho daño, la destrozó. Todo el equipo que participamos en el filme estábamos orgullosos de dar lo mejor de nosotros mismos para representar de la mejor manera posible a esta gran artista cincuenta años después de su muerte. Ha sido una experiencia inolvidable.
–Sin duda fue un icono.
–Efectivamente. Llegó al corazón de muchas personas, no solo en Estados Unidos sino a nivel internacional y a varias generaciones. Con este filme queremos mostrarle el amor que en su día ella compartió con todos nosotros. Ha sido una experiencia fabulosa en todos los aspectos.
–Es cierto que ha llegado a varias generaciones, no solamente a la que le correspondía en su época.
–Es alguien a la que se ha considerado en múltiples ocasiones como la mejor artista de la historia. Con una personalidad adorable. Es de estas personas que aparecen una vez cada cientos de años, una entre diez millones.
–¿Cuándo empezó a ensayar o practicar con su voz para el papel?
–Hace un año, más o menos. Las cuerdas vocales necesitan mucha práctica para reforzarlas y que puedan funcionar a la altura de las circunstancias. Es un músculo que hay que ejercitar. No ha sido fácil, muchas cosas que aprender, porque el canto es todo un arte, y más a ese nivel. No tenía ni idea a priori de que fuera a ser tan complicado porque Judy hace que parezca muy fácil y da la impresión de que no tiene quehacer ningún esfuerzo, que le sale natural. Quizá precisamente por eso, la gente no se da cuenta del peaje que hay que pagar para llegar a ese nivel de manera constante y durante tantos años.
–¿Cómo ha sido trabajar con el director Rupert Goold?
–Es un genio. Lo que más he valorado es que es su paciencia, no solo con el proceso del trabajo diario, sino con su manera de rodar. Es bastante difícil captar la soledad y el aislamiento que Judy experimentó en este tiempo de su vida. Hay una tendencia hoy en el cine a editar rápido e ir al grano y en cambio él toma su tiempo para reparar en estos momentos especiales.
–¿Y trabajar junto a Finn?
–Es un actor brillante. Tiene carisma y me sorprendía a cada momento. No puedo esperar a ver como se va a desarrollar su carrera como actor porque posee mucho talento.