Memoria histórica

El mausoleo carlista de la controversia en Montserrat

En la montaña permanece un conjunto funerario que ha sido objeto de controversia

Imagen del conjunto antes de la retirada de la estatua
Imagen del conjunto antes de la retirada de la estatuaLa Razón

La montaña de Montserrat guarda numerosos secretos. Alrededor de la abadía, uno de los grandes símbolos del catalanismo, encontramos un conjunto de obras que juegan con el paisaje de la zona. Alguna de ellas sigue todavía generando un debate que no hay forma de cerrar. Es el caso de un conjunto funerario dedicado al Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat.

Estamos hablando de una unidad de choque militar nacida en Cataluña, surgida en los primeros días de la Guerra Civil y formada especialmente por requetés carlistas. Tras el monumental fracaso de los golpistas en Cataluña, se quiso crear un cuerpo militar, una idea promovida por dos de los promotores del carlismo catalán en ese tiempo: José María Cunill y Mauricio de Sivatte. El primero había intentado que la sublevación triunfara en Barcelona el 19 de julio de 1936 al presentarse con un puñado de hombres ante los militares de la capital catalana, pero no calculó que el Ejército permaneció fiel a la República en la ciudad. Cunill y los suyos fueron arrestados y fusilados poco después, aunque salvó la vida al disimular su muerte. En cuanto pudo se pasó al llamado bando nacional. Respecto a Sivatte, antes de la guerra rondó por la Lliga de Cambó, lo suyo era el tradicionalismo carlista y, una vez que el Frente Popular ganó las elecciones de 1936, se dedicó a conspirar contra la República. Tras el fracaso en Barcelona, huyó a Francia para desde allí pasarse al bando nacional.

Cuando Cunill y Sivatte se reencontraron empezaron a trabajar en la idea de crear una unidad con todos los carlistas catalanes que habían logrado huir de Cataluña, creando un tercio que en un primer momento debía estar dedicado a San Jorge aunque después se optó por Nuestra Señora de Montserrat. A medida que fue avanzando la guerra también lo fue haciendo el número de sus hombres, además de participar en diferentes operaciones en la zona del frente del Ebro.

Cuando la guerra concluyó empezaron a pulular a lo largo y ancho del país diferentes mausoleos en honor por “los caídos por Dios y por España”. En ese grupo entraba el Tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat y tuvieron uno de ellos en la montaña de Montserrat, concretamente en la llamada plaza de los Apóstoles, un conjunto funerario que se inauguró en 1961 contando con el visto bueno del abad Aureli Maria Escarré. La cripta contó incluso con una generosa donación económica de 100.000 pesetas por parte del Ayuntamiento de Barcelona. Allí se depositaron los restos de 316 combatientes y el mismo Franco visitó en dos ocasiones este lugar. En enero de 2022, tras muchas polémicas y discusiones se retiró la estatua del requeté que presidía un conjunto que se mantiene aunque no es de fácil acceso para las visitas.