Gastronomía

Serra rinde culto al cerdo con sus Jornadas Gastronómicas de la Matanza

Casa Granero organiza la fiesta gastronómica del invierno en la que el embutido es el protagonista

La matanza del cerdo es una tradición antiquísima que en numerosas localidades se convertía en una populosa fiesta de invierno.
La matanza del cerdo es una tradición antiquísima que en numerosas localidades se convertía en una populosa fiesta de invierno. MAP

La matanza del cerdo es una tradición antiquísima que en numerosas localidades se convertía en una populosa fiesta de invierno. La gente se reunía alrededor del animal y jaleaba y celebraba su sacrificio cruento, el posterior despiece y la elaboración del embutido que alimentaba a cientos de personas durante meses.

Hoy las leyes protectoras y una sociedad mucho más sensibilizada con el bienestar de los animales han terminado con ese ritual que ya no se celebra a la vista del público como espectáculo.

La población valenciana en donde la matanza está más arraigada y en donde se ha venido celebrando generación tras generación y siguen conmemorándola cada invierno, es Serra, en el corazón de la Sierra Caderona. Allí, no es que se resista a desaparecer, si no que año tras año, reconvertida la matanza en jornadas gastronómicas, alcanza un mayor relieve popular y gastronómico.

La responsabilidad y la iniciativa de este acontecimiento festivo en Serra, recae en Vicente Navarro, un chef emprendedor, bien conocido y admirado entre sus compañeros y responsable junto a su mujer Mónica, de Casa Granero, el popular y típico restaurante de cocina tradicional, cargado de solera, que cuenta con una abultada clientela de muy diversas procedencias.

Degustación de embutido
Degustación de embutidoMAP

Para anunciar ese prolongado festín en el que se le rendirá culto al cerdo, cochino o gorrino y sus productos derivados, se presentaba al principio de semana la XXX edición de “Las Jornadas Gastronómicas de la Matanza del Cerdo de Serra”, que tendrán lugar entre el 16 de febrero y el 17 de marzo próximo.

La jornada comenzaba a mediodía en un ambiente festivo, con tuna y tabalet y dolçaina y tenía lugar como años atrás en el centro de la localidad, alrededor de Casa Granero y a la sombra de la histórica Torre del Señor de la Villa, la joya histórica de origen islámico construida en el siglo IX.

Vecinos y forasteros se acercaban a las ollas, sartenes y paellas para degustar los contundentes y diversos manjares de la cocina de frío e de interior, como la sabrosa olla de Siete Aguas cocinada ante el personal por Voro y Tere, del restaurante Setaygues, arroz de secreto, gazpacho manchego o embutidos a precios populares y regados con vinos, cervezas y refrescos. Este día termina siempre con un ritual muy curioso al estilo del Mesón de Cándido de Segovia, en el que Granero, nombre por el que llama todo el mundo a Vicente Navarro, celebra un solemne ritual en el que

nombra y condecora a los Caballeros de la Matanza. El título y los honores de este año, apadrinados por Ángel Garzón, empresario de Castellón, han recaído en el teniente coronel de la Guardia Civil, José Cutillas Barberá y en Antonio Montoliu, hostelero y propietario de la Barraca de Toni Montoliu, de Meliana.

Lo que los asistentes esperaban a esas horas, pasadas las catorce, eran los cochinillos crujientes y torreznos, que convertidos en raciones fueron repartidos para saciar el apetitos de los forofos cárnicos del puerco.

Y tras el preámbulo, la verdadera fiesta popular del cerdo que se avecina en Serra, villa que, de la mano de Granero mantiene la tradición de homenajear al sabroso puerco desde hace ya 30 años.