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El pueblo español que cuenta con una joya "desconocida y única en España"

Los más de 8.000 municipios españoles resaltan la cultura, gastronomía o paisajes del territorio nacional
Cada rincón de España destaca por su enorme aportación a la cultura, historia o gastronomía de nuestro paísJunta de Comunidades de Castilla-La Mancha

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Los más de 8.000 municipios de España cuentan con alguna peculiaridad que les hace destacar sobre los demás. Los pueblos españoles son un símbolo de nuestro país, y hacen resaltar la cultura, gastronomía, paisajes y demás que hacen que los turistas tanto nacionales como internacionales caigan rendidos a cada rincón. En Castilla-La Mancha, se encuentra el pueblo español que cuenta con una joya "desconocida y única", y se trata de un monumento declarado Bien de Interés Cultural.
En el territorio nacional, hay una gran cantidad de monumentos distribuidos a lo largo y ancho de todo el país, ya sean parques naturales, sitios arqueológicos o edificaciones histórica, así como obras de arte. Estos lugares nos recuerdan la gran historia de España desde épocas antiquísimas hasta nuestros días, así como las huellas que numerosas civilizaciones o invasores dejaron en la Península.
En sí, los monumentos tratan de conmemorar un evento importante, recordar u honrar personas o sucesos o marcar un lugar de interés durante siglos (o años). Los monumentos dedicados al culto en España son casi incontables, y así, algunos preciosos templos suelen pasar desapercibidos pese a que cuenten con algo en especial.
Es el caso de la Ermita de Nuestra Señora de Belén de Liétor, en Albacete. Este edificio data de 1570 y fue declarado Monumento Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural en 1976, destacando por la originalidad de su espacio interior y por sus murales. A nivel nacional, está considerada como la mejor colección de pintura popular del siglo XVIII a nivel nacional gracias a sus retablos, arquitecturas o cortinas, entre otros.
Respecto a su estructura, tiene una planta rectangular muy simple, con arcos y techos de madera. Sus peculiares pinturas fueron realizadas entre 1734 y 1735. Estilísticamente, estos murales están llenos de encantadores arcaísmos e imperfecciones que suscitan un notable interés, y también se pueden ver santos o santas, escenas o decoración.
Destaca el Camarín, donde ingenuamente se supone que existe una cúpula sostenida por los cuatro evangelistas y rematada por el Espíritu Santo. Otros retablos que destacan son el de San Antonio y el de santa Bárbara, y al frente de la ermita, repite una gran variedad de columnas salomónicas donde se sientan unos ángeles instrumentistas. Los tres paños del espacio lo ocupan, entre las citadas columnas, una Visitación, La Sagrada Familia y la Inmaculada.