Sucesos
Condena de 6 años y medio de cárcel por violar de forma brutal a una menor en la Costa Brava
Un vecino pilló in fragranti y su testimonio han sido esenciales
La Audiencia de Girona ha condenado a 6 años y medio de prisión al acusado de violar a una menor de 17 años en el exterior de una discoteca de Cadaqués la madrugada del 1 de agosto del 2018. La sentencia concluye que víctima y agresor se conocieron esa misma noche. La agresión sexual tuvo lugar sobre las cinco y media de la madrugada en la calle, cuando el procesado empujó a la víctima contra una pared, la inmovilizó y la violó. Un vecino de la población le pilló in fraganti.
Entonces, el procesado huyó calle abajo y la víctima pudo pedir ayuda. Al acusado le detuvieron poco rato después delante del local. El ataque despertó indignación en Cadaqués, que organizó una manifestación de protesta. La sentencia de la sección cuarta de la Audiencia de Girona, de la que ha sido ponente el magistrado Víctor Correas, expone que el acusado, Paolo Nieto, y la víctima, que tenía entonces 17 años, salieron de la discoteca hacia las cinco y media de la madrugada. Una vez en el exterior, se detuvieron en una esquina donde se besaron “con el consentimiento de ambos”. Luego, se alejaron algo de la discoteca hasta otro punto de la calle que estaba más apartado. Fue allí donde el ahora condenado empezó a tocar en los genitales a la víctima, que le dijo que parara. “No hizo ningún caso al que le acababa de pedir la víctima, la empujó contra la pared y la inmovilizó agarrándola por las muñecas por encima de los hombros”, describe que sentencia que concluye que ha quedado probado que, en ese momento, el procesado se bajó los pantalones y la violó. Un vecino que volvía a casa le pilló in fraganti y pudo socorrer a la víctima. El tribunal remarca que la menor logró fugarse del agresor cuando vio pasar a este joven, que declaró como testigo en el juicio, y pudo pedirle ayuda. En el juicio, el vecino explicó que, de lejos, vio “una pareja” en la calle, con la chica contra la pared y el chico delante. De entrada “no le dio importancia”, hasta que se dio cuenta de lo que estaba pasando: “Pudo ver que el chico la tenía cogida y le pareció que la chica quería salir y él no le dejaba hacer”.
“Finalmente, el testigo declaró que la chica se acercó a él con un ataque de nervios pidiéndole ayuda, mientras el chico se marchaba rápidamente en dirección a la discoteca”, añade la sentencia. Inmediatamente, este testigo y otro joven fueron hasta la entrada del local para que la víctima identificara quien había sido. Lo localizaron ahí enfrente, le dijeron que no se moviera y alertaron a la policía. El tribunal subraya que las imágenes de una cámara de videovigilancia grabaron al acusado volviendo hacia la discoteca a las 5.55 de la madrugada “con el cinturón desabrochado y la bragueta abierta”: “Este modo de ir por la calle es plenamente compatible con lo que relata el testigo, que dice que el acusado se marchó rápidamente”.
La policía detuvo al sospechoso allí mismo. A la hora de condenarle, la sentencia remarca que la declaración de la víctima -que fue a puerta cerrada- fue persistente y coherente pero que, además, su relato está corroborado con hasta nueve indicios o pruebas. Aparte de la declaración del vecino, la sala también argumenta que localizaron a ADN del acusado en la víctima. En la sala de vistas, el procesado admitió que se habían dado “besos y tocamientos” pero negó haber penetrado alegando que no había podido tener una erección: “Sólo la versión sostenida por la denunciante resulta compatible con el hallazgo. Si bien los tocamientos podrían justificar la presencia de material genético del acusado en la ropa interior, el procesado no ofrece ninguna explicación que justifique la presencia de su material genético en el interior de la vagina de la denunciante”.
Otra de las pruebas que demuestran la violación es el resultado de la exploración ginecológica en la víctima. Le detectaron un esguince en el himen y ella misma dijo a la Audiencia que nunca había tenido relaciones sexuales: “La existencia del desgarre acompañado de sangre en esta zona y en la camiseta del acusado corrobora que fue una penetración inconsentida”.