Sanidad

Covid persistente: Del "peregrinaje" entre especialistas al dolor moral por las dudas

La salmantina Ana Arnés es una de los 100.000 castellanos y leoneses que conviven en su día a día con las dolorosas y limitantes secuelas de esta infección

Vacunas del COVID en Castilla y León
Vacunas del COVID en Castilla y LeónRicardo OrdóñezAgencia ICAL

La salmantina Ana Arnés es una de las miles de personas -unas 100.000 según la estimación del Colectivo Covid Persistente de Castilla y León-, que conviven en su día a día con las dolorosas y limitantes secuelas de esta infección, que lleva a estos pacientes a un "peregrinaje" de especialista en especialista hasta tener un diagnóstico no siempre claro y que genera "inseguridad y frustración" por las dudas médicas al respecto.

En una entrevista con EFE, esta mujer de mediana edad, que es el perfil mayoritario de la covid persistente, lamenta que la sociedad se haya "olvidado superrápido" de lo sufrido hace sólo cinco años y también de que exista una especie de desconsideración hacia quienes aún sufren esta enfermedad: "Pasó, pero sigue ahí para muchas personas", ha remarcado.

Vive como una "experiencia totalmente distinta" echar la vista atrás para revivir los momentos de la pandemia, ya que, al contrario que la mayoría de personas, ella tiene el recuerdo del momento crítico de la infección, pero lo peor lo ha vivido después, con la sucesión de síntomas asociados.

"De vez en cuando me veo en la obligación de recordar a la gente que la covid no ha pasado para un grupo importante de personas y que las hay que están muy fastidiadas", ha resumido.

Trabajadora social de profesión, Ana Arnés reconoce que en su caso, por su mentalidad positiva y activa, ha conseguido sortear un problema como el de "venirse abajo".

Sin embargo, sí describe un "coste psicológico" por el hecho de ir de consulta en consulta, sin tener muy claro si habrá una solución para la ristra de problemas que ha padecido desde infectarse en enero de 2021, y también por la sensación de desconfianza que trasladan algunos médicos: "No me estoy inventando nada, pero no se sabe qué es lo que lo está produciendo", detalla.

Variados síntomas

Tos persistente, problemas de corazón y de estómago que nunca antes había sufrido, problemas de piel, fatiga, dolores musculares y dolor intenso de rodillas y cadera que la han llevado a estar de baja laboral en determinados momentos. Son todos los condicionantes que han cambiado la vida a Ana Arnés, quien pese a todo celebra que su evolución ha sido relativamente buena.

"Mi ritmo diario es muy lento", explica esta paciente de Sacyl, que lamenta que ese peregrinaje lo siguen sufriendo muchos pacientes y que se ha encontrado "un poco de todo" en la asistencia sanitaria: médicos que cuestionan la propia derivación a su departamento, otros que dudan que algún síntoma tenga relación con la covid y otros que, como en la Unidad del Dolor, suponen "un alivio" por el mero hecho de abrirse a la comprensión por la situación de un paciente.

Arnés ha participado en dos ensayos clínicos públicos realizados con pacientes de Salamanca y confía en que esta enfermedad no quede en el olvido y pueda encontrarse una alternativa que limite los efectos de la covid persistente. Mientras tanto, como estrategia vital se agarra a que su ritmo ahora es diferente al de antes de la pandemia y que eso condiciona su día a día.

Colectivo de afectados

Desde el Colectivo de Covid Persistente de Castilla y León, su portavoz, Arancha Barniol, ha explicado a EFE que en esta Comunidad, para la gran cantidad de afectados que hay de lo que médicamente se conoce como "longcovid" no hay "absolutamente nada", ya que las unidades de que funcionaban se han cerrado todas y se les deriva a medicina interna.

Una gran mayoría de los afectados por esa covid persistente son mujeres, aunque van sumando cada vez más casos de hombres, con una edad entre los 40 y 50 años.

Barniol ha indicado que son pocos los que están diagnosticados -ella, que tiene 55 años y se contagió en el 2020, no lo ha sido hasta el 2024- aunque el colectivo estima, por el movimiento que tienen a través de las redes sociales, que habrá unos 100.000 en la Comunidad, donde no dejan de salir nuevos casos cada día.

La portavoz de este colectivo, que trabajaba en una residencia de mayores en el municipio vallisoletano de Tordesillas y en ayuda a domicilio, se contagió en la primera ola, en junio del 2020, y desde entonces arrastra patologías coincidentes con otros afectados por covid persistente, con las cefaleas como elemento común, al que se suman la fatiga crónica, los dolores musculares, la "niebla mental" -que se traduce en olvidos-, y en su caso además dos enfermedades autoinmunes diagnosticadas.

En sus reuniones con el viceconsejero Sanidad, Jesús García Cruces, le han trasladado los planteamientos del Consejo de Europa sobre esta materia y específicamente que los sanitarios tengan formación propia en covid persistente, que haya un registro de pacientes, protocolos de actuación, que se detecten y diagnostiquen los casos, y que haya una unidad multidisciplinar como la que ya funciona en el País Vasco.

Barniol ha lamentado que se derive a los afectados a medicina interna y desde allí al especialista específico de cada patología, lo que a su juicio busca que no sean contabilizados como enfermos de covid persistente.