Cultura

Stuart Park desentraña en ‘Pájaros y melancolía’ la “huella bíblica” en la literatura de Jiménez Lozano

A juicio de Reyes Mate, el libro constituye “un punto de inflexión” en la interpretación de la narrativa del abulense

Presentación de "Pájaros y melancolía" de Stuart Park
Presentación de "Pájaros y melancolía" de Stuart ParkRubén Cacho/Ical

“Stuart Park ha elegido la excusa de los pájaros para ir al fondo del asunto y desentrañar el papel de la sabiduría bíblica en la escritura de Jiménez Lozano. Este libro va a constituir un punto de inflexión en la interpretación de su obra”. Son palabras del filósofo vallisoletano Reyes Mate, encargado hoy de presentar en el Aula Triste del Palacio de Santa Cruz ‘Pájaros y melancolía’, el número 12 de la colección Cátedra Jorge Guillén, editado por la Fundación Jorge Guillén.

Según explicó Reyes Mate en una intervención recogida por Ical, el libro “no es solo un homenaje a Jiménez Lozano, sino que abre una nueva clave interpretativa de su obra”. Así, señaló que ‘Pájaros y melancolía’ está integrado por pequeños poemas del Premio Cervantes, en los que por ejemplo el de Langa se lamenta del sufrimiento de un gorrioncillo y deja caer la expresión ‘ecce in pace’. “Ante ello, Park se detiene para que entendamos el sentido de la compasión del autor del poema, relacionando esa expresión con ‘ecce homo’, como una forma de proyectar sobre el pájaro el sentimiento de compasión que en todos despierta la Pasión del Nazareno”, desgranó.

En otros versos, como los que titula ‘Vislumbre’, Jiménez Lozano “describe un paisaje castellano, pero en ellos el autor no está hablando del alma castellana, sino que intenta desentrañar el misterio que encierra el espíritu del desierto, por eso el poema acaba con un desconcertante ‘te descalzaste’”, relató.

Ejemplos como esos permiten a Park concluir que “las claves interpretativas de la poesía de Jiménez Lozano son bíblicas”. Reyes Mate recordó que el abulense “se quejó muchas veces algo que había hecho mucho daño a su escritura. Durante mucho tiempo se le consideró un escritor religioso, y eso en España es una condena a muerte. Te aparta de la gran literatura y te margina de los grandes temas. A él aquello le dolía porque él no era un escritor religioso, sino que había tratado de elevar la escritura en español al nivel que tiene la gran literatura europea, que está teñida por la sabiduría bíblica”.

Dos libros en uno

Para él, ‘Pájaros y melancolía’ encierra en sí mismo “dos libros”. En el primero de ellos, domina la “prosa seductora” de Park, “una literatura que amansa, serena y sosiega, extraña en nuestro tiempo, tan convulso y con una literatura tan provocativa”. En el segundo, prosiguió, se abre una “nueva lectura” relacionada con esa huella bíblica, que para Reyes Mate “es lo que hace singular a este escritor”.

El filósofo recalcó que en España hay prohibición histórica de la Biblia, que es todo lo contrario a lo que ha sucedido en países como Inglaterra, donde la literatura está impregnada por “la sobriedad y el rigor en la pregunta”, un aspecto que, en su opinión, “afecta al estilo de Jiménez Lozano”. Para él, otro aspecto diferencial en el abulense es “la ambición” de esas narraciones, ya que “se cuenta algo para que acontezca lo contado, para que la palabra despierte vida, no para divertir”. “No se trata de entender el poder de revelación que tiene la palabra, sino de dar a toda palabra verdadera una capacidad reveladora”, argumentó.

La Biblia, a su juicio, también condicionó los temas de Jiménez Lozano, así como a la “profundidad” de su escritura. En ese sentido, subrayó que en ‘Cartas de un cristiano impaciente’, su crónica del Concilio Vaticano II, “él puso luces largas para ver cómo el tema de la libertad nos afectaba a todos los españoles, más allá del barco donde cada uno se encontrara”, mientras que en ‘Parábolas y circunloquios’ brinda “un recorrido sobre la historia de la intolerancia en España, un país que en un tiempo fue símbolo de la convivencia de tres culturas”. “Cuando se pone a pensar, Jiménez Lozano descubre continentes”, sentenció.

Por su parte, Stuart Park explicó que el título de su libro procede del título de un collage del abulense, que para él “retrata perfectamente el mundo conceptual de Jiménez Lozano”. Es pieza muestra el rostro del melancólico filósofo Kierkegaard, con una silla vacía al lado de una ventana abierta, por la que pasa volando un pájaro.

“Don José amaba el mundo natural, y la melancolía que envuelve sus versos surge de la nostalgia que provoca su pérdida paulatina y el deseo de retener una belleza efímera. Los pájaros simbolizan para él la profunda paradoja de nuestra vida en el mundo: diseñados para volar en libertad, están sujetos a las fuerzas de la naturaleza y caen víctima de la depredadora mano del hombre. Una mirada esperanzada, sin embargo, ilumina toda su obra. La huella bíblica que hemos querido reivindicar en este libro”, resumió.

Tras referirse a Jiménez Lozano, junto a Reyes Mate y Teófanes Egido, como “una triada de intelectuales que nos han ayudado a comprender la historia cultural y espiritual de España”, Park cerró su intervención dando lectura a ‘Primera hora de Pascua’, poema recogido en ‘Los retales del tiempo’ (2015): “El frío del mundo se alzaba en el camino, / con sus afilados dientecillos, sus enrojecidas / orejas de nocturno vigilante. Tres mujeres / iban apresuradas e inquietas / al jardín donde la tumba estaba y preguntaban: / ‘¿Quién nos moverá la piedra de ella?’, decían. / Y ‘Dónde le habéis puesto, dónde?’ / Derramada estaba el agua de los cántaros, / derramada la arenilla del reloj, el fanal roto / del tiempo. Destrucción y muerte, nadie. / Mas ya resplandecía la estrella matutina, / y el jardinero estaba ya esperando”.