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Terrorismo yihadista

Unas Ramblas en silencio recuerdan el atentado terrorista de 2017 en Barcelona

Los familiares de las víctimas y algunas autoridades realizan una ofrenda floral en el mismo lugar

Familiares de las víctimas del atentado terrorista del 17A durante el homenaje celebrado hoy con una ofrenda de claveles blancos en las Ramblas de Barcelona, en el cuarto aniversario de los atentados y que contó con la presencia de afectados y autoridades, siendo la primera vez que se conmemora con tres miembros de la célula condenados. EFE/Quique Garcia Quique GarciaEFE

J. Planes - Barcelona

Cuatro años después del fatídico atentado yihadista en el corazón de Barcelona, el emblemático paseo de Las Ramblas conmemoró en silencio y con un aspecto poco usual en agosto el recuerdo a las trece víctimas mortales de la Ciudad Condal, que fueron tres más en Cambrils. Fue un acto sobrio, que empezó con el siempre habitual «El Cant dels Ocells», y que dio especial protagonismo a los familiares de los fallecidos y a los servicios de emergencia que tanto ayudaron ese trágico 17 de agosto de 2017. Muy importante también fue la presencia de los que quedaron heridos.

Estuvieron presentes, entre otras autoridades, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, y la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, y todos ellos guardaron un minuto de silencio en homenaje a las víctimas de los atentados. Les acompañaron también representantes de las asociaciones de víctimas del terrorismo. El público presente era de escasos centenares de personas, la mayoría de ellos turistas despistados, y algunos barceloneses.

Tras el inicio musical, siguió una ofrenda floral, primero por parte de víctimas y familiares y, posteriormente, por los representantes de las administraciones.

Como en años anteriores, las víctimas y los familiares asumieron todo el protagonismo, ya que estaban en primera fila y fueron los primeros en colocar sus coronas de flores y claveles blancos a los pies del mosaico frente al Liceu donde la furgoneta del terrorista Younes Abouyaaqoub detuvo su macabro recorrido por Las Ramblas, tras arrollar a las docenas de personas que estaban en su camino.

Entre las víctimas, algunas de las cuales acudían por primera vez a Las Ramblas, al vencer sus fuertes temores provocados por la visión del sitio, también figuraban representantes de la Unidad de Atención y Valoración de Afectados por el Terrorismo (UAVAT), mientras que las autoridades y dirigentes políticos se mantuvieron en un segundo plano.

Tras el acto, algunos de los damnificados denunciaron que cuatro años después se siguen sintiendo «abandonados» por las administraciones –lo que consideran una «segunda victimización»–, exigieron que la Generalitat cree una oficina de atención a las víctimas, y reclamaron que «se sepa la verdad», además de criticar que los supervivientes de la célula no fueron condenados por asesinato.

Pese a que algunas de las víctimas pudieron volver ayer a las Ramblas, cuatro años después de los atentados, otros de los afectados que tenían previsto acudir finalmente desistieron debido a una pequeña explosión el lunes.

Como en ediciones anteriores, algunas de las víctimas llevaban camisetas blancas con el lema «Queremos saber la verdad», ya que un grupo de afectados considera que la sentencia de mayo pasado de la Audiencia Nacional –que condenó en su fallo a penas de entre 8 y 53 años de cárcel a los tres únicos supervivientes de la célula– no ha llegado hasta el fondo y lamenta que el Congreso no haya creado una comisión de investigación.

En un acto paralelo, al inicio del paseo, la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT) reclamó «memoria y dignidad» para los damnificados y sus familias, y pidió a las autoridades «más empatía» con las víctimas, «abocadas al olvido y la marginalidad».