Turismo
¿Cuáles son los 10 pueblos medievales más visitados de España?
El patrimonio, la gastronomía y los monumentos son sus principales atractivos
España cuenta en la actualidad con un total de 8.131 municipios, de los que la gran mayoría son pueblos creados en la época medieval y que esconden numerosos tesoros que cada vez atraen a un gran número de visitantes, nacionales y extranjeros. Parece que el tiempo no ha pasado por sus empedradas calles, y su patrimonio, monumentos, naturaleza y gastronomía les ha convertido en un atractivo turístico. Son muchos las localidades que destacan por su belleza, hasta tal punto que la Asociación "Los Pueblos más Bonitos de España" superan el centenar, pero los diez en los que nos vamos a detener son los más visitados.
Pedraza (Segovia): La villa medieval de Pedraza está considerada como el pueblo más bonito de la provincia de Segovia. Se trata de un marco incomparable declarado Conjunto Monumental en 1951, distinguida por los premios “C” de Turismo de Castilla y León en 1993 y Premio Europa Nostra en 1996. Elegido el pueblo más bello de Castilla y León en 2019.
Por su privilegiada situación a poco más de 30 minutos en coche de la capital segoviana y a 125 kilómetros de Madrid, se ha convertido en una excursión perfecta durante todas las épocas del año. Los visitantes en su recorrido podrán contemplar numerosos palacios y casas nobles blasonadas que se comenzaron a construir en el siglo XVI y que hoy día gozan de un estupendo estado de conservación.
Entre sus principales atractivos se encuentran: - Puerta de la Villa: El Arco de la Villa es actualmente el único acceso para vehículos a Pedraza. Forma parte del edificio de la cárcel. Se construyó alrededor del siglo VIII y rehabilitada en el XVI, conserva sus antiguas puertas de álamo negro. Fue a finales del siglo XX cuando se descubrió la actual portada de estilo mozárabe. Y en los laterales se aprecia el esgrafiado de sus muros. El escudo de la fachada exterior nos recueda a los Fernández de Velasco, que fueron señores de la villa durante cuatro siglos.
La historia cuenta que, esta puerta se cerraba a las 10 de la noche y no se abría hasta el día siguiente, era el toque de queda que estaba establecido. Durante ese periodo, solo se abría para casos urgentes. Las puertas, que son las originales, están construidas con madera de álamo negro.
- Cárcel de la Villa: Este edificio ayuda a conocer cómo vivía un preso en una villa medieval. Gracias a la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza, que reconstruyó este edificio medieval del siglo XIII. Inicialmente fue torreón defensivo, pero más tarde, en el XVI, se convirtió en cárcel.
- Calle Real: Vía que trasporta al visitante desde la puerta de la Villa hasta el Castillo, pasando por la Plaza Mayor. En este itinerario se pueden observar grandes casonas hidalgas y palacios con grandes fachadas y escudos heráldicos que harán de aperitivo antes de entrar en la Plaza Mayor o plaza del ganado, como la Casa de Pilatos “la casa con el balcón en la esquina”, que es un caserón del siglo XVI, de la familia Ladrón de Guevara. En el trayecto se observan los escudos heráldicos de los Velasco, Ladrón de Guevara o Pérex.
La plaza se creo para que familias nobles pudieran disfrutar de los actos taurinos que allí se celebraban desde 1550. Balcones y grandes terrazas eran lugares privilegiados para esta causa. Por cierto, hoy en día todavía se sigue utilizando como plaza de toros en las fiestas patronales en horno a la Virgen de Carrascal, en septiembre.
- Iglesia San Juan Bautista: En la misma plaza, y presidiendo esta, esta la iglesia de San Juan, románica del siglo XIII, con un bonito ábside que no se ve desde la misma plaza, pero al que podemos acceder por un pasadizo, hacia otra pequeña placita. También románico es el estilo de la torre, de doble arquería. En su interior se puede visitar una pila bautismal del siglo XIII. El interior cuenta con dos capillas, una de invierno, y la capilla principal para el verano. Es la única iglesia abierta al culto.
- El Castillo: En la actualidad, el castillo es propiedad del pintor Ignacio de Zuloaga en 1926, que se hizo con él en estado de ruina, hizo una buena restauración de las torres, donde montó su estudio de pintura. También sirven como salas de exposiciones de cuadros del pintor y otras obras de gran importancia. Se puede visitar el aljibe, el museo y el patio de armas, con o sin visita guiada. También se pueden realizar eventos en él, como bodas, grupos de empresa, etc.
Se dice que en este castillo ocurrieron hechos históricos como la prisión de los hijos de Francisco I, rey de Francia, entre 1525 y 1529. La fortaleza se construyó en el s.XIII y rehabilitada en el XV, aprovechando para realizar la torre del homenaje. En su interior se observa el escudo de los Herrera, que dejaron paso a los Fernández de Velasco. Más adelante, en el siglo XVI, el castillo fue reformado por los duques de Frías “Condestables de Castilla”
El castillo está considerado como uno de los más antiguos de Europa, se sabe que tiene orígenes romanos, restos de época lo atestiguan, en concreto, lo utilizaron como fortificación de uso militar. A continuación pasaron por allí los musulmanes, que dejaron, como es habitual, su huella. Para terminar en manos de nobles, que realizaron las últimas restauraciones.
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En 1975 fue declarado Urueña y su ermita de la Anunciada, como Conjunto Histórico Artístico, y desde el año 2007 es la primera Villa del Libro de España, motivo por el que está incluida dentro de la red de Villas del Libro del mundo. El 1 de enero de 2014 se convirtió en uno de «Los pueblos más bonitos de España» y desde entonces el número de visitantes no ha parado de crecer, en 2017 lo han visitado 21.000 personas.
- Frías (Burgos): Esta localidad burgalesa es la ciudad más pequeña de España. Frías aparece citada por primera vez en la segunda mitad del siglo IX. Sería uno de tantos pueblos surgidos en los primeros momentos de la ocupación del Alto Ebro. De aquellos años nos quedan los sepulcros rupestres de los alrededores de la parroquia de San Vicente, entonces cementerio.
Traspasado el año 1000 aparece por estas tierras el rey navarro Sancho III el Mayor, cuya base de actuación será Oña. Como consecuencia de la división del reino, esta parcela burgalesa quedará dentro de Navarra. Las luchas con Castilla obligarán a levantar castillos enriscados en los más importantes pasos: Santa Gadea del Cid(Término), se pone a punto Pancorbo y se levantan ex profeso los de Tedeja(en la Horadada, cerca de Trespaderne) y Petralata(en lo alto del Portillo de Busto). Frías pudo servir de defensa complementaria. Con la derrota de Atapuerca(año 1054) nuestro pueblo revierte al condado de Castilla que, desde ahora, tendrá la consideración de reino.
Es evidente que el auge de Frías proviene de tiempos de Alfonso VIII. Es quien la escoge, repuebla con un fuero, la convierte en centro comercial, viario y, sobre todo, defensivo pues, por entonces, es trasladado el castillo de Petralata y sus funciones administrativas y militares a la nueva villa.
En 1435, el rey Juan II de Castilla otorgó a la villa el título de ciudad con el objetivo de intercambiársela a Pedro Fernández de Velasco, conde de Haro, por Peñafiel. La población de Frías se negó a aceptar al conde de Haro como su señor, lo que llevó al enfrentamiento y asedio de la plaza, que tuvo que rendirse tras un largo tiempo, y acatar las normas del nuevo señor. En 1492 los Reyes Católicos crean el Ducado de Frías, que otorgan a los Velasco.2
En el nomenclátor de Floridablanca (1789), la ciudad de Frías aparece, junto «con sus barrios de Quintanaseca y Tovera», dentro del partido de Castilla la Vieja en Burgos,8 listado entre los «pueblos solos». Como tal es señorío secular, ejercido por el duque de Frías, con alcalde mayor de Señorío y otro ordinario. A la caída del Antiguo Régimen queda constituida como ayuntamiento constitucional del mismo nombre en el partido Briviesca, región de Castilla la Vieja.
Entre sus atractivos se enucentran: - El Puente Medieval: Uno de los más valiosos monumentos de la Ciudad de Frías es su puente sobre el Ebro. Puede decirse que su origen fue de construcción romana y reconstruido varias veces en la Edad Media.
Pasa por él, la calzada romana, que era una vía de comunicación, muy importante para el comercio entre la Meseta y la costa Cantábrica. Venía por el Portillo de Busto, Tobera, Frías, pasa por el desfiladero de Herrán y llegaba hasta Orduña, desde donde pasaban los mercaderes a Bilbao.
Además esta vía enlazaba con la de La Rioja que venía desde Encío, Cubilla, Valderrama, Frías. El de Frías es uno de los mejores ejemplares de puentes fortificados de España.
Mide 143 metros de largo, 345 metros de ancho, desde el nivel del agua hasta el pretil más alto del puente hay unos 113 metros y otros tantos hasta la torre.
Consta de nueve arcos. Los centrales apuntados y los demás ligeramente rebajados. En los más antiguos, se abren aliviaderos con sus molduras a la altura de los salmeres, que además de aligerar el peso del puente, le dan armonía y belleza.
- - Castillo: La historia del castillo se remonta a la de las primeras fortalezas del siglo X. Situado sobre una peña que domina el Valle de Tobalina, es uno de los castillos roqueros más espectaculares de Castilla, teniendo un gran valor estratégico.
Comenzaría a tener más importancia al pasar a manos del rey Alfonso VIII en 1201, dotándole de valor estratégico, ya que relevará al castillo de Petralata de las funciones de control del territorio, construido por los navarros en 1040 para defender los pasos más importantes entre La Bureba y Castilla la Vieja.
La defensa de la Muela se completará en 1201 con la construcción de la muralla, y más adelante, en el siglo XV Pedro Fernández de Velasco emprende obras de fortificación para garantizar el dominio de Frías.
La fortaleza se sitúa sobre el extremo y en lo alto del peñón. Su dominio sobre la única entrada a la ciudad en la que confluyen las vías procedentes del Ebro y Vadillo, son aplastantes. La puerta de ingreso de arco ojival y defendidas por almenas y troneras, es pequeña para su mejor defensa y está precedida por un puente levadizo de madera. Ya en el interior nos encontramos con un patio de armas, antes parcialmente cubierto, ligeramente cuadrado desde el que se distribuye las ya desaparecidas dependencias del castillo.
- Las Casas Colgadas: Las casas, de toba y madera, han aprovechado el reducido espacio que le brinda “La Muela”, gran roca sobre la que se asienta la parte alta de la Ciudad, de tal manera que están construidas en los mismos extremos de la roca, pareciendo que forman parte del precipicio.
Es el ejemplo de un urbanismo y una arquitectura que se adapta al escaso terreno con el que cuenta la parte alta de Frías, lo que obliga a desarrollar la casa tanto hacia arriba como hacia abajo, excavando en la roca de toba, superando el número habitual de dos plantas.
Olite (Navarra): Está ubicado en pleno centro de Navarra, a 45 kilómetros de Pamplona. Es famoso por albergar el Palacio Real de los Reyes de Navarra, uno de los castillos más bonitos de España y su principal reclamo; Además del Palacio Viejo, la torre de Chapitel, las galerías medievales, el parador de Olite y muchos monumentos imprescindibles que ver.
Olite está considerado como uno de los pueblos más bonitos de España, es uno de los conjuntos monumentales más importantes de toda Navarra. Su historia data de la época romana, cuyas murallas fueron construidas en el siglo I. Es una villa amurallada rodeada de 20 torres conocidas como «Cerco de dentro» pero debido al incremento de los habitantes la ciudad se extendió hacia el sur dando lugar a un nuevo recinto denominado «Cerco de afuera» albergando muchos monumentos.
Sepúlveda (Segovia): Esta localidad segoviana aúna historia, arte, gastronomía, naturaleza, cultura inmaterial y cultura viva. Por ello, no es atrevido definirla como una de las salas más bellas del llamado “Museo vivo más grande del mundo”, es decir, de Castilla y León.
Sus rincones y callejuelas, sus vistas y paisajes, admirables desde sus numerosos miradores, han sido inmortalizados por numerosos artistas locales y nacionales, como Ignacio de Zuloaga o Lope Tablada, entre otros muchos. Recorrer sus calles y caminos permite al visitante adentrarse en su historia, sus enigmas, sus iglesias románicas, sus palacios, sus fueros, en su aire, su luz, sus colores y su silencio. Hacer un recorrido por Sepúlveda posibilita al turista y al caminante, al historiador y al soñador, vivir una experiencia única gracias a su arte, a su historia, a su gastronomía, al enclave natural en el que se erige y a su cultura inmaterial y viva.
La Villa de Sepúlveda cuenta con un gran tesoro histórico y artístico gracias a la situación estratégica de la villa. Fruto de la gran actividad que tuvo es el Castillo, hoy ayuntamiento, las murallas del siglo XII junto con alguna de las puertas que todavía se conservan, de las siete que llegaron a existir, como: Arco de la Villa, Puerta de la Fuerza, El Azogue, Ecce-Homo y del Río.
Calles con sabor medieval que nos transportan por la villa disfrutando de templos como la iglesia de El Salvador, la de San Bartolomé, con gran colección de retablos o la iglesia de Santiago, en la que actualmente se encuentra el Centro de Interpretación de la Naturaleza del Parque Natural de las Hoces del Duratón. Y otros como San Justo y Pastor, con el Museo de los Fueros, el Santuario de Nuestra Señora de la Peña, el Centro de Interpretación de la Cárcel Antigua o el Museo de Lope Tablada de Diego.
- Fuenterrabía (Guipuzcoa): Esta localidad guipuzcuana, "Hondarribia" en euskera, es uno de los más bonitos del País Vasco. Su casco histórico sorprende el trazado en cuadrícula de sus calles, característico de las ciudades fundadas en el Medievo, y sus angostas calles adoquinadas. Lo ideal es realizar un pequeño recorrido comenzando por la Puerta de Santa María, una de las dos entradas principales de la ciudad, la otra es la de San Nicolás, y acceder a la calle Mayor, la arteria principal y totalmente adoquinada.
- Calle Mayor: Sobresalen los aleros de sus casas, unos dobles y otros sencillos, con los canecillos tallados, balcones de hierro forjado y escudos. Obsérvense las casas nº 26, 24 y 22. Casa Consistorial, nº 20, de estillo barroco (1735); la Casa de Casadevante, nº 5, donde se negociaron los términos de la tregua del Sitio de 1638; la Casa Zuloaga, nº 8, solar del conde de Torre-Alta, donde se ubican el Archivo Histórico y la Biblioteca Municipal; Casa Iriarte (entrada por la calle Tiendas nº 2) llamativa por el entramado de sus fachadas, los modillones en madera y sus vigas. La Casa Ladrón de Guevara, nº 2, cuya fachada es de ladrillo azul vitrificado, única en su estilo.
- Iglesia Parroquial: Iglesia Parroquial de Santa María de la Asunción y del Manzano, construida sobre los fragmentos de antiguas murallas y en sustitución de un iglesia románica anterior. De estilo gótico con añadidos renancentistas. Obra de los siglos XV y XVI. El campanario, barroco, del siglo XVIII es obra de Francisco de Ibero. En lado norte se halla la parte más antigua del templo, de fino estilo gótico, con hermosa portada de arco conopial. A la izquierda se encuentra el primitivo escudo de la Ciudad. Siguiendo el paseo, se llega a la Brecha (Avenida de Javier Ugarte) desde donde se contempla una bellísima vista de la Bahía de Txingudi. A la espalda las habitaciones del Parador que corresponden a las antiguas habitaciones del palacio-castillo. Al lado y hasta la carretera inferior, los restos del Baluarte de Santiago (siglo XVI).
- Plaza de Armas: Servía a la guarnición para el ejercicio de las armas y la Ciudad para proclamaciones, recepciones, corridas de toros y otros festejos populares.
- Castillo de Carlos V: Su primitiva construcción se atribuye a Sancho Abarca de Navarra, su ampliación y fortificación en 1190 a otro rey navarro, Sancho el Sabio. La sobria fachada corresponde a la época de Carlos V. Era a la vez castillo y palacio. Contaba con seis plantas para aposento de las tropas, almacenes, depósito de munición y pólvora, calabozos y caballerizas. En 1968 se habilitó como Parador de Turismo.
- Muralla Medieval: Se trata de un resto visible de la muralla que en la Edad Media rodeaba la Ciudad, constuida en mampostería de caliza. La muralla medieval está presente en todo el perímetro, pero escondida en las actuales edificaciones.
Puebla de Sanabria (Zamora): Es una de las más antiguas localidades zamoranas, documentada por primera vez en el año 509, a raíz, de unas actas del concilio de Lugo, aunque la cita como muy bien señalan no pocos autores pudiera referirse a la totalidad de la comarca sanabresa, no sólo a la villa de Puebla. De todas formas, ya en el siglo X si existía una "urbe Senabrie" como centro organizativo de su territorio circundante. Es posible que ya entonces existiera algún tipo de fortificación en la puebla, llevada a cabo por los reyes leoneses en su avance hacia el sur
Llegado el siglo XII, desde 1132 al menos, la villa ya contaba con el castillo plenomedieval antes referido, documentado a través de sus tenientes. Ya a finales del siglo, en 1195, Alfonso IX organiza las funciones políticas, económicas, jurídicas y militares de Puebla de Sanabria como bastión de la frontera leonesa frente a Portugal.
Avanzado ya el siglo XIII, la importancia económica y político-militar de Puebla de Sanabria se mantiene, refrendando su fuero en 1273 el entonces rey Alfonso X.
En el siglo XIV, esta villa es propiedad de Juan Alfonso de Alburquerque, quien delega todos sus derechos de usufructo a su esposa, lo que desemboca en la donación que de la villa hace en la segunda mitad de siglo Pedro I en favor del conde Fernando de Castro.
El actual castillo de Puebla de Sanabria, levantado sobre las ruinas de la fortaleza plenomedieval, se comenzó a edificar a mediados del siglo XV, bajo el mandato del IV Conde de Benavente don Rodrigo Alonso de Pimentel. La fortaleza participó de manera principal y directa en las guerras de Portugal que tuvieron lugar durante el siglo XVII, sufriendo durante ellas un deterioro considerable. En 1710, ya con el castillo y sus murallas notablemente deterioradas, la villa es tomada por los portugueses, que la conservan hasta 1716, año en que es recuperada por los ejércitos españoles.
En 1887 el castillo pasa a pertenecer al ayuntamiento de la villa, quien en un principio lo utiliza para diversos fines hasta que, a finales del siglo XX, experimenta un importante proceso de rehabilitación completado en la primera década del siglo XXI. El castillo es en la actualidad un referente turístico y cultural en la comarca.
Además del Castillo cuenta con un conjunto histórico, que constituye un autentico bastión fortificado por el que han pasado infinidad de batallas. Su condición fronteriza ha hecho de ella una Villa que en la actualidad está declarada CONJUNTO HISTÓRICO-ARTÍSTICO. Nada más cruzar el río y adentrarnos en los que hoy constituye el Centro de la población, se advierte una empinada calle, en cuyas inmediaciones se encuentran las más austeras fachadas.
Las casas de esta localidad guardan aún el recuerdo de antiguos momentos de esplendor. Muestran estas construcciones una gran riqueza ornamental. Los blasones aparecen en sus fachadas, grandes modillones profusamente contorneados sustentan los aleros y algunas de las balconadas más hermosas de la Comarca. Los corredores son amplios y las galerías están casi siempre acristaladas. Además, los trabajos de rejería vienen a embellecer más aún estas ya de por sí atractivas construcciones. Aún se conserva buena parte de las Murallas que protegían todo este CONJUNTO HISTÓRICO-ARTÍSTICO, desde las cuales se contemplan vistas sin igual de nuestra Comarca.
También resalta el Convento de San Francisco, emplazado en un populoso barrio de la Villa del que toma el nombre. Se trata de un vetusto edificio bien conservado. En su conjunto resulta noble, a pesar de su aspecto modesto y de carecer de monumentalidad. La iglesia aprovecha el lateral meridional, quedando las estancias conventuales hacia el norte, éstas se desarrollan alrededor de un pequeño claustro circundado por arcadas. Este convento estuvo dedicado a San Bernardino y sus residentes fueron frailes franciscanos. En la actualidad se utiliza como escuela de artes y oficios y locales para Centro de Profesores. La iglesia permanece abierta al culto y sirve de apoyo a la parroquia.
La Alberca (Salamanca):Enclavada en el corazón de la Sierra de Francia, es sin duda uno de los pueblos más representativos de España. Declarado Conjunto Histórico Artístico en 1940, primer pueblo de España en lograr esta mención, destaca por su entramado urbano, conservando como pocos la arquitectura típica de la Sierra de Francia, además de por sus tradiciones centenarias, que se han ido transmitiendo de generación a generación.
La población ya estaba asentada en La Alberca desde antes de la llegada de los romanos, como demuestra el castro prerromano sobre el cual se asienta una parte del pueblo. En la Edad Media, entre los siglos XII y XIII se produjo la repoblación por decisión del rey Alfonso IX de León. Del flujo de gente que llegó a esta tierra, parte destacada fue la de origen francés a través de Raimundo de Borgoña, noble francés casado con la posteriormente reina Urraca I de León, hija primogénita de Alfonso VI de León. Este origen justificaría la numerosa presencia de topónimos franceses en la Sierra de Francia.
En el siglo XIII La Alberca era una villa dependiente de la corona leonesa, siendo de los pocos lugares de la Sierra de Francia que no pertenecía al Condado de Miranda del Castañar, aunque compartía con este su pertenencia al Reino de León. Al final de la Edad Media destaca un hecho de importancia capital para la zona: el hallazgo de la imagen de la Virgen de la Peña de Francia (1434), que convirtió el santuario construido posteriormente en un lugar de peregrinación, al que se unieron los peregrinos del Camino de Santiago que seguían el llamado Camino del Sur por la Calzada de la Plata.
Otro hecho importante de la historia de La Alberca, según cuenta la tradición en 1465 las mujeres albercanas vencieron a las tropas portuguesas del Prior de Crato; en esta victoria se arrebató a los portugueses el pendón, que aún hoy se conserva en el pueblo, esta victoria se festeja el segundo día de la pascua de resurrección.
Precisamente en el siglo XV, Juan II hizo que la villa de La Alberca pasara a depender de la Casa de Alba, que años después logró el control de parte de la Sierra de Francia con el favor de Fernando el Católico, agrupando estos dominios bajo la jurisdicción de la villa cacereña de Granadilla. No obstante La Alberca logró mantener gran autonomía respecto a Granadilla, llegando a tener sus propias ordenanzas en 1515 y a ser Las Hurdes una dehesa de La Alberca hasta 1835.
En el siglo XVII la Peña de Francia, con su Virgen Negra, fue citada por Miguel de Cervantes en El Quijote; siendo el valle de Las Batuecas para Lope de Vega el escenario en el que se refugian dos enamorados que huyen de la Corte. Desde entonces La Alberca, con la Peña de Francia y Las Batuecas, han sido un escenario convertido en mito, en leyenda. En el siglo XIX, con la creación de las actuales provincias en 1833, La Alberca quedó definitivamente integrado en la provincia de Salamanca, dentro de la Región Leonesa.
El municipio te atrapa y posibilita visitar las calles y plazas de La Alberca, y observar atractivos rincones y perspectivas, en los que resalta una arquitectura popular levantada a base de piedras y geométricos entramados de madera. Destacan los dinteles cincelados con fechas de fundación de las casas, con inscripciones, signos y anagramas religiosos, que quieren ser profesión visible de fe.
Cada una de las plantas superiores va sobresaliendo sobre la inferior, hasta llegar casi a tocarse los aleros de los tejados de las casas que se hallan frente a frente, lo que hace que en las calles se produzca un curioso juego de luces y sombras. Se ha dicho que la estructura urbana de La Alberca es la de una judería, por lo intrincado, laberíntico y secreto de sus calles. Pero tampoco han faltado quienes, al recorrer el pueblo, lo han asociado con los arrabales de Damasco. El visitante tampoco puede dejar de ver la Plaza, Con sus fachadas recorridas por dos series de balcones, con la luz de la cal, con sus soportales e hileras de columnas graníticas y con el crucero presidiéndola. Es, sin duda, el eje central de La Alberca, y que posibilita a lo largo de los siglos, de las culturas cristiana, islámica y judaica.
Calatañazor (Soria): Integrado en la comarca de Tierras del Burgo, se sitúa a 31 kilómetros de la capital soriana. El término municipal está atravesado por la carretera nacional N-122, entre los pK 183 y 190, y por carreteras locales que permiten la comunicación con Abejar (SO-910), Fuentepinilla (SO-110), Muriel de la Fuente y Rioseco de Soria.
Conocido casi únicamente por la derrota que allí sufriera Almanzor de las tropas castellanas y leonesas en 1002. Aunque algunos historiadores difieren en cuanto a este hecho, el episodio es conocido como la Batalla de Calatañazor, en la que los cristianos derrotaron al célebre caudillo árabe Almanzor y según la tradición murió en Bordecorex y fue enterrado en Medinaceli.
Pero su historia se remonta a diez siglos atras a época ibérica, aunque en otra ubicación situada a 1 kilómetro al suroeste en el Cerro de los Castejones, sitio arqueológico poblado desde el II a.C. hasta el V d.C y que se corresponde con la ciudad arévaca de Voluce. Es probable que con la invasión visigoda la población se asentara ya en el cerro que corresponde a la actual Calatañazor y que las tumbas antropomorfas de su entorno correspondan a este periodo histórico. Durante la Edad Media, estuvo vinculado al linaje de los Padilla, señores de Calatañazor. En el siglo XVII pasó a la casa de los duques de Medinaceli y posteriormente al Marqués de Feria.
Calatañazor está rodeado de dos murallas que se conservan casi intactas y que sólo permiten dos entradas de subida a la ciudad. Al lado Sur se alza el castillo situado en lo alto de un peñasco. Perteneciente al siglo XIV y XV conserva parte de la torre del homenaje y gran parte de sus murallas; también conserva un ventanal gótico. En tiempos había tres puertas, hoy solo puede verse la más pequeña.
Debajo del castillo y correspondiente al siglo X hay una necrópolis medieval excavada en roca con tres tumbas antropomorfas. La Iglesia de Nuestra Señora del Castillo es una mezcla de estilos gótico y románico como la portada y un tramo que hace de ábside gótico. Posee una pila bautismal en piedra del siglo XI.
Se conserva también una imagen La Virgen de Fuentemayuel que data del siglo XIII que pertenece a un despoblado en 1590. En el altar mayor con un retablo del siglo XVI y XVII se encuentra una talla románica de Santa María del Castillo. En la sacristía se conserva una custodia de plata muy valiosa del siglo XVII.
También conserva una tabla que representa el martirio de San Sebastián y documentos sobre la historia de la villa; cuatro tablas del siglo XV que parece ser formaron parte de un retablo que guardaban en la ermita de La Soledad situada fuera del recinto amurallado de estilo románico. Aquí se celebran las jornadas de música medieval.
Junto al río pueden apreciarse restos de un poblado que conserva parte de una calzada romana “Las Ruinas de Voluce”. El Rollo que es del siglo XV cuenta con una leyenda de brujería. Debajo de él se divisa un impresionante paisaje castellano. En uno de los cerros se han encontrado sepulcros y trozos de vasijas celtíberas y muy cerca de allí se encuentran fósiles. Hay documentos de gran importancia para la historia de Calatañazor que se encuentran en el Ayuntamiento.
El castillo domina la ciudad, la postal y contiene en sus cimientos, que ascienden hasta sus almenas, secretos de sus pobladores, que fueron todos. La Casa del Doncel, de obligada visita; La iglesia de San Vicente o de Santiago, los restos de murallas imbricados por la ciudad; la catedral, con su imponente interior de bóvedas y mausoleos… completan el puzle de este periodo.
Su Catedral es una visita imprescindible. Es, en conjunto, un bello ejemplar del cisterciense o primer gótico y en ella merecen especial interés: las Capillas de los Arces, de San Pedro, de la Anunciación, o de San Marcos, la estatua del Doncel y rosetones góticos de los siglos XII-XVI.
Conviene no perderse la parte renacentista y barroca que se imprime en las calles y plazas, que se refleja en palacios y casas, que se percibe en conventos y ermitas. Esta Sigüenza la encontramos en la Plaza Mayor o el Barrio Humanista, en la casa Plateresca o el Palacio Episcopal, en el Convento de San Francisco o Nuestra Señora de los Huertos… y en cada uno nos detendrá el paso la observación de sus fachadas, la visita interior o el descanso bajo las arquerías.
Tres son los espacios naturales protegidos en la comarca: el Parque Natural del Río Dulce, el Lugar de Interés Comunitario del Río Salado y la Microrreserva de los Saladares del Río Salado.
En su gastronomía destaca su gran calidad, tradición y buenas manos, basada en productos de la zona. Son destacables el asado de cordero o cabrito; las migas acompañadas con chorizo, torrezno y huevo frito; la sopa castellana; los productos de caza o matanza; la trucha escabechada o con jamón y, como postres, no se pueden dejar pasar las yemas del Doncel, los bizcochos borrachos y los elaborados con miel. Desde 2017 cuenta con una Estrella Michelín en el Restaurante El Doncel.
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