Fase dos de la DANA
"Para reconstruir Valencia hace falta que todo el sector de la construcción trabaje en estas zonas durante año y medio"
Los contratistas de obra pública advierten de que los damnificados por perder una vivienda recibirán el dinero y no tendrán quién les haga la obra
Medio millón de personas afectadas, 100.000 viviendas que requieren intervención, colegios, centros de salud, bibliotecas y complejos deportivos arrasados en 63 municipios de la provincia de Valencia. Estas son solo algunas de las cifras que reflejan el importante trabajo que tienen que desarrollar los constructores en la zona afectada por la DANA del pasado 29 de octubre.
En la última semana Gobierno central y el autonómico han abierto una batalla por las ayudas previstas para los damnificados, aunque ninguno de ellos ha hablado de la efectividad de las mismas. ¿Tiene sentido ingresar 60.000 euros en la cuenta de una persona cuya casa ha quedado destrozada si no encuentra quién se la arregle?
José Luis Santa Isabel, presidente de la Federación de Contratistas de Obras de la Administración de la Comunitat Valenciana (Fecoval) tiene clara la respuesta: «No. A los afectados hay que llamar a su puerta y decirles que no tienen que encargarse de nada».
Fecoval, a través de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), ha elaborado una propuesta que ha entregado al Ministerio de Vivienda y que está siendo analizada.
El plan de acción está dividido en varias fases, aunque todas pueden ejecutarse con celeridad.
«Hay que identificar dónde están las viviendas afectadas y dividirlas por zonas. A continuación se hace un contrato en el que aparece un cuadro de precios y se adjudica a una empresa». De esta manera, explica, se puede hacer una valoración de la inversión necesaria, «pero lo que es más importante es que los afectados se sienten atendidos, no se tienen que ocupar de nada porque todo se va a hacer bien y con seguridad».
Otra de las ventajas es el que el Gobierno sabrá cuánta inversión necesita. «Estamos hablando de cifras que van de los 30.000 a los 40.000 millones. El año que más se invirtió en España fue en 2008. Entre todas las Administraciones se alcanzaron los 27.000 millones».
Para que este plan funcione con agilidad hay que eliminar los trámites ordinarios. Proponen crear un ente, «al que podríamos llamar Metroval-pues la mayoría de las localidades pertenecen al área metropolitana de Valencia»- que coordine los planes. Además, todo ellos se pueden acoger a la figura de los Planes Integrales Estratégicos (PIE) previstos en la Ley de Ordenación del Territorio para que esté permitido actuar por encima de las ordenanzas municipales. «Las licencias se concederían por declaración responsable, también hay eliminar los IVA- no puede cobrarle a la gente por los destrozos que han causado las obras que no hizo la Administración- ni tampoco se paga licencia de construcción. Tiene que haber una ordenanza única que funcione por encima de todo».
De esta manera, cada zona se puede ir reconstruyendo de manera conjunta.
Mano de obra y materiales
El trabajo es de tal magnitud que los contratistas calculan que para «poner a cero estas zonas tendría que estar trabajando todo el sector de la construcción durante un año y medio». Se necesita, por tanto, un plan a cinco años vista y que las empresas lo ejecuten como obras extraordinarias».
Santa Isabel insiste en la importancia de fomentar las profesiones relacionadas con la construcción. «Si realmente están en peligro 100.000 puestos de trabajo porque hay 4.500 empresas que han desaparecido y otros 30.000 negocios que están muy afectados, tienen que saber que en este sector van a encontrar trabajo. Que no se acojan a un Erte y apuesten por formar parte de la reconstrucción de su propia zona».
Fecoval se ha puesto ya en marcha y ultima una campaña para ofrecer formación desde la Fundación Laboral de la Construcción. «Nos hacen falta 40.000 profesionales. Todos pueden venir a trabajar. Jóvenes y mujeres. En España las mujeres representan en este sector el 9 por ciento, mientras que en Europa este porcentaje sube al 20. Hacen falta fontaneros, albañiles, electricistas...»
Santa Isabel insiste en la necesidad de resolver con celeridad la situación de los polígonos industriales y favorecer la reapertura de las empresas para que no busquen otra ubicación..
Junto a la mano de obra, alerta de otra cuestión imprescindible. «Necesitamos suministros», pues se va a producir una inevitable inflación. Para esta cuestión también tiene una propuesta, «el Gobierno debería dar incentivos para quien monte fábricas de materiales o fábricas de suministros».
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