El descontento de Barcelona con el turismo masivo: el caso de los cruceristas

La reciente encuesta de percepción del turismo en Barcelona del año 2024 revela una tendencia clara entre los residentes: un creciente descontento con ciertos aspectos del turismo, especialmente con los cruceristas y los alojamientos turísticos. Aunque la mayoría de la población sigue viendo el turismo como una actividad beneficiosa para la economía local, hay un aumento significativo en la percepción negativa hacia algunos de sus efectos.

Alojamientos turísticos: un problema creciente

Un 63,7% de los encuestados considera que los alojamientos turísticos (HUTs) causan muchas molestias a los vecinos, lo que supone un aumento de casi diez puntos porcentuales en solo dos años. Además, solo el 23% cree que estos pisos generan pocas o ninguna molestia. Esta percepción se refleja también en la creencia de que hay demasiados alojamientos turísticos en los barrios, con un máximo histórico de un de cada cuatro habitantes compartiendo esta opinión.

En respuesta a esta situación, el Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado el fin de las licencias para HUTs a finales de 2028, lo que permitirá recuperar unos 10.000 pisos para uso residencial. Esta decisión busca aliviar la presión sobre los barrios y mejorar la calidad de vida de los residentes. Además, esta medida podría ayudar a abordar el problema de la escasez de viviendas asequibles en la ciudad, un tema que ha sido objeto de debate durante años.

Cruceros y sostenibilidad

Otro aspecto que genera descontento es el turismo de cruceros. Un 64,6% de los encuestados cree que se debe limitar el número de cruceristas, una cifra que ha aumentado significativamente desde el 48,5% de hace dos años. El Ayuntamiento ha expresado su intención de incluir criterios de sostenibilidad en el próximo convenio con el Port de Barcelona, lo que podría ayudar a gestionar mejor este tipo de turismo. La sostenibilidad no solo se refiere a la reducción del impacto ambiental, sino también a la gestión responsable de los flujos turísticos para evitar la sobrecarga en infraestructuras y servicios públicos.

Turismo sostenible y económico

A pesar de las preocupaciones sobre ciertos aspectos del turismo, la mayoría de los barceloneses (59,6%) sigue considerando que el turismo es beneficioso para la economía local. De hecho, el 58,9% ve el turismo como el sector que aporta más riqueza a la ciudad. Además, un 90,9% cree que se debe potenciar el turismo educativo y de formación, mientras que el 82,2% apoya el turismo profesional, como la celebración de ferias y congresos. Estos tipos de turismo no solo generan ingresos, sino que también aportan valor añadido a la ciudad al promover la innovación y el intercambio cultural.

Impacto económico y gestión del turismo

En el año 2024, el impacto económico directo del turismo en Barcelona superó por primera vez los 10.000 millones de euros, alcanzando los 10.307 millones, lo que representa un aumento del 6,6% respecto al año anterior. Esto se logró a pesar de un ligero descenso en el número de turistas, que pasó de 15,6 a 15,5 millones. Esta tendencia refleja el objetivo del consistorio de aumentar el retorno económico sin incrementar el número de visitantes. Además, esta estrategia busca promover un turismo de mayor calidad, que no solo beneficie económicamente a la ciudad, sino que también respete su patrimonio cultural y su entorno.

Para gestionar mejor los flujos turísticos, el Ayuntamiento ha implementado medidas como la creación de Espacios de Gran Afluencia (EGA) y ha potenciado el retorno social del turismo hacia la ciudadanía. Sin embargo, un 30% de la población evita áreas como La Rambla, Plaça Catalunya y Passeig de Gràcia debido a la masificación turística. Estas zonas, que son emblemáticas de la ciudad, deben ser gestionadas de manera que se preserve su atractivo turístico sin sacrificar la calidad de vida de los residentes.