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Abandono escolar
La Fundación Bofill asegura que 13.000 alumnos abandonan cada año el bachillerato en Cataluña
La entidad insiste en universalizar la educación postobligatoria para reducir el abandono escolar tras la ESO
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El 44,6% de los jóvenes en situación de abandono escolar prematuro deja los estudios durante la educación secundaria postobligatoria, tal y como pone de manifiesto un informe de la Fundación Bofill, el primero que aporta datos acerca de esta etapa educativa tan poco analizada.
Según la información que arroja este trabajo, el abandono es especialmente significativo entre los alumnos de los Ciclos Formativos de Grado Medio, puesto que de los 13.794 jóvenes que dejaron los estudios antes de obtener el título en el curso 2020-21, 4.627 estaban cursando bachillerato, lo que representan el 4,7% del todos los que optaron por este tipo de formación, y 9.167 estaban haciendo Ciclos Formativos de Grado Medio (CFGM), que son el 14,8% del total. Este hecho se explicaría por la presencia de un mayor número de estudiantes en situación de vulnerabilidad económica y social en los CFGM, donde, sin embargo, se ha reducido un 30% el abandono escolar entre 2017 y 2021.
Problemas de orientación
En su mayoría, los jóvenes que dejan los estudios antes de alcanzar el nivel de educación secundaria postobligatoria lo hacen durante el primer curso. En concreto, dos de cada tres abandonan en ese primer año, es decir, en torno a unos 9.000, lo que pondría de manifiesto "la necesidad de ofrecer orientación, apoyo y acompañamiento a los estudiantes, no solo durante la transición de la educación obligatoria a la postobligatoria, sino también durante el bachillerato y los CFGM para así favorecer su continuidad", comentó durante la presentación del informe Adrià Zancajo, autor del mismo junto con Carlos Bueno.
Al respecto, los datos del informe revelan que en bachillerato, el 81,3% de los estudiantes pasa a segundo curso, mientras que el 5,5% repite y un 5.9% abandona. En CFGM, las cifras son más preocupantes, porque en este caso, solo promociona después del primer curso el 49,7% de los alumnos, mientras que el 14% repite y un 16,3% abandona.
Además, entre los estudiantes de bachillerato, un 7,3% da el salto a un CFGM y entre los alumnos de los Ciclos Formativos de Grado Medio, el 4,5% se cambia de ciclo y solo un 0,6% se pasa al bachillerato, datos éstos que, como señaló Zancajo, pondrían de manifiesto "problemas en la orientación durante la transición de los jóvenes de la Educación Obligatoria a la postobligatoria".
Más probabilidades de abandono
Entre los principales factores de riesgo de abandono prematuro destaca el que el estudiante lleve o no una trayectoria lineal, algo que es especialmente evidente en los CFGM, donde el abandono entre quienes han seguido una trayectoria lineal, sin repetir, representa el 7,9%, casi la mitad que la media de abandono de toda la opción formativa. Además, también tienen un mayor riesgo de abandono los estudiantes de CFGM que cambian de ciclo (25,9%) que aquellos que están cursando bachillerato y optan por un cambiar a un ciclo (9,9%).
Asimismo, resulta determinante la edad del alumno ya que, según datos de este trabajo, los alumnos de bachillerato y Ciclos Formativos de Grado Medio que se encuentran fuera de la edad teórica dejan los estudios con mayor frecuencia (20%) que aquellos que la cumplen, entre los que el abandono representa del 2,7% al 7,5%. Y esto tiene un especial impacto en los CFGM, donde el alumnado tiene una estructura de edades mucho más heterogénea que en bachillerato, en el que la mayoría cumple con la edad teórica. Así, en primero de los ciclos formativos, solo un tercio de los matriculados (33,2) tiene la edad teórica, igual que en segundo curso (32,5%), y del total de estudiantes, 1 de cada 5 tiene 20 años o más.
Y es que en los ciclos formativos hay perfiles de estudiantes muy diversos, como aquellos que transitan directamente desde la ESO o aquellos que lo hacen tras haber repetido en la educación obligatoria, alumnos que han cursado un PFI o adultos que quieren cualificarse o recualificarse. El alto porcentaje de abandono entre estos últimos plantea la duda acerca de si en los CFGM existen las condiciones adecuadas para facilitar procesos de cualificación o recualificación y, en cualquier caso, parece indicar que las opciones de formación para la ocupación o para parados no cumplen con las expectativas.
Otros factores, como el ser hombre, tener nacionalidad extranjera o tener necesidades educativas especiales (NESE) también contribuyen a incrementar el riesgo de abandono escolar prematuro durante la educación postobligatoria. En este sentido, el informe señala que los chicos tienen tasas de abandono entre 1,3 y 1,2 veces superiores a las chicas, que en bachillerato los estudiantes extranjeros dejan los estudios el triple que el resto -mientras que en CFGM es 1,3- y aquellos con necesidades educativas especiales, 1,6 veces más.
Valorar las competencias básicas
Según los datos del informe, existe además una relación lineal entre los bajos niveles de competencias básicas de los estudiantes y el riesgo de abandono en la educación secundaria obligatoria. De hecho, aquellos que no llegan a los 40 puntos en las pruebas de competencias básicas de 4º de la ESO, abandonan 2,5 veces más que el resto, lo cual pone de manifiesto la importancia de establecer programas compensatorios y de apoyo, no solo durante la ESO como ya se está haciendo en la actualidad, sino también en la educación postobligatoria, especialmente en catalán, castellano y, sobre todo, matemáticas, donde se registran mayores diferencias competenciales entre los alumnos que dejan los estudios y los que no. Es también en matemáticas donde se evidencia una mayor diferencia entre el nivel de competencias de los estudiantes que transitan de la ESO a CFGM, normalmente más bajo, respecto a los que transitan al bachillerato, los cuales obtienen puntaciones un 30% superiores.
En cualquier caso, cabe indicar que el abandono escolar no se distribuye de forma equitativa en todos los centros de educación secundaria postobligatoria, sino que existe una alta concentración de abandono en algunos de ellos y prueba de ello es que un 25% de los centros de CFGM y un 22% de los de bachillerato registran niveles altos (más del 9% del alumnado en bachillerato y del 20% en CFGM) o muy altos (más del 15% del alumnado en bachillerato y del 25% en CFGM). Esta concentración de abandono escolar es especialmente evidente en los centros de alta complejidad de bachillerato, donde la tasa de abandono es del 11,8%, mientras que en el resto es del 5.4%. Por este motivo, desde la Fundación Bofill plantean la conveniencia de poner en marcha programas de intervención específica en estos centros con alumnado más vulnerable, así como reservar plazas para aquellos estudiantes con necesidades educativas especiales también en la educación postobligatoria, como ya se hace en otras etapas educativas.
En cualquier caso, para Zancajo, los resultados de este informe invitan a seguir el ejemplo de países como Portugal y Francia, donde "todos los jóvenes acaban la etapa educativa después de la educación postobligatoria", por lo que habría que "abrir un debate sobre modelos de obligatoriedad de la educación postobligatoria que encajen en el contexto catalán".
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