Espectáculos
Nino Bravo, el mito de la canción que sigue vivo 50 años después de su muerte
El próximo 27 de abril se celebrará el último de los conciertos homenaje al cantante
El 16 de abril de 1973, justo en el momento de su muerte, nacía el mito y comenzaba la leyenda alrededor del cantante Nino Bravo, como ocurriera antes con estrellas que perdieron la vida trágicamente, como James Dean, Janis Joplin o Jim Morrison.
Lo asombroso es que 50 años después de aquel fatídico accidente a los 28 años, la memoria sobre la figura del artista valenciano está presente y mantiene una fidelidad inmutable entre el público, como se ha podido comprobar a lo largo de este mes de abril con multitud de actos recordatorios, conciertos, exposiciones, homenajes, artículos en prensa, programas especiales de radio y televisión y, por empeño de sus dos hijas, con la reapertura del museo dedicado al artista, una vez remodelado para mantener viva su memoria en Aielo de Malferit, el pueblo que le vio nacer como Luis Manuel Ferri Llopis en 1944.
El último concierto del mes de abril
El último concierto homenaje dedicado al cantante valenciano que se celebra en este mes de abril para conmemorar su desaparición hace cinco décadas, será el que está anunciado en el Palau de les Arts de la Ciudad de las Artes y las Ciencias el próximo jueves 27 de abril, a cargo de la Banda Municipal de Valencia, con los cantantes Felipe Garpe y Sheila García y la participación también cantando de la hija menor del artista, Eva Ferri. Se trata de una repetición calcada del que se celebró el 14 de febrero pasado en el Teatro Principal y que estuvo rodeado de enfados y polémica por la rapidez, apenas unos minutos, con que desaparecieron las invitaciones que había que solicitar por la web de la Banda Municipal.
Con este segundo concierto patrocinado por el Ayuntamiento de Valencia, que declaró el 2023 como el Año Nino Bravo, ocurrió algo parecido. En un abrir y cerrar de la web se agotaron las invitaciones, lo que volvió a generar tensión entre un público deseoso de asistir a esa ceremonia musical en honor a su llorado ídolo. Otro de los momentos tan emotivos como sorprendentes con los que quedó de manifiesto que la figura y las canciones de Nino Bravo siguen presentes en la memoria colectiva de los valencianos, fue cuando en estas pasadas Fallas decenas de miles de gargantas espontáneamente, coreaban con la letra incluida, la canción “Libre”, cada vez que sonaba a través de la megafonía del Ayuntamiento minutos antes de les mascletaes de las dos de la tarde. La inmensa mayoría de los que cantaban eran jóvenes que no conocieron en vida a Nino.
Un mito que sobrevuela América Latina
El fenómeno Nino Bravo no se limita a España, también fue y es un mito en Iberoamérica. Desde Chile a México, de Argentina a Colombia y otros países del continente el recuerdo a través de sus canciones está muy presente y más en este 50 aniversario de su desaparición. Nino, en su breve carrera discográfica de apenas tres años, viajó mucho promocionando sus canciones para alcanzar la popularidad en el continente americano, que finalmente consiguió aunque él ya no pudo disfrutarla. Canciones como “Libre”, “Te quiero, te quiero”, “Un beso y una flor” o “América, América”, entre otras, son auténticos himnos y Nino un ídolo inolvidable. Con su voz única y sin pretenderlo, fue el impulsor de la corriente musical llamada de “Las voces valencianas” como un estilo característico de voz de tenor fuerte y potente y a la vez dulce y melodiosa, capaz de soltar un enérgico chorro de voz y a continuación susurrar con delicadeza un pasaje de la misma canción. Juan Bau, Juan Camacho o Francisco fueron encasillados en ese estilo al que se han sumado a lo largo de los años muchas más voces mediterráneas con esas características.
Fonogram, la compañía de discos de Nino, que era el cantante más famoso de la época cuando se dejó la vida en la carretera, perdió un filón de mucho dinero aunque el negocio continuó con las numerosas reediciones de sus discos, los duetos con otros artistas y otras versiones de sus canciones que no han dejado de aparecer desde entonces, incluidas las de la banda valenciana Seguridad Social de “Un beso y una flor” o la de “Libre” de El chaval de la Peca en los 90.
Aquel joven padre de familia que esperaba su segunda hija cuando la muerte nos lo arrebató, aquel artista de aspecto bondadoso y pelo largo con una voz maravillosa, ha trascendido a su muerte física y se ha instalado en el Olimpo de la eternidad como un mito inalcanzable y de leyenda. Quienes podían ser hoy sus nietos cantan hoy a voz en grito aquellas estrofas que decían… “Libre, como el sol cuando amanece yo soy libreeeee…”.
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