CIENCIA
Logran comunicarse con alguien mientras está soñando
Un nuevo estudio sobre sueños lúcidos demuestra que es posible comunicarse con el soñador a tiempo real y en ambas direcciones
A lo largo de la historia, los sueños siempre han estado rodeados de misterio. Cada noche perdemos la consciencia y nos sumergimos en un mundo donde todo parece posible, lleno de momentos extraños o incluso aterradores. Tanto es así, que muchas culturas han buscado en los sueños mensajes ocultos de los dioses; o en tiempos más modernos, mensajes de nuestro subconsciente.
Pero la neurociencia moderna ve los sueños de una manera más objetiva. Se consideran alucinaciones vívidas que ocurren en una fase concreta de sueño, aunque no entendamos del todo cómo se producen. Los sueños se estudian desde fuera usando electroencefalogramas para medir las ondas cerebrales, pero algunos laboratorios han tomado la dirección opuesta: estudiar los sueños desde dentro.
Esta idea digna de película ya es posible gracias a un estudio publicado esta semana en la revista científica Current Biology. En él, los científicos afirman haber sido capaces de entablar una conversación con alguien dormido mientras está soñando. Y no, no nos referimos a hablar dormido. Sino a hablar desde dentro del sueño.
Soñar despierto
La actividad del cerebro nunca desaparece, pero sí que necesita momentos de descanso. Mientras dormimos, nuestro cerebro pasa por diferentes fases de sueño, cada una de ellas con su propia actividad eléctrica. La actividad de las neuronas durante el sueño suele ser lenta y sincronizada, un ritmo de fondo que se mantiene y diferencia de la actividad normal, más frenética y dedicada a procesar grandes cantidades de información.
Ese ritmo lento se mantiene a lo largo de la noche, con una excepción: la fase REM. Durante esta fase, la actividad cerebral es muy parecida a la que tenemos mientras estamos despiertos. Esta tormenta de actividad es provocada por los sueños, que solo suceden durante esta fase. Así, mientras soñamos nuestro cerebro se encarga de generar estímulos visuales y auditivos, que son los que concebimos en forma de sueños.
Estas fases REM suelen durar unos veinte minutos, y surgen cada hora y media aproximadamente. Esto implica que tendremos cuatro o cinco sueños independientes durante la noche, pero solo logramos recordar un sueño si nos despertamos durante el mismo. Si nos despertamos en otras fases no recordaremos soñar nada, como a veces nos sucede.
A veces, mientras estamos dentro de un sueño podemos recuperar la consciencia, y reconocer que estamos soñando. Bajo estas circunstancias, se produce un sueño lúcido, en el que podemos movernos e interaccionar con los elementos del sueño estando “despiertos”.
Los sueños lúcidos son más frecuentes en niños que en adultos, aunque se ha podido investigar métodos para generarlos. Algunos son basados en entrenamientos, como comprobar sistemáticamente que nuestro mundo es real. Por ejemplo, es muy difícil que veamos un espejo en un sueño, porque es muy difícil de simular por nuestro cerebro. Así que si buscamos un espejo en el sueño, podremos usarlo como una señal de estar dentro de un sueño, y pasaremos a tener un sueño lucido.
Otros métodos son mecánicos y se basan en estimulaciones eléctricas concretas de baja intensidad. Por ejemplo, hace seis años, científicos alemanes comprobaron que era posible generar sueños lúcidos en voluntarios dormidos si se daba una pequeña corriente eléctrica durante la fase REM.
Para estudiar el contenido de los sueños, normalmente se opta por preguntar a gente despierta. Pero podemos dar un paso más, y usar los sueños lúcidos. Mientras el soñante está despierto dentro del sueño, puede ir retransmitiendo qué ve o probar diferentes experimentos a tiempo real.
Para hacerlo, necesitamos un medio de comunicación, alguna manera de hablar con el soñante y que él responda. Esto es lo que ha logrado un equipo formado por diferentes universidades, en el que han reunido a varias decenas de voluntarios con sueños lúcidos.
Diálogos entre mundos
La fase REM recibe su nombre de Rapid Eye Movement, o Movimiento Ocular Rápido. Esto es debido a que, durante esta fase, se puede ver que los ojos del dormido no dejan de moverse debajo de los párpados. Estos movimientos no son tan caóticos, sino que son los movimientos reales que hacen los ojos mientras el soñante observa lo que sueña.
Mientras estamos soñando, nuestro cuerpo envía señales al cuerpo para desplazarse y observar el mundo acorde a lo que vemos. Para evitar desplazarnos, se activan mecanismos neurológicos que paralizan nuestro cuerpo. Lo único que siguen moviéndose son precisamente las pupilas, que siguen la mirada hacia los objetos dentro del sueño.
Dentro del sueño lúcido, podemos mover los ojos de izquierda a derecha, en un patrón que se puede observar desde fuera. De este modo, el soñante puede mandar mensajes al exterior, que los investigadores detectan a través de sensores del movimiento de las pupilas.
De este modo ya se han hecho diferentes estudios previos, como comprobar si se pueden hacer operaciones matemáticas mientras soñamos, o calcular el tiempo real dentro y fuera del sueño. Simplemente pidiendo al soñante que dé un resultado a una operación o que cuente hasta diez y mueva los ojos otra vez, podemos conocer lo que sucede en el interior del sueño lúcido. Gracias a estos experimentos sabemos que, al menos durante estos sueños, somos capaces de hacer operaciones matemáticas, y que el tiempo dentro del sueño es similar al tiempo de la realidad.
Pero lo que no se había logrado era la comunicación en la otra dirección: hablar con el soñante desde fuera. El soñante puede mover los ojos acordes a lo que se ha entrenado, pero los experimentos podrían ser más complejos si pudiéramos hablarle desde fuera del sueño.
En este último estudio, han comprobado que esto es posible situando un pequeño altavoz cerca del oído. Repitiendo una pregunta varias veces, el soñante es capaz de responder con los ojos mientras se mantiene el sueño lúcido, generando un diálogo entre ambos mundos.
Lo difícil es no despertar al soñador. Este método funciona de la misma manera que escuchamos la alarma del despertador dentro de un sueño. En la fase REM, los estímulos externos suficientemente fuertes se van mezclando con el sueño, y acaban integrándose con él. Si el estímulo es demasiado fuerte, nos despertaremos, pero a la intensidad justa podemos mantenernos dormidos y que la información llegue al sueño lúcido.
La neurociencia actual no está implicada en buscar ningún significado a los sueños, sino a entender la naturaleza de los mismos. Ahora podemos ir preguntando a soñantes entrenados por lo que sucede en su mundo y experimentar con los sueños. No hacen falta chamanes, sino científicos en vela.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Los estudios con sueños lúcidos siguen con cierta polémica dentro de la comunidad científica. Muchos de ellos han sido realizados de manera independiente y con criterios subjetivos. Lo importante de este estudio es precisamente que gracias a este dialogo, es posible comprobar que realmente el voluntario sigue dentro del sueño y puede enviar información no distorsionada.
- No hay que confundir tener un sueño con el sonambulismo. En la fase REM el cuerpo está paralizado para no representar el movimiento corporal durante el sueño. Los sonámbulos se desplazan durante la fase de sueño profundo, en el que el cuerpo puede moverse libremente, pero la consciencia sigue apagada. Por eso los sonámbulos pueden interaccionar con objetos y personas del mundo real.
REFERENCIAS:
- Konkoly, Karen R., et al. “Real-Time Dialogue between Experimenters and Dreamers during REM Sleep.” Current Biology, vol. 31, no. 0, Elsevier, Feb. 2021
- Baird, B., et al. “The Cognitive Neuroscience of Lucid Dreaming.” Neurosci. Biobehav. Rev., vol. 100, 2019
- Siclari, F., et al. “The Neural Correlates of Dreaming.” Nat. Neurosci., vol. 20, 2017
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