
Local emblemático
Este es el restaurante más antiguo de Barcelona, con 240 años de historia
Fundado inicialmente como una chocolatería, ha evolucionado a lo largo de los siglos para convertirse en un restaurante reconocido por su cocina tradicional catalana

En el corazón del Barrio Gótico de Barcelona se encuentra un rincón cargado de historia y sabor: Can Culleretes. Este restaurante, inaugurado en 1786, no solo es el más antiguo de la ciudad, sino también uno de los más longevos de toda España. Su nombre, que significa "cucharitas" en catalán, está profundamente arraigado en la tradición y la cultura gastronómica barcelonesa.
Fundado inicialmente como una chocolatería, Can Culleretes evolucionó a lo largo de los siglos para convertirse en un restaurante reconocido por su cocina tradicional catalana. Hoy en día, este establecimiento es mucho más que un lugar para comer: es un testigo vivo de la historia de la ciudad, una joya arquitectónica y un punto de referencia.
El nombre de Can Culleretes tiene una curiosa historia detrás, ya que en sus primeros años, el local era conocido por la rapidez con la que sus camareros reponían las cucharas a los clientes que disfrutaban de su chocolate caliente. De ahí surgieron los comentarios de “Culleretes! Culleretes!”, que con el tiempo se convirtieron en el nombre oficial del lugar.
Desde sus inicios, el restaurante ha sido un testigo privilegiado de los cambios sociales, políticos y culturales de la ciudad. Durante más de dos siglos, Can Culleretes ha pasado por diversas manos, pero siempre ha mantenido su esencia familiar y su compromiso con la calidad. En la actualidad, está gestionado por la familia Agut-Manubens, que ha sabido preservar el encanto y la autenticidad del lugar.

Platos de Can Culleretes
Can Culleretes es un santuario para los amantes de la cocina catalana. Su carta ofrece una selección de platos tradicionales elaborados con recetas que han pasado de generación en generación. Entre sus especialidades destacan los canalones, el civet de jabalí, el bacalao a la llauna y los caracoles. Además, los postres caseros, como la crema catalana y el mel i mató, son imprescindibles para cerrar la comida.
El ambiente del restaurante también contribuye a su encanto, con sus paredes decoradas con retratos antiguos, sus techos altos y sus suelos de mosaico, Can Culleretes transporta a los comensales a otra época.
Un emblema de Barcelona
A lo largo de los años, Can Culleretes ha recibido a personalidades destacadas del mundo de la cultura, la política y el arte.Su reputación trasciende fronteras, y muchos turistas lo incluyen en sus itinerarios para saborear la auténtica cocina catalana.
En una ciudad que combina modernidad y tradición, Can Culleretes se erige como un vínculo con el pasado. Su historia y su cocina son un testimonio del legado cultural de Barcelona.
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