Fin del mundo
Así cambiará la Tierra en 250 millones años: ¿será compatible con la vida humana?
El mundo tal y como lo conocemos dejará de existir según la teoría de la tectónica de placas
¿Alguna vez te has parado a pensar en cómo será la Tierra en un futuro? La popular cuenta de TikTok @conocer_ ha lanzado un fascinante video en el que muestra una proyección de cómo podría lucir nuestro planeta en 250 millones de años, basándose en la teoría de la tectónica de placas. De acuerdo con esta teoría, el movimiento constante de las placas tectónicas puede modelar el futuro de los continentes, dando lugar a un planeta muy distinto al que conocemos actualmente.
La tectónica de placas indica que los continentes se desplazan continuamente, y estos movimientos, aunque lentos, tienen un impacto considerable a lo largo de millones de años. Tal como sucedió hace 250 millones de años con el supercontinente Pangea —donde toda la tierra emergida estaba unida en un solo bloque— los continentes actuales podrían unirse en un nuevo supercontinente, que algunos científicos llaman "Pangea Última" o "Pangea Próxima". Este nuevo supercontinente podría formarse en los próximos 250 millones de años, creando vastos océanos, nuevas cadenas montañosas y zonas desérticas en lugares que hoy son tropicales o fríos.
Este fenómeno también nos recuerda que la Tierra es un planeta vivo. Los continentes y océanos seguirán cambiando mientras el núcleo de nuestro planeta siga en movimiento. Sin embargo, algunos expertos advierten que es posible que la actual crisis ecológica afecte este proceso natural de una manera impredecible, dejando a La Tierra sin alcanzar su siguiente evolución geológica.
¿Sería habitable la Tierra durante la "Pangea Última"?
De acuerdo con la información compartida por Eltiempo.es, el futuro de la vida en un hipotético supercontinente no parece optimista para los mamíferos. Un estudio reciente predice que, si las placas tectónicas actuales se unen, se generarán condiciones extremas debido a una combinación de intensa actividad volcánica y elevadas concentraciones de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera. Esto provocaría temperaturas abrasadoras y la aparición de vastos desiertos, reduciendo el porcentaje de superficie terrestre habitable para los mamíferos de un 66% actual a tan solo un 8%.
Christian Garavaglia, de Meteored Argentina, expone que el aumento de actividad volcánica incrementaría las emisiones de CO₂, exacerbando el calentamiento global y haciendo que la mayor parte del supercontinente se vuelva árida e inhóspita, con temperaturas que superen los 40 °C en extensas áreas. Alexander Farnsworth, investigador líder, explica que estas condiciones podrían desencadenar una extinción masiva no solo de mamíferos, sino también de plantas y otros tipos de vida.
Según el estudio, el aumento de radiación solar en 250 millones de años, sumado al calor extremo en el centro de Pangea Última, dificultaría la supervivencia de la mayoría de las especies. Los modelos prevén que el supercontinente se formará en la región ecuatorial, donde las condiciones de temperatura serán más severas, aunque algunos científicos consideran que, si se desarrollara en el polo, existiría la posibilidad de un clima más benigno para la vida.
A pesar de este sombrío panorama, Hannah Davies, geóloga del Centro Alemán de Investigación en Geociencias, destaca que, al igual que en extinciones masivas anteriores, la vida podría adaptarse de formas aún desconocidas o surgir una nueva especie dominante en el planeta. Aunque, si la humanidad sigue existiendo, Farnsworth plantea la posibilidad de adaptarse a las condiciones extremas o buscar vida fuera del planeta.
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