Patrimonio
La espectacular plaza porticada y su rareza que la hace única en el mundo
Se ubica en un pequeño municipio de la provincia de Burgos con siglos de historia que presume de contar con hasta seis museos
Castilla y León cuenta con 2.248 municipios, la comunidad con más entidades locales de España, donde, además, se encuentra el primer ayuntamiento creado en el país como tal: Brañosera, en la provincia de Palencia, en virtud de la famosa carta puebla o fuero de Brañosera que este año ha cumplido 1.200 años.
Pero en estas líneas de LA RAZÓN nos vamos a referir a otra localidad, también con una amplia historia a sus espaldas, de hecho fue fundada por el conde Diego Rodríguez Porcelos en el año 880, y hoy en día está declarada Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Conjunto Histórico: Villadiego.
Un pueblo de alrededor de 1.500 habitantes que se ubica en la comarca burgalesa del Odra-Pisuerga, en la margen derecha del río Brullés y a unos 38 kilómetros de la capital, que se ha convertido en un municipio muy turístico gracias a su riqueza arquitectónica y monumental, donde sobresale el Arco de la Cárcel, situado al noreste de la Villa, que es la única puerta de la muralla que se conserva y fue la principal en su época. Es en este área donde se localizan los únicos vestigios de la muralla, que se han identificados con la cerca de la huerta del monasterio de San Miguel. Un edificio muy sencillo y de estilo renacentista que data del siglo XV.
Villadiego fue una importante villa comercial en la que llegó a instalarse en la Edad Media una numerosa aljama judía, lo que da fe en la actualidad su singular trazado con los restos de la mencionada muralla así como la plaza mayor con soportales.
Se trata de una plaza porticada y amplias dimensiones, de planta en forma de “L” invertida y que tiene como peculiaridad que la hace especialmente distinta al resto de las plazas castellanas que parte de sus soportales, en concreto los del lado norte, están doblados.
Los soportes interiores son de madera con el característico capitel zapata de la arquitectura popular, mientras que los exteriores son de piedra para resistir mejor los embates del tiempo en esta zona especialmente dura y cruda en invierno.
Unos soportales que se han construido en distintas fases a lo largo de la historia y con diferentes materiales y estilos que, sin embargo, se integran con armonía y convierten en singular a esta plaza, el ágora de Villadiego, que en sus tiempos comerciales de bonanza acogió un mercado que fue referente en su época.
Y en el centro de la plaza se encuentra la estatua del Padre Enrique Flórez, personaje ilustre de Villadiego cuya familia, Los Flórez Huidobro, ocupó puestos de relevancia en la administración y en el ejército, descendientes de castellanos viejos y miembros de la hidalguía castellana.
Fue un sacerdote de amplia y prolífica producción escrita en numerosos campos del saber. Fue traductor, geógrafo, cronologista, epigrafista, numismático, paleógrafo, bibliógrafo y arqueólogo en su época, lo que le llevó a ser miembro de la Academia de las Inscripciones y Lenguas Antiguas de París. Una de sus obras, Sagrada España, sigue siendo considerada un trabajo cumbre para comprender la historia de la Iglesia Católica en la península Ibérica.
Además, en Villadiego corre una broma sobre esta estatua.
- ¿Has visto la estatua del Padre Flórez de Villadiego?
- Sí, claro.
- Y, ¿te fijaste por qué página tiene abierto el libro?
Los principales lugares a visitar en Villadiego, además de la plaza mayor, son la Iglesia de San Lorenzo, la Iglesia de Santa María, el Convento de San Miguel o la Ermita del Santo Cristo.
Pero también destaca este municipio por lo cultural y su amplia y variada oferta museística. No en vano, hasta seis museos pueden verse en el municipio.
- 1-Centro de Interpretación del Geoparque de Las Loras. Un lugar en el que el visitante podrá vivir una experiencia paleontológica y geológica sin igual a través de explicaciones geológicas, fósiles, rocas, maquetas que ayudan a entender el paisaje actual.
- 2- Centro de Interpretación del Cómic, Fabulantis. Dedicado al Capitán Trueno y en honor al máximo dibujante del héroe del cómic español, Ángel Pardo, íntimamente ligado a Villadiego.
- 3- Museo Parroquial de Arte Sacro. Se ubica en el interior de la iglesia de San Lorenzo, que fue sede del arciprestazgo de Villadiego. Recoge una muestra del arte sacro de algunas parroquias del Arziprestazgo de Amaya, de la Diócesis de Burgos, como cálices, cruces procesionales (la Cruz de Tablada de Villadiego), una custodia-ostensorio, crismeras e incluso vestimentas eclesiásticas.
- 4- Museo Etnográfico. Este espacio forma parte del conjunto museístico de Villadiego "Museos del Arco" y se encuentra instalado en la casa adyacente del edificio del Museo de Pintura, también denominado Arco de la Cárcel. Este museo muestra los modos de vida de nuestro pasado reciente; oficios (el campo, la herrería, la panadería...), sistemas de trabajo, evolución tecnológica, aprovechamiento de materiales, la vivienda y sus actividades (cocina, alcoba, lavandería, confección de trajes…), la escuela y una singular colección de velocípedos (réplicas del s. XIX).
- 5- Museo Pictórico. Situado en las antiguas mazmorras -también visitables- y en pleno casco histórico de Villadiego, alberga colección de cuadros de una cronología que va del siglo XVI al XX reunida por Lorenzo Albarrán, de autores como Sorolla, Mariano Fortuny, Casado del Alisal, Ferrant o Mejías entre otros.
- 6- Radio Museo. En este singular espacio museístico se pueden conocer los entresijos y el funcionamiento de una emisora de radio profesional con sus respectivos espacios y equipos.
Además, Villadiego es conocido también por el refranero popular español a través de la frase “Tomar las de Villadiego”, que popularmente se refiere de forma coloquial a aquella persona que huye apresuradamente de algún lugar o situación, porque siente miedo a que le ocurra algo y no se atreve a enfrentarse a esta circunstancia u otra más personal que le resulta incómoda o porque huye de algún compromiso, detrás de la cual se adivina la intención de no volver de ninguna manera. O lo que es lo mismo: largarse de improviso, de forma atropellada con prisas y sin decir nada ni dar una explicación.
Esta expresión ha tenido su eco en la literatura españolas. Por ejemplo, en La Celestina, la tragicomedia de Calisto y Melibea escrita en el año 1499 y atribuida a Fernando de Rojas, se utiliza la frase “Tomar las calzas de Villadiego”, que es la explicación con más peso de las que hay respecto al origen de esta frase, ya que se alude a las calzas, una especie de pantalones hasta la rodilla que se fabricaban en un pueblo de Burgos, llamado justamente Villadiego.
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