La limpieza de la ciudad de Alicante está de nuevo en el centro del debate político. Esta vez el pleno municipal de Alicante aprobó ayer, con los votos de todos los grupos de la oposición y a instancias de Compromís constituir una comisión de control para auditar el servicio de limpieza y gestión de residuos, muy criticado en los últimos meses por diversas asociaciones vecinales de la ciudad.

El propio concejal de Limpieza Viaria, Manuel Villar, admitió deficiencias en el servicio. «Reconozco que no ha sido un buen verano», dijo para añadir que «estamos trabajando este concejal, los técnicos, la contrata y sus trabajadores para tener el nivel de limpieza que debe tener Alicante». Hay que recordar que el PP gobierna en minoría, 14 de 29 concejales, y que por tanto necesita de apoyos puntuales para aprobar ordenanzas de gran calado para la ciudad; entre ellas la que regula la nueva tasa de basura.

El resto de escaños se reparten de la siguiente manera, 8 del PSPV; 4 de Vox; 2 de Compromís, y 1 de Unides Podem. Antes de la votación sobre la citada comisión, el propio alcalde, Luis Barcala, intervino y aseguró que «que se deben exigir mejoras a la contrata por el servicio que estamos pagando», en alusión a Netial, la empresa concesionaria del servicio de limpieza y recogida de residuos, que empezó a trabajar hace ahora un año.

Barcala insistió en reclamar colaboración a la ciudadanía, para mantener la ciudad limpia, al tiempo que instó a las plataformas ciudadanas que exigen mejoras en la limpieza a tener una actitud constructiva.

La moción para crear la auditoría prosperó con los votos de PSOE, Vox, Compromís y Esquerra Unida-Podem, y la abstención del PP. Según ellos, en limpieza se falla en aspectos como que no existan inspectores que vigilen el cumplimiento de las condiciones de la contrata; el mal estado del material o la falta de empleados suficientes para atender el servicio.