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Municipal
Las incógnitas del plan de Barcelona para reducir el tráfico un 25% en cinco años
La propuesta, que incluye la pacificación de calles y más infraestructura ciclista, genera opiniones diversas entre asociaciones y expertos

El Ayuntamiento de Barcelona ha presentado la propuesta del Plan de Movilidad Urbana (PMU) 2025-2030, un documento que marcará las políticas públicas de movilidad en los próximos años y cuyo objetivo principal es reducir la dependencia del vehículo privado. Este nuevo plan establece que, para 2030, el uso del coche en los desplazamientos dentro de la ciudad deberá disminuir un 25%, principalmente en los trayectos laborales, con el objetivo de trasladar 250.000 desplazamientos diarios hacia modos de transporte más sostenibles como el transporte público, la bicicleta y los vehículos de movilidad personal (VMP).
El PMU se alinea con los compromisos europeos en materia de sostenibilidad y busca garantizar una movilidad más segura, sostenible y accesible, además de contribuir a la descarbonización del transporte y a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Entre sus objetivos destaca que el 85% de los desplazamientos se realicen mediante modos sostenibles (a pie, en transporte público, en bicicleta o en VMP), frente al 80% registrado en 2023. Este cambio implicará un incremento en el uso del transporte público, que pasará del 37,1% actual al 40%, y de la bicicleta y los VMP, que crecerán del 3,8% al 5,7%. Por el contrario, el uso del vehículo privado se reducirá del 19,9% al 15%.
El nuevo PMU introduce un enfoque innovador al analizar la movilidad no solo desde la perspectiva de cómo se mueven las personas, sino también por qué lo hacen. Según explicó la primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, el plan busca diseñar actuaciones más efectivas y adaptadas a las necesidades específicas de los diferentes tipos de movilidad. «El objetivo es tener metas más realistas y actuaciones más efectivas, pensadas para cada tipo de desplazamiento, poniendo en el centro las necesidades de la ciudadanía de Barcelona», señaló Bonet.
El plan detalla medidas específicas para reducir el uso del vehículo privado en los desplazamientos laborales, como la mejora de la red de transporte público para aumentar su fiabilidad y accesibilidad. En este sentido, se priorizará la infraestructura de la red de autobuses y la ampliación de servicios de metro y trenes de cercanías. Además, se impulsará la pacificación de 20 kilómetros de calles, especialmente alrededor de centros educativos y sanitarios, y se mejorará la infraestructura ciclista con nuevas ampliaciones de carriles bici y el servicio de Bicing.
Críticas y dudas
Aunque el PMU propone medidas concretas y objetivos ambiciosos, las entidades y asociaciones que participaron en el Pacte per la Mobilitat han mostrado opiniones diversas respecto al documento.
Emeka Okpala, presidente de la asociación Catalunya Camina, calificó el plan como «moderado en cuanto a objetivos, pero más realista que el anterior». Okpala expresó su apoyo al enfoque más ajustado a las posibilidades actuales, afirmando que «la sensación es positiva». En cambio, Genís Domínguez, representante de Eixample Respira, mostró su preocupación por la falta de medidas correctoras más contundentes. Domínguez defendió la implementación de un peaje urbano, algo que el plan no contempla, al considerar que «es la única medida con la que se podrían alcanzar los objetivos de contaminación que marca la Unión Europea». Según Domínguez, las zonas de acceso restringido y la fiscalidad vinculada al uso del vehículo privado deberían reforzarse si se quieren cumplir los compromisos ambientales.
Por su parte, la asociación de ciclistas urbanos BACC calificó el plan como «decepcionante» y criticó que no se priorice adecuadamente el uso de la bicicleta en la ciudad. «Deja de lado el peso que debería tener la bicicleta en el desarrollo de Barcelona, teniendo en cuenta los objetivos de sostenibilidad y seguridad», señalaron desde la entidad. Además, reclamaron un plan «más ambicioso» que refuerce las infraestructuras ciclistas y garantice la seguridad de los usuarios de este medio de transporte.
Tres grandes ejes estratégicos
El PMU se estructura en torno a tres grandes líneas de actuación. El primer eje se centra en el diseño y gestión del espacio público para una movilidad más segura, eficiente y sostenible. Este apartado prioriza la protección de los peatones mediante la ampliación de aceras, la pacificación de calles y la reorganización del uso de la superficie urbana para favorecer modos de transporte colectivo con menor impacto ambiental. Entre los objetivos específicos destaca reducir a la mitad el número de víctimas mortales y heridos graves en accidentes de tráfico para 2030.
El segundo eje busca consolidar y ampliar el sistema de transporte público colectivo, con medidas como la conexión de las redes del Trambaix y Trambesòs, la mejora de la red de autobuses urbanos y la ampliación de los servicios nocturnos y de fin de semana. También se trabajará en proyectos de infraestructura como intercambiadores de autobuses y ampliaciones de las redes de metro y tren.
Por último, el tercer eje propone medidas para reducir la dependencia del coche privado, fomentar la movilidad activa y avanzar en la descarbonización del transporte. Entre estas iniciativas destacan la ampliación de las zonas de acceso restringido al tráfico, el desarrollo de planes de movilidad sostenible para empresas y la promoción de campañas educativas para fomentar el transporte público y los desplazamientos a pie.
Próximos pasos
El Plan de Movilidad Urbana 2025-2030 ha sido presentado en la sesión plenaria del Pacte per la Mobilitat y, según anunció el gobierno municipal, se someterá a aprobación inicial en el primer trimestre del próximo año. Posteriormente, se abrirá un periodo de exposición pública para recoger aportaciones antes de su aprobación definitiva a finales de 2025.
La elaboración del plan ha contado con la participación de entidades y asociaciones de toda la ciudad, integrando el 84% de las propuestas recibidas. A pesar de las críticas, el gobierno municipal defiende que el PMU establece las bases para una movilidad más sostenible y equitativa, capaz de afrontar los retos de una ciudad cada vez más comprometida con el medioambiente y la calidad de vida de sus ciudadanos.
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