Política
La guerra interna de Compromís hace temblar al Botànic
Mollà escenifica su enfado y da plantón a su sucesora en el traspaso de cartera
La guerra interna de Compromís ya es cualquier cosa menos interna. La formación nacionalista está escenificando públicamente y por capítulos su grave crisis, que empezó con la pérdida de su líder, Mónica Oltra. Con la destitución de la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, la actual vicepresidenta, Aitana Mas, inició el pasado martes, de forma consciente o no, una letal batalla que ha llegado ya al corazón del Botànic y que tomó forma clara y visible ayer por la tarde cuando la ya exconsellera dio plantón a su sucesora, Isaura Navarro, en el acto de traspaso de cartera, una imagen inédita que no hace ningún bien ni al partido ni al Consell.
Como todo en la vida, la historia es una u otra en función del punto de vista desde el que se mire. La destitución de la ya exconsellera de Agricultura, Mireia Mollà, en un arranque de autoritarismo de su compañera de partido y vicepresidenta del Consell, Aitana Mas, tiene un lectura diferente dependiendo de quién la narre.
Para la vicepresidenta, la destitución de Mollà se debe a la «necesidad de reforzar y cohesionar el gobierno del Botànic». En los últimos días «ha habido actuaciones que respondían a personalismos más que a una cohesión interna del Botànic, y ha habido cuestiones que me han llevado a tomar esta decisión en pro de esa unidad y cohesión del Consell», afirmó ayer Mas, tras la toma de posesión de la nueva consellera, Isaura Navarro, hasta ahora secretaria autonómica de Salud Pública. Un acto, por cierto, al que Mollà tampoco asistió.
«Mi tarea como vicepresidenta es tomar decisiones en función del gobierno y de su estabilidad, de su equilibrio y su bienestar, y de la salud del propio gobierno», aseguraba Mas.
Sin embargo, y como es lógico, el punto de vista de Mireia Mollà es radicalmente opuesto. De hecho, es ella la que acusa a la vicepresidenta de haber adoptado la decisión de su destitución por razones «partidistas y personalistas» y no políticas. Solo hay que ver, dijo la exconsellera durante una entrevista con la Cadena SER, que no se le ha proporcionado ni una sola razón de peso que justifique su salida de la Conselleria.
Frente al argumento de Mas de que ha adoptado esta decisión por el bien del Gobierno valenciano, Mollà asegura que su cese dificulta las posibilidades de continuidad del Botànic puesto que «no es un buen momento para generar desconfianza e incertidumbre».
A nivel orgánico, la hasta ahora consellera asegura que, en una crisis de liderazgo como la que vive ahora Compromís, «había dos formas de actuar: intentando unir posturas, o generando desconfianza y reduciendo el marco político, y esta decisión se ajusta más a la segunda opción».
Dentro del partido hay opiniones para todos los gustos. Mientras que el subsecretario de la Conselleria de Agricultura hasta ayer, Alfonso Puncel, anunció que dejaba el cargo «por razones éticas y estéticas» y criticaba la «purga» dentro del partido, la síndica de Compromís en Les Corts Valencianes, Papi Robles, expresó el apoyo de la coalición a la decisión de Mas. Aseguró que las personas son «herramientas al servicio de un proyecto político».
Puncel no fue el único miembro del equipo de Mollà en presentar su dimisión. También lo hizo la secretaria autonómica de Transición Ecológica, Paula Tuzón.
Por su parte, el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, aseguró ayer que el Gobierno del Botànic es «absolutamente estable» y así lo ha demostrado durante estos dos mandatos, y más recientemente, con la aprobación de la reforma fiscal y, en breve, del proyecto de presupuestos para 2023.
«Esto es estabilidad y pensar en la Comunitat», manifestó en declaraciones a los periodistas al ser preguntado por la destitución de Mollà, de la que se enteró cuando se la comunicó el pasado martes la vicepresidenta del Ejecutivo, Aitana Mas, de Compromís. Puig asegura que respeta los motivos de la vicepresidenta.
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