Escapadas micológicas
Siete rutas donde abundan las setas junto al lago glaciar más grande de Europa
Esta zona cuenta con una riqueza natural variada que hace posible la existencia de ecosistemas muy diversos que favorecen el crecimiento de distintas especies de hongos comestibles y no comestibles
Este domingo comenzará oficialmente el otoño, la época de la vendimia y de la recogida de castañas y setas. Los campos y los montes se llenan de vida estos meses, puesto que tanto el enoturismo como el micoturismo son dos actividades al alza y que tienen cada año más adeptos, personas ávidas de conocimiento pero que también quieren disfrutar de la naturaleza y de novedosas experiencias.
El turismo micológico se ha convertido en un uso recreativo de los bosques. Una actividad en la que interviene la gastronomía, pero especialmente el atractivo de disfrutar de una buena jornada setera por lugares bien conservados y de atractivo paisajístico.
En los últimos años se ha convertido en toda una rama específica dentro del turismo de naturaleza. Visitar los hábitats de nuestro país y aprender las especies fúngicas que habitan en ellos, es una bonita y sana forma de conocer mejor cada rincón de España. Pero, además, el turismo micológico ayuda a potenciar el desarrollo rural.
En estas líneas turísticas de este viernes, LA RAZÓN quiere acercar una zona de la provincia de Zamora que sobresale por su belleza y por su lago glaciar, el mayor de toda Europa dicho sea de paso, pero también y sobre todo porque en esta comarca, aprovechando el fin del estío, hay una serie de rutas que los amantes de las setas y los hongos tienen que conocer alguna vez en su vida.
Nos estamos refiriendo a la comarca de Sanabria en la que abundan estos preciados productos que se extraen de la madre tierra. Una zona que es sinónimo de micología, de micodiversidad, y de gran tradición en la recogida de setas, con una riqueza natural variada que hace posible la existencia de ecosistemas muy diversos que favorecen el crecimiento de distintas especies de hongos comestibles y no comestibles.
Una comarca donde coexisten hasta siete zonas seteras, como la de Castañares de Rozas, entre Cobreros y Puebla de Sanabria, repleta de castaños centenarios, donde el micoturista, además, puede disfrutar de las ermitas de La Devesa o la de Santa María junto a la carreta de Villarino. Entre las especies de hongos que más abundan en esta comarca se encuentran las ramarias, carboneras, gamuzas, tricolomas, higroforos blancos, llanegas o los cortinarios. También hay bolas de nieve, champiñones de prado, cándidas u otras de pequeña talla y que normalmente crecen sobre los excrementos frescos como estrofarias, paneolos o Bolbitius vitellinus.
En Puebla de Sanabria está la ruta de la Peña La Olla-El Puente, con un precioso recorrido que atraviesa un hermoso bosquete de robles y algunas zonas de prado dentro del coto truchero del "Mercado del Puente". En esta ruta el recolector podrá encontrar diferentes especies de boletos, rúsulas, especies del género Tricholoma como Tricholoma acerbum, clitocibes, cucurriles y especies curiosas como Phallus impudicus. También podemos observar sobre tocones en pudrición masas de Hypholoma fasciculare o de Tremella mesenterica.
Entre Galende y Puebla de Sanabria está la ruta de Trefacio-Murias, una zona con robledal extenso, chopos, cerezos silvestres y castaños de gran edad además de tierras de labor abandonadas. Menos frecuentes en esta ruta pero también se hacen presentes castaños de gran edad, algunos chopos y cerezos silvestres. El Boletus edulis o Boletus aestivalis abunda en esta zona, al igual que las setas de ostra, los rebozuelos, las gamuzas e algunas especies curiosas del género Ramaria. También las senderillas o los champiñones en la zona de praderas aunque en cualquier momento es posible encontrar los cucurriles, la especie por antonomasia de esta comarca.
Otra de las rutas micológicas más interesantes de la zona de Sanabria es la del Monte La Fraga, entre San Martín de Castañaeda y Puebla de Sanabria, que se recorre en su totalidad por los caminos tradicionales recuperados por el Parque Natural del Lago de Sanabria y entre grandes robles y paredes de piedra. En las zonas de pradera abundan los champiñones, las cándidas y los cucurriles. En las masas de robledal hay boletos, pie azul, ramarias, amatistas, champiñones de bosque, lacarias, rebozuelos, higroforos y gamuzas, pero sobre todo Amanita phalloides y especies no comestibles como cortinarios, estrellas de tierra o pedos de lobo.
También pueden encontrarse especies de gran atractivo estético en el otoño como los "escanfreixos" (serbal de los cazadores) o los guindos además de disfrutar de unas vistas espectaculares al valle glaciar del Lago de Sanabria.
El Pinar de Terroso es otra de las rutas micológicas más interesantes de esta comarca, entre Cobreros y Puebla de Sanabria. Una zona repleta de ejemplares de pino albar pero mezclado con castaños y robles de poca edad, abedules e incluso fresnos. Los amantes de las setas tienen aquí otro paraíso puesto que pueden encontrar desde negrillas hasta boletos de pino babosillos anillados, amanita muscaria y pantherina así como abundantes níscalos.
No faltan tampoco los champiñones, las senderillas y los pedos de lobo, muy frecuentes; así como algunas especies típicas del matorral bajo de chaguazos y escobas.
La sexta ruta de esta zona es la de Lubián, que discurre a media ladera entre la carretera vieja de Lubián y el río Pedro y lleva hasta los pueblos de Hedroso o Aciberos entre castañares, prados semi abandonados y algunas tierras de cultivo. bajo la imponente mirada de la vertiente suroeste de la sierra Segundera.
En las zonas más abiertas abundan los champiñones, las cándidas, los cucurriles o las colmenillas, mientras que en las zonas más arboladas, de robles y de castaños, conviven en paz los boletos, tricolomas, pie azul, rebozuelos, lacarias o amatistas; y durante la primavera cucurriles, rúsulas o chantarelas.
El micoturista verá patrimonio en la zona, como la basílica de la Tuiza, junto al río Tuela.
Finalmente, está la ruta de Robledo - Vivero de Ungilde con un pinar maduro en la que habitan zonas de chaguazos, urces, codesos, escobas blancas y amarillas, carquesias, y brecina además de vegetación de roble y plantaciones jóvenes de castaños.
Las amanitas muscaria y pantherina son habituales de esta zona, al igual que diferentes especies de boletos, pezizas naranjas o falsos níscalos. También son frecuentes otras especies como rúsulas carboneras y pie azul además de algún hongo parásito como el yesquero o el casco de caballo. Un lugar paradisiaco en el que se puede disfrutar del conjunto montañoso del teso de San Juan con la Sierra Cabrera al fondo de los pinares que tapizan las estribaciones de la Sierra de la Culebra.
En la sierra de la Culebra se encuentra la Escuela Micológica de Ungilde, ubicada en las antiguas escuelas del pueblo que han sido restauradas por el Ayuntamiento de Puebla de Sanabria, para dar a conocer los distintos hábitats existentes en la comarca y el papel ecológico que desempeñan los hongos en la naturaleza, con una filosofía basada en la observación del paisaje y las especies liofilizadas encontradas en la zona, según informan desde el Consistorio de Puebla de Sanabria
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