Espacio

El último cohete de Jeff Bezos no asegura que la NASA siga apoyando a Blue Origin

El vuelo inaugural del New Glenn está programado para esta mañana, pero la elección de Jared Isaacman como director de la NASA y la cercanía de Elon Musk al gobierno amenazan los contratos de Blue Origin

otografía sin fecha cedida por Blue Origin de New Glenn el nuevo cohete de Blue Origin, de Jeff Bezos. La compañía estadounidense Blue Origin, fundada por Jeff Bezos, lanzará por primera vez su nuevo cohete New Glenn en la madrugada del próximo viernes, cuando el poderoso artefacto tiene previsto despegar desde una plataforma del Centro de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, en Florida (EE.UU.)
otografía sin fecha cedida por Blue Origin de New Glenn el nuevo cohete de Blue Origin, de Jeff Bezos. La compañía estadounidense Blue Origin, fundada por Jeff Bezos, lanzará por primera vez su nuevo cohete New Glenn en la madrugada del próximo viernes, cuando el poderoso artefacto tiene previsto despegar desde una plataforma del Centro de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, en Florida (EE.UU.)Blue Origin EFE

Esta mañana, a las 07:00 hora peninsular, Blue Origin tiene previsto lanzar al espacio su cohete New Glenn desde el Complejo de Lanzamiento 36 en Cabo Cañaveral, Florida. Este esperado vuelo inaugural supone un momento clave para la compañía de Jeff Bezos, que busca posicionarse como un actor principal en la carrera espacial privada. Sin embargo, el contexto político actual podría ensombrecer este hito técnico, independientemente de su resultado.

Desde la reciente elección de Jared Isaacman como director de la NASA por parte de Donald Trump, y con Elon Musk formando parte del gobierno, las prioridades de la agencia espacial parecen desplazarse hacia los intereses de SpaceX. Esto pone en jaque el futuro de los contratos de Blue Origin, que hasta ahora había competido directamente con SpaceX por misiones fundamentales para la NASA con el propósito de evitar un monopolio de la industria espacial privada.

Un lanzamiento ambicioso en un entorno desafiante

El New Glenn, un cohete de 95 metros de altura diseñado para transportar hasta 45 toneladas a órbitas bajas, se ha convertido en el símbolo del compromiso de Blue Origin con la innovación tecnológica. En esta primera misión, el cohete transportará el prototipo DarkSky-1 o Blue Ring Pathfinder, un desarrollo tecnológico del Departamento de Defensa de EE. UU. para probar sistemas avanzados de comunicación y energía.

El diseño reutilizable del New Glenn, que permite recuperar su primera etapa en la plataforma marítima Jacklyn, refleja un enfoque hacia la sostenibilidad y la reducción de costos en los lanzamientos espaciales. Sin embargo, estos avances técnicos para la empresa de Bezos no garantizan que Blue Origin pueda asegurar contratos futuros en un sector donde las decisiones políticas parecen favorecer a SpaceX.

Un panorama político que complica el futuro

El nombramiento de Jared Isaacman como director de la NASA representa un cambio significativo en la dirección de la agencia. Isaacman, conocido por su estrecha relación con SpaceX y su enfoque en objetivos “épicos” (en todos los sentido) como la colonización de Marte, podría inclinar la balanza hacia la empresa de Elon Musk. De hecho, Isaacman ya expresó en el pasado sus dudas sobre la conveniencia de dividir contratos entre dos empresas para las mismas misiones, sugiriendo que concentrar los recursos en un único proveedor podría ser más eficiente y beneficioso para los objetivos de la NASA

Este cambio podría marginar a Blue Origin en futuros contratos clave, especialmente en proyectos relacionados con la exploración lunar y marciana. La estrecha relación entre Elon Musk y el actual gobierno refuerza la posición de SpaceX como la empresa predilecta para ejecutar misiones emblemáticas, como las misiones Artemis que pretenden volver a poner astronautas en la luna, o futuras expediciones a Marte.

El propio Jeff Bezos ya ha expresado públicamente su preocupación por el favoritismo hacia SpaceX, especialmente después de perder contratos cruciales como el sistema de aterrizaje lunar del programa Artemis. Es más, aquellas declaraciones acabaron en un juicio federal para dilucidar la legalidad con la que se había adjudicado el contrario. Juicio que perdió… En cualquier caso, este nuevo escenario deja a Blue Origin en una posición todavía más vulnerable, particularmente ahora que la administración Trump parece enfocada en potenciar iniciativas que beneficien directamente a SpaceX.

De hecho, Bezos ya ha criticado abiertamente la gestión de contratos espaciales durante el anterior mandato de Trump y ahora su posición es incluso más débil. Porque por muy multimillonario que sea el presidente ejecutivo de Amazon, la pérdida de licitaciones estratégicas podría comprometer el modelo de negocio de Blue Origin, que depende en gran medida de acuerdos gubernamentales para financiar sus ambiciones a largo plazo.

El verdadero juego

Así pues, aunque el vuelo inaugural del New Glenn es un paso importante, no determinará por sí solo el futuro de Blue Origin. En un sector donde las prioridades políticas pesan más que los logros tecnológicos, el éxito o fracaso de este lanzamiento es solo una pieza más en un tablero dominado por intereses estratégicos. El resultado puede ayudar (o no) a justificar las decisiones políticas que se avecinan, pero es posible que no vayan a ser tan determinantes como debieran.

La pregunta clave, por lo tanto, es si Blue Origin podrá mantener su relevancia frente a una NASA cada vez más alineada con SpaceX. La exploración espacial debería ser un esfuerzo colaborativo, pero las decisiones recientes sugieren que podríamos estar avanzando hacia una era de competencia feroz y beneficios concentrados en un puñado de actores.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • El lanzamiento del New Glenn es un logro técnico significativo, pero no garantiza estabilidad para Blue Origin. Aunque este cohete promete ayudar a revolucionar los vuelos espaciales con su diseño reutilizable (al más puro estilo de Space X), los contratos de la NASA no se otorgan únicamente por méritos tecnológicos. En este caso, la influencia política y las relaciones estratégicas pesan más que el tamaño o la capacidad de carga de un cohete. Así que este despegue, aunque importante, no define el futuro de la empresa.

REFERENCIAS (MLA):

  • Blue Origin. "New Glenn." Blue Origin, https://www.blueorigin.com/es-MX/new-glenn. Accessed 9 Jan. 2025.
  • Further and Faster: Why Trump’s NASA Pick Is Sending Shock Waves through the Space Community.” CNN, 6 Dec. 2024, edition.cnn.com/2024/12/06/science/nasa-chief-trump-pick-jared-isaacman/index.html. Accessed 23 Dec. 2024
  • Mann, Adam. "SpaceX Now Dominates Rocket Flight, Bringing Big Benefits—and Risks—to NASA." Science, 17 Feb. 2023, www.science.org/content/article/spacex-now-dominates-rocket-flight-bringing-big-benefits-and-risks-nasa.
  • Chang, Kenneth. "NASA Picks Elon Musk’s SpaceX to Land Astronauts on the Moon." The New York Times, 16 Apr. 2021, www.nytimes.com/2021/04/16/science/spacex-moon-nasa.html.
  • Bergin, Chris. "SpaceX and Orbital Win Huge CRS Contract from NASA." NASASpaceFlight.com, 23 Dec. 2008, www.nasaspaceflight.com/2008/12/spacex-and-orbital-win-huge-crs-contract-from-nasa/.