Psicología
La pereza, bálsamo para la salud mental y la atención
Investigadores y estudios avalan las propiedades positivas que tiene el no hacer nada para el pensamiento, la creatividad y la toma de decisiones
La pereza y el aburrimiento, a menudo muy mal vistos socialmente por improductivos y supuestamente inútiles, han encontrado un defensor inesperado en la ciencia.
El joven investigador Andrew Smart que sentencia en su libro "El arte y la ciencia de no hacer nada", basado en sus propios estudios, que aburrirse es muy positivo para la salud mental y la creatividad. En lugar de considerarlo una pérdida de tiempo a evitar, sus investigaciones respaldan la idea de que la inactividad estimula la creatividad y fomenta la reflexión, ofreciendo un descanso necesario para el cerebro.
La mente humana cuando no está ocupada con tareas específicas, tiene la oportunidad de divagar y conectar ideas de manera más innovadora y original. Este proceso, según respalda la evidencia científica, propensa la generación de nuevas ideas y soluciones creativas para problemas diversos.
El aburrimiento no solo es un espacio para la creatividad, sino que también se presenta como un tiempo valioso para reflexionar sobre nuestras vidas, metas y prioridades. La evaluación de nuestro rumbo y la consideración de hacia dónde queremos ir son aspectos beneficiosos del aburrimiento, según expertos en la materia.
Smart, que actualmente trabaja para Google como investigador sociotécnico en proyectos de Inteligencia Artificial, explora desde una perspectiva científica cómo el cerebro humano permanece activo incluso cuando no está concentrado en una tarea específica. El científico argumenta que la "multiactividad" puede ser perjudicial para la creatividad ya que el cerebro necesita períodos de ocio para fomentarla.
Otras investigaciones sugieren también que las personas con un alto coeficiente intelectual tienden a aburrirse con menos facilidad ya que dedican de por sí más tiempo a la reflexión. Se ha acuñado el término "necesidad de cognición" para describir esta preferencia por actividades que proporcionan estimulación mental intensa, como juegos en los que se precisa de ingenio, las lluvia de ideas o debates.
Durante décadas los científicos han explorado el enigma del funcionamiento del cerebro. En 2001, por ejemplo, se reveló que cuando estamos despiertos, pero inactivos, el cerebro muestra una gran actividad, lo que contradijo la idea que hasta entonces se tenía en torno a la inactividad. El uso de técnicas avanzadas de imagen cerebral explico la existencia de una red neuronal que se activa en estados de inactividad y está "latente" durante ocupaciones específicas.
La pereza, considerada por algunos como algo malo que te puede llevar a eludir responsabilidades, también tiene su valor intrínseco. Según otro científico, Jack Lewis, que escribió "La ciencia del pecado", la pereza puede ser vital en determinados contextos de la vida. Tal y como expuso la neurociencia, la pereza puede estar vinculada a áreas cerebrales asociadas con la toma de decisiones y la motivación.
Además, se argumenta que la pereza beneficia la atención. Tras un periodo de aburrimiento, nos concentramos mejor en las tareas al haberle dado al cerebro la oportunidad de descansar y recargar energías. En última instancia, el aburrimiento promueve la autorreflexión, la independencia y el sentirse más cómodo al enfrentarse a la incertidumbre.
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