Pandemia y pobreza
El riesgo de exclusión social en Cataluña es muy superior al del resto de España
Un informe de Cáritas alerta de que la cohesión social ha sufrido un “shock” sin precedentes como consecuencia de la tensión que ha sufrido la actividad económica y el empleo a causa de la pandemia
Bajo el título «Evolución de la cohesión social y consecuencias de la Covid-19 en España», Cáritas y la Fundación Foessa (Fomento de Estudios Sociales y de la Sociología Aplicada) ya avisaron hace dos semanas de la gravedad de la situación, en Cataluña y en el resto de España. Este informe es una radiografía social completa de la crisis provocada por la pandemia, y hoy se han presentados los datos concretos de esta comunidad autónoma. Tres de cada diez catalanes están en riesgo de exclusión social.
El informe alerta de que la cohesión social en nuestro país ha sufrido un “shock” sin precedentes como consecuencia de la tensión que ha sufrido la actividad económica y el empleo a causa de la irrupción del SARS CoV-2, la covid-19.
Según la investigación –llevada a cabo por un equipo de más de 30 investigadores procedentes de más de diez universidades y entidades de investigación social—, la precariedad laboral durante la crisis sanitaria se ha duplicado y alcanza a casi 2 millones de hogares de toda España, que dependen económicamente de una persona sustentadora principal que sufre inestabilidad laboral grave. Lo que significa que en el último año ha tenido: 3 o más meses de desempleo, 3 o más contratos diferentes, en 3 o más empresas distintas.
“Se ha producido un empeoramiento de las condiciones de trabajo que genera más trabajadores pobres y trabajadores más pobres y menos realizados personal y socialmente”, señala el informe.
De esta manera, el 29,1% de la población catalana (2.258.000 personas) está en riesgo de exclusión social, por encima del 23% de la media estatal, según un estudio de la Fundación Foessa de Càritas con datos de 2021.
En una rueda de prensa este miércoles, la coordinadora del grupo de análisis social de Cáritas, Míriam Feu, ha considerado que se ha producido un “aumento sin precedentes” de esa estadística, ya que ha crecido 12 puntos desde 2018, y ha añadido que 1,2 millones de catalanes (el 15,5% de la población) está en riesgo de exclusión severa.
En el apartado laboral, 396.000 hogares catalanes tienen su sustentador principal en inestabilidad social grave --en el último año ha estado tres o más meses en paro, ha tenido tres o más contratos, o ha trabajado para tres o más empresas--, cuatro veces más que en 2018, y 248.000 hogares tienen todos los miembros en paro, una cifra que se ha duplicado en tres años.
Se producen también más dificultades para acceder y mantener una vivienda digna: 1.301.000 personas viven en una vivienda considerada inadecuada y 915.000 sufren inseguridad en sus casas.
405.000 hogares no tienen acceso a medicamentos, por sus problemas económicos, y el 42% ha visto empeorar su salud mental, señala el estudio.
La pandemia también ha provocado que se “tensionen y erosionen con fuerza” las relaciones entre las personas: en 199.000 hogares algún miembro ha recibido maltrato y en 116.000 ha habido malas relaciones.
Cerca de un millón de hogares experimentan la brecha digital y, de ellas, 300.000 han perdido oportunidades por esa causa.
El Ingreso Mínimo Vital (IMV) estatal llega al 13% de personas en situación de pobreza severa y la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC) de la Generalitat al 28%, cifras “totalmente insuficientes”, en palabras de Feu.
El secretario técnico de la Fundación Foessa, Raúl Flores, ha lamentado que la brecha de género ha provocado que las mujeres sufran el “impacto más grave” de la desigualdad y la brecha de edad genera que los jóvenes tengan menos empleo o más precario.
La brecha de origen es “persistente”: las personas de origen extranjero tienen mayor incidencia de exclusión social --afecta a un tercio de ellas, casi el doble que en las de origen español-- y más consecuencias negativas a nivel laboral --el doble de despidos-- o sanitario.
Flores ha explicado que Cataluña tiene una estructura laboral con mayor porcentaje de los sectores más castigados por la pandemia, mayor tasa de inmigración y más coste de la vida que otras regiones de España por el efecto capitalidad de Barcelona.
Ello explica, según ha detallado, que sea la comunidad autónoma con mayor porcentaje de población en riesgo de exclusión de entre las 10 que ha analizado el estudio, realizado por 30 investigadores de 10 universidades o centros.
Tanto Cataluña como Canarias tienen un 29,1%, Andalucía un 26,3%, Murcia un 25,4%, Castilla-La Mancha 23,4%, Comunidad de Madrid un 22,3%, Comunidad Valenciana un 21,3%, Castilla y León un 17,9%, País Vasco un 16,3% y Cantabria un 15,9%.
El obispo de Terrassa (Barcelona), Salvador Cristau, ha lamentado los datos y ha llamado a continuar el encargo evangélico de velar por los desfavorecidos: “La pandemia ha generado una crisis social que nos duele. Hemos visto de cerca el sufrimiento de muchas personas”.
Por último, el presidente de Càritas, Francesc Roig, ha asegurado que el estudio “pone de manifiesto la debilidad del sistema de protección” y ha pedido medidas urgentes para poner a las personas más vulnerables en el centro de las políticas sociales.
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