Cuatro imponentes iglesias abandonadas al silencio que las nuevas generaciones no conocerán

Castilla y León es una Comunidad con una riqueza cultural, histórica y monumental que no hay en otros territorios. Un legado forjado a lo largo de los siglos, que incluye desde palacios, casonas medievales, castillos, monasterios hasta conventos, iglesias y pequeñas ermitas, cada una con su historia e incluso leyendas, que no dejan indiferente a nadie.

Además, conviene recordar que Castilla y León es la región de la España autonómica que cuenta con más municipios (2.248), y en todos y cada uno de ellos se esconde un pasado digno de descubrir ligado a este rico patrimonio y arquitectura popular.

Si bien, en muchos de estos pueblos este legado se encuentra abandonado al silencio y en ruinas, a la espera de unas manos salvadoras en forma de administración pública o vecinales, que puedan revitalizar unas edificaciones en otras épocas eran motivo de orgullo y admiración

De hecho, se suele decir por estos lares que en Castilla y León tiras una piedra y aparece una ruina. Pero no son ruinas cualquiera, ya que en los muros de estos lugares pisados por reyes y emperadores, se esconden momentos épicos e historias de todo tipo fraguadas a lo largo de siglos y siglos de existencia. Lugares que en sus momentos de esplendor fueron verdaderos centros de poder e incluso de peregrinación que rebosaban cultura, arte y, en definitiva, reunían el saber de la vida.

En estas líneas, este periódico quiere dar a conocer algunos de estos lugares con un pasado esplendoroso que ahora están abandonados o dejados de la mano de Dios.

Ermita de San Miguel (Sacramenia, Segovia)

Declarada Monumento Artístico en 1983, esta ermita es un ejemplo de abandono como ningún otro en España. De hecho, tal es su lamentable estado actual que se teme muy mucho por su supervivencia. Este templo se ubica en lo alto de un cerro que domina y protege a la población de Sacramenia provocando una de las estampas más bellas y sugerentes de la provincia.

Pese a su deteriorado estado, y una decoración ruda, aún se mantiene viva una parte de los muros, además de una espectacular portada de cinco arquivoltas que sigue luciendo en el carcomido muro meridional. También se mantiene una sencilla pero atractiva cabecera, pero todo ello cogido con pinzas como suele decirse, ya que su estado es grave y clama a voces una restauración con urgencia.

De las cuatro columnas que tenía esta ermita, solo quedan tres capiteles que simulan helechos.

El interior del ábside se encuentra maltrecho pero sigue siendo espléndido, con su arco triunfal de medio punto sobre columnas como protagonista de excepción, donde se muestra a un hombre sujetando por los cuernos a un toro y a Sansón desquijarando al león.

San Juan Bautista (Tamariz de Campos, Valladolid)

La iglesia de San Juan Bautista de la localidad vallisoletana de Tamariz de Campos, en pleno territorio terracampino, es otro ejemplo de patrimonio religioso en ruinas o dejado de la mano de Dios. Data del siglo XVI, concretamente del año 1554, y aún se mantiene erguida e imponente la torre cuadrada de piedra, unos muros de ladrillo y la portada renacentista.

De pequeño tamaño, se estructuraba en tres naves y tres tramos a partir de dos parejas de pilares cilíndricos y coro alto a los pies, bajo el que se abriría el baptisterio, según recogía en el año 1886 el cronista de Cuenca de Campos, Andrés Pérez García.

Esta iglesia tuvo pórtico integrado en un atrio, además de una capilla, la del Cristo, que se levantaba en 1761 en el primer tramo del lado de la Epístola

Actualmente, solo se mantiene en pie parte del muro de cierre de la nave norte, la del Evangelio, en el que se abre un nicho y hasta hace poco se mostraba decorado con yeserías de un frontón con unas figuras con túnica en relieve y que en la actualidad se han terminado de perder.

Cuenta esta nave con una elegante portada de estética renacentista de piedra fechada en la segunda mitad del XVI que revela una cierta estética manierista. Su portada, decorada con dos medallones de la Virgen con el niño y de San Juan Bautista con el Cordero de Dios, es simplemente espectacular.

Iglesia de San Miguel de Tabanera (Burgos)

Para terminar este breve lista de patrimonio religioso en ruinas, nos vamos a referir a otra iglesia de glorioso pasado que ahora se encuentra en una grave deterioro y en riesgo de hundimiento. Se trata de la iglesia de San Miguel de Tabanera, en Burgos.

Un templo medieval que se encuentra en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra desde hace siete años por su degradación progresiva. Una iglesia que, además, no ha dejado de sufrir el continuo expolio de sillares y otros elementos, así como su exposición al vandalismo.

Esta joya se ubica a orillas del río Odra junto a este pueblo burgalés que también se quedó sin vecinos en la década de los setenta del pasado siglo.

Pese a la desolación existente en el pueblo, el templo aún mantiene firme y erguido su espectacular campanario así como parte de sus paredones.

La iglesia está construida en el siglo XIII en sillares de granito y es de estilo tardorrománico, aunque la cabecera de la iglesia es posterior, así como parte de las fachadas laterales. Y parece que a finales del siglo XV fue reconstruido y que en los dos siglos siguientes también sufrió alguna modificación.

El interior se encuentra en un estado deplorable, habiendo sido desmantelada, vandalizada y expoliada, como se comprueba por la desaparición de algunas de las losas de enterramientos.

Los robos que ha padecido esta iglesia debido a la despoblación dio comienzo a su declive, aunque se han salvado algunas cosas, como el altar mayor, ya que fue trasladado a Burgos, así como las campanas de la torre, que están en el cercano pueblo de Villasilos.

Cuando Tabanera se quedó sin vecinos, la iglesia perdió su luz y las bóvedas y tejado desaparecieron. Y una inquietante grieta separa el desplomado hastial de los laterales, que amenaza con un hundimiento no muy lejano si no se actúa. Su estado es de total abandono y en ruina progresiva.

Iglesia de Villaseca Bajera (Soria)

En las Tierras Altas de la provincia de Soria se encuentra el despoblado de Villaseca Bajera. Un pueblo que pertenece a Villar de Río y cuyos orígenes se remontan a la Edad Media. En el censo de 1842 contaba con 64 hogares y 244 vecinos. Pero cien años después, sobre 1961, apenas seguían viviendo allí cinco personas.

Un despoblado que en su día albergó gran número de ovejas merinas.

Pero si el pueblo es la pura imagen de la despoblación actual que sufre el medio rural, y especialmente esta zona de las Tierras Altas sorianas, con unos edificios que no son más que fantasmas del pasado, qué decir de su iglesia, que ha perdido casi toda su techumbre y de la que apenas se conserva una pequeña parte de su estructura abovedada, y varios restos de hornacinas y sepulturas.