Salud

Un doctor de Vall d'Hebron, segundo paciente en el mundo en ser trasplantado de pulmón con cirugía 100% robótica

Su caso es singular porque fue intervenido con 70 años, algo que es muy poco frecuente, y se recurrió a una técnica que a día de hoy solo se lleva a cabo en Vall d'Hebron

Casis en la consulta del doctor Bravo, que es quien ha llevado su caso desde 2018
Casis en la consulta del doctor Bravo, que es quien ha llevado su caso desde 2018Vall d'Hebron

La historia del doctor Ernesto Casis, encargado en su día de la mejora de estructuras de laboratorio en el Hospital Vall d'Hebron, es singular por muchos motivos. No solo resulta anecdótico el hecho de que éste profesional de la salud tuviera que ser intervenido por sus compañeros en el hospital durante la cirugía de trasplante de pulmón a la que se tuvo que someter por una fibrosis pulmonar diagnosticada de forma tardía, sino que además esto sucedió cuando ya había superado los 70 años de edad, algo muy poco frecuente en este tipo de intervenciones, y además la cirugía se llevó a cabo con un robot, siendo así el segundo paciente en el mundo que es trasplantado de pulmón mediante esta técnica.

"Hace un par de años, en Vall d'Hebron yo era el doctor Casis, pero ahora estoy en el hospital como paciente", comenta al respecto el médico, quien recuerda que todo empezó hará unas dos décadas, cuando empezó a notar una serie de síntomas que le hicieron saltar las alarmas en lo relativo a su salud. "En primer lugar, empecé a tener una tos seca recurrente y al tiempo noté que, cuando hacía deporte, se me cansaba más el pulmón que los músculos y, poco a poco, iba respirando peor", recuerda Casis, quien señal que, sin embargo, "tardaron mucho en diagnosticarme". "En la auscultación y las placas que me hacían no se veía nada, hasta que pedí más pruebas y en un TAC vieron que sufría fibrosis pulmonar".

Los primeros signos de alerta se iniciaron cuando el doctor tenía unos 50 años, pero el diagnóstico no llegó hasta 2018. Al respecto, el doctor Carles Bravo, adjunto de neumología en la unidad de trasplante pulmonar e hipertensión pulmonar de Vall d'Hebron, recuerda que "cuando más tarde se produce el diagnóstico, peor es la respuesta terapéutico". Por fortuna, en este caso "la enfermedad evolucionaba muy lenta", sin embargo, en enero de 2023, Casis se contagió de coronavirus y eso agravó significativamente la situación. "Si se produce una agresión externa y tiene lugar una toxicidad directa al pulmón, la enfermedad se agudiza y evoluciona muy rápido", explica Bravo, y eso fue lo que sucedió precisamente a Casis, quien entonces tuvo que plantearse la opción de someterse a un trasplante pulmonar.

Un trasplante único

"Hasta entonces yo llevaba oxígeno, pero no me encontraba mal, sin embargo, tras superar la Covid, sabíamos que no podíamos esperar más, que apenas podría aguantar dos años más con oxígeno y, aunque sabía que el trasplante es un proceso muy duro, tanto para el paciente como para sus familiares, y que corría un riesgo, no lo dudé" y en mayo de 2023 se sometía a la intervención, la cual se llevó a cabo con un robot, lo que convierte a Casis en el segundo paciente en el mundo en ser trasplantado de pulmón con cirugía 100% robótica.

"El trasplante de pulmón es un procedimiento muy agresivo y mediante la cirugía robótica tenemos la posibilidad de reducir algo esa agresividad", indica el doctor Alberto Jáuregui, jefe del servicio de Cirugía Torácica y Trasplante de Pulmón de Vall d'Hebron, quien señala que "Vall d'Hebron es, que nosotros sepamos, el único hospital del mundo que hace trasplantes de pulmón con cirugía 100% robótica y Casis es el segundo caso". El primero tuvo lugar en el mismo centro solo tres meses antes. "No operamos a todos los pacientes con esta técnica, porque aún es muy nueva, de manera que, por ahora hemos de localizar aquellos pacientes que puedan beneficiarse más de la misma", añade Jáuregui y explica que "normalmente, cuando una persona llega al punto de necesitar un trasplante, lleva muchos años con enfermedad pulmonar y está muy debilitada" y, paralelamente, el trasplante pulmonar, ya de por sí, es una intervención muy compleja, razones ambas por las que, hasta acumular más experiencia, los profesionales prefieren recurrir a la cirugía 100% robótica de forma muy selectiva. "De momento, solo usamos esta técnica en trasplantes unipulmonares", revela el doctor.

En la misma línea, cabe señalar que son muy poco frecuentes los pacientes trasplantados que superan los 65 años de edad, como es el caso de Casis, que se encuentra en su séptima década. "Los trasplantes a mayores de 65 años son anecdóticos, porque la edad es una contraindicación", comenta Bravo, para a continuación recordar que "de los 103 trasplantes de pulmón que se realizaron el año pasado en Vall d'Hebron, que cuenta con el programa con más actividad de España, solo uno fue a un paciente que rebasaba esta edad" y ese paciente es Casis. Y es que en su caso se optó por el trasplante, por un lado porque, tal y como indica Bravo, "pese a tener 70 años, era su única posibilidad de tener calidad de vida y más años de vida" y, por el otro, "más allá de su enfermedad pulmonar, su salud era impecable".

Un largo y duro camino

En cualquier caso, en mayo del año pasado, recibió su nuevo pulmón y, aunque la recuperación ha sido dura y larga, "el resultado es espectacular". "Ahora puedo subir una media de 8 o 9 pisos al día, caminar entre tres y cinco kilómetros y andar unos 5000 pasos y todo ello sin oxígeno", celebra Casis, quien asegura que lleva "una vida prácticamente normal". Pero el camino hasta llegar aquí ha sido complicado.

"Tras el trasplante te quedas hecho una piltrafa", afirma y recuerda que él tuvo que permanecer unos 10 días en la UCI, entubado, y allí lo pasó realmente mal, porque, aparte de necesitar asistencia para todo, sufría alucinaciones provocadas por la medicación. "Creía que estaba en un campo de concentración y que los profesionales sanitarios me torturaban", recuerda.

Ya en planta, la situación mejoró pero, puesto que sufrió un bloqueo urinario, estuvo sondado durante al menos unos cinco meses, hasta que fue intervenido de próstata. Además, seguía necesitando asistencia para todo, incluso un vez llegó a casa, algo más de un mes después del trasplante. "Mi hijo me tenía que coger en volandas para bajar las escalaras", comenta Casis, que llegó a pesar 40 kilos debido a la importante pérdida de musculatura que experimentó

En definitiva, "el posoperatorio, durante el que las primeras semanas tu vida gira en torno a una estricta dieta y medicación hasta que lo automatizas, es durísimo, es un proceso mentalmente muy difícil de aguantar", admite el paciente, quien sin embargo tiene claro que "el resultado merece la pena". Por ahora, diez meses después del trasplante, Casis aún no se encuentra con fuerzas suficientes como para retomar una de sus grandes aficiones, viajar, aunque ya tiene en mente empezar en breve con pequeñas escapadas para, algún día, cumplir su sueño de hacer un crucero por el canal de Panamá.