Un estudio científico afirma que la Gran Pirámide de Guiza tiene más de 4 lados: no es una construcción cuadrada normal

En el vasto desierto egipcio, la Gran Pirámide de Guiza, símbolo de la grandeza de las civilizaciones antiguas, sigue siendo un enigma para la ciencia moderna. Aunque durante mucho tiempo se creyó que su diseño consistía en cuatro caras, investigaciones recientes han desvelado un detalle inesperado: la pirámide posee en realidad ocho superficies, ligeramente cóncavas hacia el interior. Este descubrimiento, liderado por el matemático Akio Kato en 2023, aporta un nuevo nivel de complejidad a su estructura y plantea preguntas fascinantes sobre la ingeniería de la época.

"Cada cara está ligeramente dentada a lo largo de su línea central, desde la base hasta la cúspide", señala Kato en su artículo publicado en Archaeological Discovery. Esto convierte a la Gran Pirámide en una construcción octogonal cóncava, rompiendo con la concepción tradicional de pirámides de base cuadrada.

Una ingeniería milenaria que desafía el tiempo

El hallazgo de Kato tiene raíces en observaciones realizadas en 1927 por el egiptólogo Flinders Petrie, quien notó, a través de imágenes aéreas, que las caras de la pirámide tenían una curvatura que parecía dividirlas en dos. Este diseño, ahora confirmado, no es solo un detalle estético: las caras cóncavas parecen haber sido una solución estratégica para aumentar la estabilidad de la estructura frente a fenómenos naturales como terremotos o la presión gravitacional.

La combinación de esta forma única con una base robusta y capas inclinadas habría permitido que la pirámide resistiera las adversidades del entorno, garantizando su permanencia a lo largo de los siglos. Las caras cóncavas no solo ofrecen una mayor resistencia estructural, sino que también evidencian el conocimiento avanzado de los constructores en términos de diseño y materiales.

¿Un patrón común en las pirámides de Guiza?

La Gran Pirámide no sería la única con estas características. Estudios recientes sugieren que otras pirámides en el complejo de Guiza, como las de Kefrén y Micerino, podrían compartir este diseño octogonal. Aunque no era visible a simple vista, el uso de tecnologías modernas ha permitido detectar similitudes sorprendentes en su construcción. Sin embargo, aún se debate si esta geometría fue resultado de un diseño intencionado o una consecuencia fortuita del proceso constructivo.

La construcción: una obra de ingeniería hidráulica

Un aspecto clave de la construcción de las pirámides fue el transporte de los enormes bloques de piedra. Según el geógrafo físico Hader Sheisha, los ingenieros egipcios aprovecharon las crecidas del río Nilo y un sistema de canales y cuencas portuarias ubicadas al pie de la meseta de Guiza. Este puerto, situado a unos 7 kilómetros del río Nilo actual, habría permitido el traslado eficiente de las piedras mediante barcazas. El análisis de polen fosilizado en la región ha confirmado la presencia de especies vegetales propias de áreas fluviales, respaldando esta teoría.

Un legado que perdura

La geometría oculta de la Gran Pirámide, junto con su ingenioso diseño, sigue fascinando a investigadores y entusiastas. Este nuevo hallazgo no solo revela la sofisticación de los antiguos egipcios, sino que también abre la puerta a nuevas investigaciones sobre sus métodos de construcción y su comprensión del entorno. Cada descubrimiento nos recuerda la capacidad de una civilización para trascender el tiempo con sus monumentos.