El Rey Felipe VI ha liderado la cena inaugural del Mobile World Congress en Barcelona, una edición en la que el “procés” ha quedado aparcado y ha estado marcada por la guerra que está librando Rusia contra Ucrania. En este sentido, el Monarca ha dedicado sus primeras palabras a esta causa: se ha mostrado muy firme en su rechazo a las acciones bélicas del Kremlin, que ha considerado “inaceptables”, y ha exhibido el apoyo de España, junto al resto de países de la Unión Europea, para “restablecer la paz”, aunque sin concretar qué tipo de respuesta se debe dar para lograrlo (más allá de pedir que se respete el derecho internacional).

“Después lo que hemos visto y vivido en los últimos tiempos, la última cosa que nos imaginábamos era encontrarnos aquí bajo el oscuro augurio de una guerra en Europa del este”, ha arrancado Felipe VI en su discurso, pronunciado ante Pedro Sánchez, Pere Aragonès y Ada Colau, así como el resto de personalidades que han formado parte de la cena, entre las cuales destacaban el presidente de GSMA, José María Alvárez-Pallete, y el director, John Hoffman. El Monarca ha expresado su tristeza por la evolución de los acontecimientos en Ucrania y ha sido contundente: “Una inaceptable agresión a la soberanía e independencia de una nación, miembro de la ONU y particularmente amigo de la Unión Europea y España”.

“Ucrania y la gente de Ucrania está en nuestros corazones, y España está comprometida a ayudar junto a la UE y la comunidad internacional”, ha señalado, antes de apuntar que esta “guerra e invasión” de Ucrania es también una “amenaza” a Europa y al orden mundial. “Esto nos inquieta”, ha añadido.

Lo cierto es que esta edición del Mobile World Congress está marcada por los últimos coletazos de la pandemia del coronavirus (todavía condiciona, pero el congreso recupera cifras prácticamente prepandémicas) y el estallido de la guerra en Ucrania. Tanto es así que, los discursos de todas las autoridades han estado marcados por referencias a Rusia y la propia organización del congreso ha pedido a todas las compañías rusas que se quedaran en casa (es decir, ha dejado al país eslavo sin pabellón). De lo que no ha habido este año ha sido referencias al “procés”, cada vez más residualizado.

Tampoco entre bambalinas. En este sentido, Aragonès ha saludado al Rey Felipe VI, con quien ha conversado alrededor de un minuto en torno al conflicto de Ucrania, y después, el president se ha quedado departiendo con Sánchez, la vicepresidenta Nadia Calviño y Colau, también sobre el conflicto del este de Europa. Pese a las conversaciones entre bambalinas, también cabe decir que, como ya viene siendo habitual, tanto Aragonès como Colau han plantado al Rey en la recepción a las puertas del Museo de Arte Contemporáneo de Cataluña, donde se ha celebrado la cena.

Inicialmente, Colau se ha encargado de abrir el acto con un discurso y ha reivindicado Barcelona como “ciudad de paz” y ha condenado con “toda firmeza” la invasión de Ucrania. “Es imprescindible volver a la diplomacia”, ha afirmado la alcaldesa de Barcelona, que ha ofrecido la ciudad como lugar de acogida ante la ola de refugiados que ha desencadenado la guerra. Colau sí ha querido destacar que, tras años de “tensión” por el “procés”, el “diálogo y la cooperación” entre Barcelona, Cataluña y España se han impuesto para conservar el MWC.

Pedro Sánchez se ha limitado a hablar del conflicto ruso-ucraniano y ha reivindicado a la Unión Europea en todas sus facetas, tanto en la gestión de la pandemia (ha reivindicado que ahora es el mayor donante del mundo de vacunas) como ante la “barbarie” de Putin. En este sentido, ha subrayado que Europa está respondiendo con “contundencia”, aunque ha limitado esa respuesta a tres herramientas: sanciones económicas, solidaridad y ayuda humanitaria. Asimismo, ha avisado que las sanciones no se suprimirán “hasta Rusia no abandone toda Ucrania”.

Finalmente, Aragonès, ha evitado toda referencia al “procés” (no ha hecho referencia ni a la mesa de diálogo ni a los problemas con la Justicia de políticos y activistas separatistas, sus principales carpetas), y se ha limitado a reivindicar a Cataluña y Barcelona como lugares propicios para la innovación y los proyectos digitales, además de introducir también una mención al catalán a través de la tecnología. En este sentido, ha hecho referencia a AINA, un proyecto digital impulsado por la Generalitat para desarrollar aplicaciones basadas en la inteligencia artificial en catalán, como asistentes de voz o traductores automáticos. “Porque lenguas como el catalán tienen que tener también garantizado su futuro en el mundo digital”, ha reivindicado.