Ecología

Descubren cómo utilizar excrementos para combatir el cambio climático

La arcilla y los excrementos de las diminutas formas de vida que forman el zooplancton podrían ser cruciales para enfrentarnos a la crisis climática

El método de los investigadores consiste en rociar polvo de arcilla sobre grandes floraciones de plantas marinas microscópicas llamadas fitoplancton, que pueden cubrir cientos de millas cuadradas y eliminar 150 mil millones de toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera cada año. Sin embargo, la mayor parte de ese carbono vuelve a la atmósfera cuando las plantas mueren. El método desarrollado por los investigadores desvía el carbono libre flotante hacia la cadena alimentaria marina en for...
El método de los investigadores consiste en rociar polvo de arcilla sobre grandes floraciones de plantas marinas microscópicas llamadas fitoplancton, que pueden cubrir cientos de millas cuadradas y eliminar 150 mil millones de toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera cada año. Sin embargo, la mayor parte de ese carbono vuelve a la atmósfera cuando las plantas mueren. El método desarrollado por los investigadores desvía el carbono libre flotante hacia la cadena alimentaria marina en forma de pequeñas bolas pegajosas de arcilla y carbono orgánico, llamadas flóculos (en la imagen), que son consumidos por el zooplancton o se hunden hacia aguas más profundas.Mukul SharmaEurekalert

Cuando pensamos en soluciones para el cambio climático, es poco probable que nos vengan a la mente los excrementos. Sin embargo, un nuevo estudio liderado por investigadores de Dartmouth College sugiere que los desechos de diminutos animales marinos conocidos como zooplancton, podrían desempeñar un papel crucial en la lucha contra el calentamiento global. Estas pequeñas criaturas, junto con un poco de arcilla, podrían mejorar significativamente la capacidad del océano para capturar y almacenar carbono en sus profundidades durante siglos.

Para ser más concretos, el estudio publicado en Nature Scientific Reports plantea una estrategia para potenciar la llamada “bomba biológica” de carbono. Este mecanismo natural es el que permite a los océanos retener carbono fuera de la atmósfera, y podría acelerarse al hacer que los pellets fecales del zooplancton se hundan más rápido y más lejos. Todo gracias al adhesivo y “pesado” polvo de arcilla

Breve recordatorio

Antes que nada, conviene recordar en qué consiste el cambio climático. La versión resumida diría algo así como: el dióxido de carbono que emiten nuestras industrias, vehículos, etc. funciona como una manta alrededor de nuestro planeta, reteniendo el calor del sol que rebota en nuestra superficie, sobrecalentándonos. Y es cierto, sin duda, no en vano una encuesta de 2021 mostró que el 98,7% de los científicos encuestados aceptaban la influencia humana en el cambio climático, una cifra que asciende al 100% si solo tenemos en cuenta a los encuestados con un alto nivel de experiencia en climatología.

Ese mismo año, otro estudio analizó las investigaciones entre 2012 y 2020 y concluyó que el 99% coincidían en apuntar a las emisiones de dióxido de carbono humanas como el mayor responsable del cambio climático. Sabemos incluso que existen ciclos que se retroalimentan, acelerando este calentamiento. Por ejemplo: al aumentar la temperatura se funde el hielo, la superficie de la Tierra se oscurece y, como cuando llevamos una camiseta negra bajo el Sol, retiene más calor, fundiendo más hielo y cerrando el ciclo. Sabemos también que el cambio climático no es solo un calentamiento global, la temperatura media del planeta aumenta, sí, pero no de cada uno de sus puntos. Algunos pueden experimentar intensas olas de frío porque, en general, este cambio del clima viene acompañado con fenómenos meteorológicos extremos: más olas de calor, huracanes, riadas, sequías, etc. Y ahora… ¿Qué tienen que ver el zooplancton con todo esto?

El truco del barro

Normalmente, las floraciones masivas de algas al descomponerse, dan alimento a bacterias convirtiendo parte del carbono de sus tejidos en dióxido de carbono que las bacterias liberan de vuelta a la atmósfera. Si consiguiéramos retener ese carbono en el océano, estaríamos reduciendo las emisiones totales. Pues bien, al añadir arcilla a estas floraciones, esta actúa como "pegamento" que se une al carbono formando los llamados “flóculos”, que acaba consumiendo el zooplancton en lugar de las bacterias y ahí se esconde la clave.

El zooplancton no distingue entre partículas naturales y las mezcladas con arcilla. Una vez ingeridos los flóculos, estos diminutos animales realizan un viaje diario conocido como migración diaria vertical, descendiendo cientos o miles de metros cada amanecer hasta que, al caer la noche, vuelven a subir a la superficie para darse un banquete. En este viaje transportan los flóculos hasta aguas más profundas, donde los liberan contribuyendo a atrapar allí el dióxido de carbono. Pero hay más…

Diez por uno

Los pellets fecales de estos flóculos siguen siendo relativamente pegajosos por su contenido en arcilla, por lo que acumulan más materia en su descenso y por su composición, caen más rápido que si no tuvieran arcilla. De hecho, en el artículo indican que, con este cambio, pueden retener el dióxido de carbono en el fondo durante siglos o incluso milenios.

En cualquier caso, aunque los resultados son esperanzadores, los investigadores subrayan que esta técnica aún está en fase experimental. “No podemos simplemente ir por ahí rociando arcilla al azar en el océano”, advierte Mukul Sharma, autor principal del estudio. La clave será encontrar los lugares y momentos óptimos para aplicar esta estrategia. Los primeros ensayos en campo están planeados frente a las costas de California, donde se analizará cómo diferentes especies de zooplancton procesan estos flóculos a distintas profundidades. Porque así funciona la ciencia y, aunque podamos tener muy clara la aplicación teórica de un descubrimiento, casi siempre hace falta probarlo en condiciones reales para saber, hasta qué punto, sus beneficios son tan positivos como parecen.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Aunque los excrementos del zooplancton puedan sonar como héroes inesperados en la lucha contra el cambio climático, no hay que dejarse llevar por el entusiasmo. Este método de usar arcilla para hundir carbono en el océano está en etapas tempranas y plantea muchas preguntas: ¿qué efectos tendrá en el ecosistema marino? ¿Cuánto carbono realmente queda atrapado? Antes de verlo como una solución, es clave recordar que reducir nuestras emisiones sigue siendo el paso más seguro y efectivo.

REFERENCIAS (MLA):

  • Sharma, Mukul, et al. "Organoclay Flocculation as a Pathway to Export Carbon from the Sea Surface." Scientific Reports, 10 Dec. 2024, doi:10.1038/s41598-024-79912-z.
  • Lynas M, Houlton BZ, Perry S. Greater than 99% consensus on human caused climate change in the peer-reviewed scientific literature. Environ Res Lett. 2021;16(11):114005. doi: 10.1088/1748-9326/ac2966 https://iopscience.iop.org/article/10.1088/1748-9326/ac2966?utm_source=nsday&utm_medium=email&utm_campaign=NSDAY_201021
  • Cook, J., Oreskes, N., Doran, P. T., Anderegg, W. R. L., Verheggen, B., Maibach, E. W., . . . Green, S. A. (2016). Consensus on consensus: A synthesis of consensus estimates on human-caused global warming. Environmental Research Letters, 11(4), 048002. https://iopscience.iop.org/article/10.1088/1748-9326/11/4/048002
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  • Myers, Krista F., et al. "Consensus Revisited: Quantifying Scientific Agreement on Climate Change and Climate Expertise among Earth Scientists 10 Years Later." Environmental Research Letters, vol. 16, no. 10, 2021, 104030, IOP Publishing, doi:10.1088/1748-9326/ac2774.