Micoturismo
La cuenca repleta de bosques y montaña donde los níscalos y los rebozuelos tienen su paraíso
Una zona bañada por el río Cea en la que se pueden realizar numerosas rutas a pie o en bicicleta aptas para todo tipo de turistas, y también para las familias
Con el otoño ya recién avanzado y la temporada de setas en pleno auge, ayudada por las lluvias caídas, es un momento inmejorable para que los micoturistas se lancen a los montes, bosques y pinares de España, en general, y de Castilla y León, en particular, para conocer más a fondo este mundo y seguir aprendiendo, a la vez que conocen parajes espectaculares en plena naturaleza, con una explosión de colorido sin igual.
La comunidad castellano y leonesa cuenta con innumerables zonas en las que se puede recoger de la tierra este producto estrella del otoño junto a otros como las castañas.
De hecho, la región cuenta con hasta tres grandes parques micológicos, que son auténticos tesoros para quienes buscan setas de primera calidad.
Como por ejemplo, los Montes de Soria, la zona de setas más grande de Castilla y León, que engloba a las provincias de Soria y de Burgos y más de 127.000 hectáreas. En tierras salmantinas se encuentran las sierras de Francia, Béjar, Quilamas y El Rebollar, en el sur de la comunidad con alrededor de 58.000 hectáreas. Y, para finalizar, el tercer gran parque micológico de esta tierra se encuentra en el noroeste de Zamora, quizás menos conocido pero igualmente fructífero en setas y hongos, con más de 21.000 hectáreas disponibles para los recolectores y micoturistas.
Si bien, en el resto de la comunidad hay otras zonas no menos importantes y con enclaves únicos que ofrecen una experiencia inolvidable para quienes disfrutan de la búsqueda de setas.
Es el caso de la zona que traemos este viernes a estas líneas de LA RAZÓN: La cuenca del río Cea, al este de León, y en la Montaña Oriental. Un territorio conocido por ser un zona donde abundan los níscalos y los rebozuelos. Municipios como Almanza, Cebanico, Boca de Huérgano y Valderrueda, Prioro o Villazanzo de Valderaduey ofrecen un entorno natural perfecto para los recolectores más exigentes.
Quien se acerque a esta zona puede disfrutar y recrearse con sus espectaculares y bellos paisajes, repletos de bosques donde la naturaleza ,bulle en todo su esplendor, sobre todo en esta época del año, y donde el visitante puede también empaparse de su cultura.
Son sus bosques y praderas de montaña hábitats de especial interés micológico, donde se pueden recolectar una gran diversidad de especies de setas, realizar rutas a pie o en bicicleta de montaña, aptas para todo tipo de turistas, y también para las familias.
En estas zonas el boletus edulis campa a sus ancas, al igual que la seta de cardo, la amanita caesarea, la trompeta amarilla y el níscalo igualmente, típico en Castilla y León.
Cuenta con un área que está regulada y rodeada de robledales y pinares con una extensión de alrededor de 30.000 hectáreas.
Para poder recoger setas hay que sacarse un permiso, que puede ser solamente de un día en plan turístico o recreativo que costaría 10 euros, y cinco euros más, en total quince, si es el permiso es de dos días. Como ocurre en todas estas zonas acotadas, quienes vivan y trabajen en estos lugares, los autóctonos, tienen descuentos y bonificaciones y pueden hacerse con un permiso para toda la temporada por tan solo 10 euros, siempre y cuando estén empadronados, de 30 euros si son personas vinculadas al municipio en cuestión y de 50 euros si la recogida de setas tiene ya un carácter más comercial.
Pero quien venga a estas zonas a recoger setas, no puede dejar de perder la oportunidad de visitar sus pueblos. En Boca de Huérgano, por ejemplo, situado en pleno corazón de la Montaña de Riaño, ofrece impresionantes paisajes naturales a una altitud media de unos 1.100 metros sobre el nivel del mar con varias rutas de senderismo. a lo largo del Parque Regional y Nacional de Picos de Europa. También hay que visitar, ya en el pueblo, la Torre de los Tovar, una construcción que data del siglo XIV y actualmente alberga el centro de interpretación de la caza.
Almanza es otra visita casi obligada, ya que cuenta con una riqueza paisajística y monumental importante y digna de ver y contemplar, pero que también presume de tener un peculiar bosque, con algunos ejemplares de roble centenario de hasta mil años de antigüedad -que se ven en los cinco metros de circunferencia que tienen-, repleto también de aventuras que se ha convertido en apenas dos años de andadura en un referente del turismo familiar de la mano de su Bosque de los Sueños.
Un guiño al célebre cuento de hadas de los hermanos Grimm, que puede visitarse libremente, sin entrada ni horarios, lo que es otro aliciente por su flexibilidad, y en el que solo se pide un requisito: ser respetuoso con el medio ambiente y la naturaleza existente en este mágico lugar en el que el visitante podrá encontrarse con personajes de cuento de toda la vida, como los siete enanitos (Sabio, Gruñón, Feliz, Dormilón, Tímido, Mocoso y Mudito) además de Blancanieves y su casita, varios trolls e incluso los tres cerditos y el lobo hambriento, que se suman al refugio de robles y servales que salen al encuentro de los caminantes, además una bruja y los fantásticos ejemplares arbóreos del monte de Almanza.
Quienes decidan acercarse a Almanza no deben dejar de pasear por su casco histórico, que es un Conjunto Histórico Medieval y está declarado Bien de Interés Cultural. Destaca el recinto amurallado, de los siglos XII y XIII, mandado levantar por el rey de León Fernando II en el año 1191 para defender su frontera contra el rey de Castilla Alfonso VIII.
También el Castillo-Palacio, escenario de legendarias batallas y vestigio histórico que perfila la fisonomía de la localidad. El castillo que data del siglo XV fue construido sobre uno anterior del siglo XII, y está declarado Bien Interés Cultural.
Y Valderrueda, con sus paisajes naturales, su rica historia y su vibrante vida cultural, Valderrueda es el lugar perfecto para una escapada este fin de semana. Cuenta con rutas de senderismo impresionantes para disfrutar de la belleza natural de la zona además de monumentos históricos como la Iglesia de San Vicente Mártir, con su arquitectura románica y sus detallados frescos. También es digno de ver el Museo Etnográfico de Valderrueda que ofrece una mirada fascinante a las tradiciones y el estilo de vida de la zona. Y para comer, está el Restaurante La Mezquita: con una cocina tradicional leonesa, como el cocido maragato o el botillo, y ambiente acogedor. También está el Bar Nagasaki: un lugar perfecto para degustar carnes a la brasa e incluso lechazo asado, o el Bar Tarantilla, especializado en platos de la zona y que incluso ofrece talleres de cocina.
Y, para finalizar, queremos recomendar también la visita a Prioro, en plenos Picos de Europa leoneses, que ofrece una mezcla perfecta de naturaleza, cultura y gastronomía
Un lugar ideal para hacer senderismo, ya que cuenta con numerosas rutas y senderos como las Rutas del Pico Prioro y de La Tejera así como para la observación de fauna y flora. También tiene patrimonio importante como la Iglesia de San Salvador o los restos de un antiguo molino de agua.
Montes de León
Y ya que estamos en la provincia de León, no podemos dejar de mencionar otra zona con pedigrí en este mundo de las setas: los montes de León y los municipios de Santa Coloma de Somoza, con amplia variedad, y la zona de la Maragatería, en Astorga, y en pleno Camino de Santiago, donde abundan el hongo blanco, el rojo, la capuchina y como no, el níscalo.
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