Opinión

¿Da votos el “agua para todos”?

La manifestación del Tajo- Segura ha logrado una inusual unanimidad política

El «agua para todos» fue un lema de diez (con permiso de la Lomloe). Estoy segura que los publicistas del pasado en el que no había «hastags» con los que convertir en viral un tema, dieron un sobresaliente a este reclamo con el que en el año 2002- ¡ojo!, hace dos décadas- se logró movilizar a ciudadanos de varias comunidades autónomas para reclamar la ejecución del trasvase del Ebro.

La protesta, donde hubo también paella para todos, congregó en 2003 a más de medio millón de personas en Valencia. Hubo mucho político del PP y alguno del PSOE. Por comparar, la última manifestación que tuvo un seguimiento similar fue la convocada en 2017 para exigir una financiación justa y reunió a unas 60.000 personas.

El trasvase nunca se hizo. La primera piedra quedó colocada en algún lugar de Almería en febrero de 2004 y en junio de este mismo año un decreto ley derogó la obra. La entonces ministra de Medio Ambiente, la socialista, Cristina Narbona, no hizo más que cumplir con lo que el PSOE ponía en su programa electoral.

Del trasvase del Ebro ya casi nadie habla, porque ahora la angustia de los regantes está en lograr al menos, quedarse como están. Por eso salieron esta semana a protestar ante el Ministerio de Transición Ecológica. La historia se repite y otra ministra del PSOE, Teresa Ribera, está decidida a cortar el grifo.

Y en este punto es donde se ha encontrado una inusual unanimidad política. Con la excepción de Podemos, representantes del PP, PSOE, Ciudadanos, Vox y Compromís- algo que, por cierto, no entiende una parte de su electorado-se pusieron a pedir 20 años más tarde «Agua para todos».

Es en la provincia de Alicante donde el trasvase Tajo- Segura tiene mayor importancia. Casualmente, donde la izquierda se juega las próximas elecciones y aunque desde la Generalitat no quieren oír hablar de «guerra del agua» porque suena a cosa del pasado, lo cierto es que se han apuntado a ella y han plantado cara la ministra Ribera. No había tiempo que perder, el mes de mayo está a la vuelta de la esquina.